viernes, 24 de junio de 2016

Me cago en el amor

En efecto y perdonadme la vulgaridad pero... ¿porqué voy a creer,yo en el amor? Si no me entiende, no me comprende, tal como yo soy.
Llevo desde los catorce años persiguiéndolo y soñando con que como dicen los poetas, el amor lo puede todo. Perdonadme de nuevo la vulgaridad pero eso es otra puta mentira. El amor no lo puede todo. Al menos el amor que yo he conocido. Siempre hay que tener en cuenta las circunstancias que rodean cada historia de amor y por bonita y mágica que esta sea, si las circunstancias no acompañan, habrá que leer la fecha de caducidad.
Soy el eterno romántico y el eterno enamoradizo, que no puede evitar sentirse atravesado constantemente por los dardos del angelote ciego y capullo, al que deberían retirarle el permiso de armas y confiscarle el arco. En cada mujer con la que me he cruzado he tratado de identificar el sentimiento más intenso. Ese que me ha llevado a comprar un desfibrilador de última generación, con cámara de setecientos megapíxeles y tarifa de datos. Pero que carajo, estoy descubriendo que ellas siempre me verán como el eterno secundario cómico. 
No soy el tipo más atractivo de mi barrio pero tampoco provoco arcadas cuando paso por la puerta de un colegio femenino. Algo debo de tener. No sé realmente lo que podrá ser y os juro por la memoria de "Bankia" (mi primer gatito) que esto no es falsa modestia; solo sé que he tenido la inmensa fortuna o la inmensa desgracia de haber compartido muchas de mis noches y casi todos mis días de ambas temporadas, con mujeres que en algún momento creyeron sentir algo por mí, o al menos eso me dijeron en un principio (al final siempre se les pasaba).
Ya no voy a dedicar un solo minuto a buscar el amor verdadero ni otros personajes mitológicos. Si tengo que enfrentarme a él, será porque se ha decidido a abandonar su guarida y a dar la cara en campo abierto.
Os juro por supergato que he amado...y mucho, hasta la extenuación y el delirio.Hoy disfruto tarareando esta canción del señor Carotone.
Estoy en modo kumite en todos los frentes de esta guerra que es vivir.
Soy peleón y no pienso rendirme facilmete, pero tampoco he enviado a mis naves a luchar contra los elementos.

jueves, 23 de junio de 2016

Modo Kumite

Dos años, dos meses y nueve días, es exactamente lo que me ha costado armarme de valor para entrar en modo kumite contra mis mayores miedos. Prueba superada.
Ayer, alguien que lleva muchos años ganándose a pulso el título de  "mejor amigo", me prestó su Vespa para que me enfrentase de una vez por todas al terror a subirme yo solo a una de esas "avispas"de tan fatal picadura, y echar a rodar. Pero no por el suelo,volviendo a dejarme la vida en el asfalto, sino bien recto y por una calzada pavimentada con emociones y afán de superación.
No voy a mentir, al principio pasé auténtico miedo con todas las manifestaciones físicas y psicosomáticas que esa desagradable sensación conlleva. El sudor frío y la taquicardia se presentaron a la fiesta y al principio se hicieron los dueños del cotarro, hasta que se dieron cuenta de que no eran bien recibidos y de que nadie los iba a hacer caso, por lo que optaron por largarse por donde habían venido.
Y ya está, al fin se acabó. Ya puedo escribir un enorme y colorido "The End" a este capítulo de mi vida y, no solo pasar página, sino rociarlo con gasolina de Zippo y pegarle fuego al montonazó enorme de folios que me ha ocupado.
Cómo he decidido aprender de absolutamente todas las experiencias, me quedaré con la lección de que para superar cualquier miedo, lo mejor es enfrentarse a él.
La sensación de volver a conducir una Vespa, no solo me sirvió de catarsis (como escribir), también me devolvió innumerables recuerdos, y esta vez, rápidamente los dolorosos cedieron espacio a los más bonitos y alegres. Recordé lo mucho que he disfrutado rodando con mis queridos Vesperdidos y lo maravilloso de  llevar de paquete, bien abrazadas y sintiendo su respiración sobre mi nuca, a las mujeres que tan confiadas como valientes o enamoradas, ponían su integridad física ( e incluso la emocional en muchas ocasiones) en mis manos.
Solo no puedes, con amigos sí. El mismo amigo que me sacó en brazos del hospital cuando tras todo aquel infierno me dieron el alta, ayer sin darse cuenta ( o dándosela que es tan inteligente como atractivo para las féminas) me cedió la herramienta adecuada para enfrentarme a mis demonios interiores mas salvajes y despiadados.
Ya está amigos... ya puedo ser de nuevo yo.
Puede que esto no debería escribirlo pero como habréis podido comprobar, aquellos que me leéis con asiduidad, soy un tipo terriblemente emocional y mientras termino este texto, se me están llenando los ojos de lágrimas. Pero esta vez son de felicidad, tan saladas como las de tristeza, eso sí.
Sé que si ayer, mi padre hubiese estado allí para verlo, habría aplaudido mi valor. De alguna manera aún pudo escuchar dentro del pecho y de la cabeza, el eco de sus aplausos.
Corramos un estúpido velo, de esos.
Fuerza y honor.



martes, 21 de junio de 2016

Al principio estaba asustado, petrificado.

No dejaba de pensar que no podría vivir sin ti, ni sin ninguna mujer que ocupase el eterno espacio en que no estás. Y parafraseando de nuevo el impresionante "I will survive",  dile a tu recuerdo que de media vuelta, porque ya no es bienvenido.
Al principio estaba mucho más que asustado. Petrificado no, porque lo pétreo es una cualidad que alude a la dureza de la roca y por desgracia no tiene nada que ver conmigo. Por mucho que lo intente no he conseguido nunca quedarme de piedra. Más bien estaba absolutamente  compungido al haber descubierto la crueldad y la falta total de misericordia de un corazón, al que hice mio durante un tiempo y con el que compartí lo que yo creía que era amor. Pero nada más lejos. Volviendo a la canción que encabeza la entrada, yo también pasé muchas noches pensando en el daño que me has hecho pero gracias a Dios o a Supergato o a quien sea, lo que no me ha matado, me ha hecho más fuerte y pienso resistir.
Se acabó el vivir con miedo a que me rompan el corazón una y otra vez. Conozco ya a demasiadas personas que o no lo han tenido nunca  o se lo han triturado en el pasado y sin embargo ahí están, viviendo a sus anchas y arrasándolo todo. Solía llorar, pero ahora voy con la cabeza bien alta.
Podría subscribir todas y cada una de las palabras de esta canción, pero además del ritmazo y de la privilegiada voz de Gloria Gaynor,  creo que oculta algún tipo de encantamiento o de sortilegio porque al escucharla y al tararear su letra, mi alma se ensancha y mi cuerpo recupera la energía perdida entre tus piernas, la antesala del infierno.
Me destrozaste la auto estima, me machacaste tanto como pudiste y debiste abrir un hueco en mis defensas para que otras muchas volviesen a hacerme daño después, pero gracias al inconmensurable cariño de la granadina más adorable, al apoyo de la bilbaina más sensata, de la sonrisa más bonita del mundo, de mi Campanilla particular y de ciertas mujeres que me han ayudado a reparar mi cota de mallas, ahora estoy dispuesto a no agachar la cabeza y a no desviar la mirada.
Ayer, uno de mis mejores amigos al que le debo infinidad de cosas, me explicó que la auto estima viene a conternerse en un recipiente que si es agujereado, pierde rápidamente el caudal y cuesta mucho volverlo a llenar. Estoy rellenándolo. Ya era hora.
No soy perfecto en absoluto, es más, conozco bien mis defectos y trato de trabajarlos para limar en la medida de los posible las imperfecciones pero también conozco mis virtudes y mis capacidades y estoy por tatuármelas en la frente, por si alguien vuelve a decirme que soy un fracaso de ser humano o cualquier otra lindeza por el estilo.
Me he pintado el rostro y el pecho con los colores de guerra y aunque siempre he sido un ferviente seguidor del mítico eslogan "haz el amor y no la guerra" en ocasiones no queda más remedio que entrar en batalla o al menos estar preparado para ello.
Durante meses me he engañado a mi mismo, tratando de auto convencerme de que llevar un afilado cuchillo en la bota derecha, era un ejercicio de documentación empírica sobre el terrible personaje de una de mis novelas. Pero que coño,  estúpidamente pensaba que un arma sería la solución a todos mis problemas. Para nada. Se han empezado a solucionar a base de besos, caricias y palabras amables susurradas al oído.
Ni me rendiré, ni voy a volver a bajar la guardia. 
No pienso caer sin vender cara la piel, las aurículas y los ventrículos.

miércoles, 15 de junio de 2016

Inmensamente agradecido.

Espero ser capaz de entreteneros o al menos de arrancaros una sonrisa con el espectáculo que estoy preparando con mi amigo y pianista de cabecera, Oscar Lobete y , al que se van a sumar diversos artistas de diferentes disciplinas, con los que mantengo una relación absolutamente noble y sincera, basada en el mayor de los respetos y en la admiración que su trabajo despierta en mi.
Algunos de ellos ya me están confirmando su adhesión desinteresada a esta propuesta tan singular, que estrenaremos el próximo septiembre en uno de los lugares con más encanto de mi querido Valladolid.
El estreno de "Canciones para una nueva vida" tendrá lugar durante las ferias y fiestas de  esta urbe que tantas alegrías me está dando, al echar por tierra infinidad de tópicos sobre sus gentes, como que somos excesivamete duros, asperos y mezquinos  y, puede que algo fríos. Pero creo que eso se debe principalmente al clima. Somos los guardianes del muro y protegeremos Invernalia, cueste lo que cueste. 
Aquellos amigos  que se acerquen desde diversas ciudades españolas o desde alguno de los países donde he vivido, podrán aprovechar para disfrutar de nuestra "feria de día", de la "feria del folclore y la gastronomía" y de la muy especial programación cultural y lúdica durante esas fechas.
Para mí este espectáculo va a ser algo sumamente especial y terriblemente emocional, pues va a ser mi auténtica vuelta a la arena del circo, donde me mediré con las más espantosas fieras que produce un alma torturada y con la inmensa responsabilidad de actuar en una provincia, donde los gladiadores de la cultura, han convertido la escena vallisoletana en un referente internacional.
Han sido más de dos años horribles, en los que he sufrido lo indecible. He perdido amores y me he despedido para siempre de seres muy queridos, he pasado por unos minutos de muerte clínica y por casi una semana de coma y he despertado para ver como se me esfumaba un trabajo que me hacía más que feliz, aunque me pidiese que le entregase demasiado a cambio. Ahora gracias a Dios, a Supergato o a quien sea, eso ya es agua pasada y jamás volverá a mover las palas de este molino, excepto para que la piedra de moler machaque lo banal, lo innecesario y lo absurdo de mi vida. Soy consciente de mi más que inmensa fortuna y sobre todo y por encima de todo, del cariño y el apoyo de un impresionante número de personas de toda condición, que lo mismo me ofrecieron su hombro mientras estuve hemipléjico, que me secaron las lágrimas cuando fallecieron mi padre y mi querida "Bella durmiente",  o me demostraron que en esta vida todo tiene un sentido, todo se transforma y siempre merece la pena luchar.
Muchos de esos amigos, han propuesto (a petición mía y en el "caralibro"), una canción para que la adaptemos a este nuevo espectáculo en el que Oscar y yo, revisamos letra y partitura de las canciones que de alguna manera se han ganado un puesto en la banda sonora de una vida construida sobre la mayor de las esperanzas.
Al despertar de aquella pesadilla, la música me devolvió muchos recuerdos y traté de resituar mi esencia volviendo a escuchar a Santi Iglesias(cantautor de excelente calidad humana, que mientras estuve en la UCI colocó una foto mía en un atril durante uno de sus conciertos y le dedicó una canción a aquella representación de mi ser), a mis queridos Cosmic Birds, (cuyo batería fue una de las primeras personas que vi al abrir los ojos, pues trabaja en el hospital donde estuve ingresado) o Macaco,(a quien he admirado y admiraré en todas mis vidas y tuve la suerte de conocer en persona y compartir un buen rato de conversación, durante los primeros capítulos de esta mi segunda temporada). El hecho de volver a escuchar "La canción más bonita del mundo", al volver a un concierto de Los Pichas y llorar viendo a Javi Carballo dedicarme esa versión del My Way, que me inspiró el texto más hermoso (y que decidió arrancar de su repertorio hasta que volviese a verme en uno de sus conciertos )  me ha llenado el alma por completo tapando con una muy especial y resistente "masilla" de cariño, los agujeros por los que perdí tanto y tanto.
Hoy solo puedo estar agradecido a todos,principalmente a mi familia,  a los amigos, a mi "vieja guardia", a mi editora, a los contactos de facebook, a las mujeres que me han demostrado porqué he vuelto a ser el eterno enamoradizo aunque haya pasado una pequeña temporada renegando del amor, al despedirme de uno de los amores más sinceros y más especiales.
A todos vosotros, los que habéis estado y estáis a mi lado, os prometo que voy a intentar a estar a la altura de vuestro cariño sin reservas y a la altura de vuestra amistad.
No pienso volver a verter una lágrima en mucho tiempo,  a no ser que sea de felicidad y  voy a terminar de pasar página del todo y a escribirme una vida lo más digna posible y en la que siempre estaré a vuestra disposición.
No voy a desvelar detalles de el estreno de este espectáculo pero ya os he dicho que además del arte y la valía de Oscar Lobete, contaré con la presencia de hombres y mujeres que ya han demostrado lo impresionantemente artistas que son, y que me aportan la seguridad de que este espectáculo estará a la altura del agradecimiento que quiero demostraros.
Gracias, con el corazón ( y os juro por Supergato, que no es una frase hecha) prometo estar agradecido.

domingo, 12 de junio de 2016

Rindo mi espada e imploro clemencia.

He arriado la bandera del desamor y tras doblarla marcialmente, la he entregado junto a mi espada al comandante en jefe de las fuerzas de reconquista, o sea a Cupido, que tiene en común con Napoleón, además del tamaño, lo impresionante y efectivo de sus estrategías. Durante varios días me ha torturado con miles de mensajes subliminales, utilizando para ello a dos gatitos adorables. Que listillo el angelote, cómo sabe donde hacer daño y con qué tocarme la fibra.
Para rematar la jugada, ha utilizado una táctica sublime, recuperando un antiguo amor del pasado, del que hacía más de quince años que no tenía noticias y que misteriosamente se puso en contacto conmigo hace tres días, cuando yo me encontraba de lo más beligerante, presentando dura batalla al amor y peleando palmo a palmo la defensa del poco terreno de mi pecho que había conseguido independizarse de la tiranía de Cupido.
Con el adiós definitivo de la que ha sido muy probablemente la mejor de las parejas que he tenido nunca, decidí no volver a sucumbir a las ofensivas del sentimiento que siempre ha movido mi cuerpo y mi mente. El amor.
En esta ocasión, la maravillosa granadina que conquistó mi ser y yo, nos tuvimos que plegar a las circunstancias y, la distancia geográfica fue insalvable, pues el radio de acción de nuestros corazones fue disminuyendo desde la primera batalla en la que triunfaron los dictados del rojo músculo con aurículas y ventrículos. Lloré su pérdida y me juré no volver a abandonar la trinchera.
Gracias a Dios, ella y yo, nunca fuimos ni seremos enemigos, firmamos la paz, que llegó tras un necesario armisticio y tras contabilizar las bajas de aquella "guerra", ambos decidimos evitarnos más sufrimiento.
Me rebelé contra el poder del ciego ser alado, que no sé de que manera conseguía atraversarme el pecho con sus flechitas una y otra vez y, me cubrí con una estupenda cota de mallas que creí me haría invulnerable a sus continuas agresiones. Pero el muy cabrón ha encontrado un hueco entre los coseletes y ha vuelto a hacer blanco. Aunque en un principio me arranqué la saeta y desenvainé mi espada, no me dí cuenta de que este dardo iba impregnado de un dulce veneno que casi termina conmigo hace quince años y para el que aún no se ha encontrado antídoto.
Hay muchos tipos de distancia. La más difícil de salvar, es esta de la que habla mi siempre admirado Macaco en la canción que encabeza esta entrada, la de escasos los milímetros entre sus labios y los mios.
La distancia ya no volverá a ser un problema en mi vida. Bastantes problemas he tenido y he ido superando día a día. Nadie sabe que se me entrenó desde pequeño por el mejor de los maestros, que me inculcó las más completas artes de defensa y ataque e hizo de mi un guerrero poderoso.
Pero hoy rindo mi espada y solicito clemencia. No podría soportar más sufrimiento. Si es posible, prefiero una digna ejecución por un pelotón de fusilamiento y sin cubrirme los ojos. Desnudaré mi pecho y miraré al rostro  al amor, cuando sea disparado y me atraviese el corazón otorgándome esa muerte en vida en la que únicamente respiras por y para la persona amada. Eso sí, antes de que me fusilen, quiero un bombón de Da Silva, una copa de Ribera del Duero y un pitillo.

viernes, 10 de junio de 2016

Retales de mi vida

Nada es casual y creo firmemente en que todo pasa porque tiene que pasar, por eso aunque me sorprendió inicialmente el que te pusieras en contacto conmigo tras tantísimos años, ahora lo entiendo.
Hay caricias que superan cualquier amnesia, hay besos que nunca se desdibujan, hay personas que jamas se marchitan.
Han pasado más de quince años desde nuestro último encuentro, han pasado demasiadas cosas, se han vertido demasiadas lágrimas y hemos despedido a demasiados seres queridos.
De repente te has asomado de nuevo al balcón de mi vida y y aunque me avergüence un poco el que la hayas encontrado hecha un desastre, conoces mi carácter y sabes que no tardaré en ponerla  en orden.
No sabia que eres lectora de este humilde blog y eso me tranquiliza, porque para mi desgracia soy lo que escribo y escribo lo que soy.
Por circunstancias me cuesta recuperar muchos recuerdos, principalmente los agradables, es decir, que aquellos que viví contigo no sé donde los habré metido, pero voy a ponerlo todo patas arriba hasta que de con ellos. Alguno ya lo estoy localizando, pero los quiero todos.
Ha pasado el tiempo suficiente para haber limado la mayoría de mis fallos, aunque tengo demasiados. He aprendido mucho, pero uno nunca termina de aprender, y de todo, absolutamente de todo, se aprende.
He encontrado el verdadero amor en un adorable felino que me ha enseñado lo que es la fidelidad,la lealtad y el cariño desinteresado. Es triste no haber aprendido estas cosas de una mujer pero da igual como se adquieran los conocimientos, lo verdaderamente importante es interiorizarlos y hacerlos tuyos.
Poco a poco me he ido desnudando de mis vicios y  prejuicios, hasta quedarme con la ropa justa con la que abrigarme el alma.
He descubierto que quiero ser y soy por encima de todas las cosas, escritor. Sé que te escribí muchas cartas en el pasado, principalmente cuando volví de Inglaterra y tu te quedaste allí, pero ahora el cuerpo me pide ir mucho más allá y necesito vaciarme en el blog o en los diversos libros en los que estoy trabajando con mi editora.
Este blog es mucho más que un blog. Es un tratamiento que me tengo que administrar varias veces por semana si no quiero morir de nuevo. Es mi jardín encantado, mi parque de atracciones y el desván donde a veces encierro a mi conciencia, castigada por no haber obedecido y no haber hecho los deberes. Vivo en negro sobre blanco y así trato de asegurarme la inmortalidad. Todo es posible.
Tu voz, a través del teléfono, me ha abierto una puerta al pasado que hace mucho que no había vuelto a abrir, no encontraba la llave y soy tan idiota de no haberme dado cuenta de que solo se abría desde el otro lado.Pero la has abierto y me has invitado a pasar y de repente me he encontrado con canciones que hacía mucho tiempo que no escuchaba, como esta que encabeza la entrada.
Ahora soy otro Juan, ni mejor ni peor, simplemente soy otro y me ha costado demasiado aceptarme tal y como soy en este momento. Puede que ahora tenga algo que contar, puede que haya extraido alguna lección de los acontecimientos y puede que pueda compartir las enseñanzas.
La más importante de todas y el consejo que no dejo de dar a la gente que quiero. es frena. Si no frenas tú, te frenará la vida, sea de la forma que sea.
Al fin he aprendido a decir que quiero a la gente que quiero. y a identificar  los sentimientos que me sacuden constantemente y a llamarlos por su nombre.
Al fin he aprendido muchas cosas, entre ellas que necesito seguir aprendiendo y no dejar de aprender.
Me alegra saberte por aquí, pasa y ponte cómoda, Bea.


 

miércoles, 8 de junio de 2016

La venganza de Chicote.

Pues en efecto, prefiero aliñar un gazpacho con su ajo y su pepino y dejarme ya de tanta tontería pero no sé que coño está pasando, que con tanto programa de televisión de esos modernos, en los que los cocineros famosos sientan cátedra con cada palabra que sale de sus bocas y tanta pretensión de glamour asociado a la cocina, nos están cambiando hasta la forma de expresarnos.
Yo que siempre me he considerado un tipo tan romántico como original y culto, he descubierto que al mantener una conversación por Whatsap y enviar un último mensaje cortando la comunicación, acostumbro a despedirme con: "Besos en su punto de sal, reducción de caricias y abrazos caramelizados, todo ello en tamaño king size". Vamos, que me he vuelto un gilipollas.
Con lo bien que me caía Elena Santonja y lo estupendo que era su programa. "Con las manos en la masa", que acompañó muchas de las lecciones que aprendí de mi madre en la cocina.
Siempre me atrajo el mundo de la gastronomía y aunque nunca me he dedicado a ello profesionalmente, me encanta encerrarme en ese taller con todo tipo de utensilios y materias primas y dejar volar la imaginación y dedicar algo de creatividad a alimentar el cuerpo, no solo el espíritu.
Palabras como maridaje, reducción, emplatar y un largo etcétera han pasado a engrosar la lista de las más utilizadas, en mis últimos cuatro años de existencia.
Es cierto que tener cierta soltura en los fogones es un valor añadido a la hora de conquistar a una dama y también te confiere una siniestra habilidad para preparar suculentos guisos con cristal rayado, cabezas de alcayatas y salteado de cuchilla de afeitar. El uso de venenos, raticidas y demás productos químicos es una tremenda vulgaridad y además no he encontrado el vino que maride en condiciones con el cianuro.
Esta sociedad nuestra ahora encumbra a quien antes se consideraba poco más que un siervo y en ese sentido, estoy completamente de acuerdo, pues los profesionales de la gastronomía merecen absolutamente el mayor de los respetos y son auténticos artistas que crean oras magníficas por las que pasarán a la historia. Lo que ya no me gusta lo más mínimo, es que haya alguno de ellos que se permita despotricar contra la cocina de toda la vida, aquella con la que nuestras abuelas y nuestras madres no enseñaron lo que era el éxtasis. Esa cocina que nos facilitó nuestro primer orgasmo, al saborear unas manitas de cordero, un rabo de toro o un cocido madrileño.
No hace falta guarrear los platos con vinagre negro y espeso, ni con otros artificios, para que comer sea una experiencia similar a algunas prácticas de lo más placenteras.
No me fío de la gente que apenas prueba el contenido de los platos, ni de la que los deja llenos y a la media hora se hincha a gusanitos y cortezas.
Para mí, la noche perfecta con la persona amada, arranca con una cena acorde a las circunstancias, con un vino maridado con lujuria y con un postre susceptible de ser devorado hasta llegar a la cama, y terminado sobre su ombligo.  Pero sigo siendo un romántico, que se le va a hacer.
Cuando aprieta el hambre, como cuando se está falto de amor, siempre habrá comida basura, pedidos telefónicos y una gran variedad de comida rápida
Lo siento, soy un delicado y exigente gourmet.

domingo, 5 de junio de 2016

Aprendiz de Ícaro


  Vete ya de mi subconsciente y sal de mi cabeza, para siempre jamás, por favor. Y no vuelvas nunca.
No quiero que tu recuerdo vuelva a sacarme de la cama a la una y cuarto de la mañana de un sábado como hoy, y me siente al teclado del ordenador, para vomitar todo el veneno que me inoculaste en su momento, con aquellos besos sin antídoto que paralizaban el sistema nervioso y anulaban la voluntad.
Han pasado más de seis años y aunque un percance reseteó mi cabeza, borrando en el acto cientos de miles de archivos, aquellos en los que almacené tu traición y tu falta de piedad, no los conseguí perder. Los médicos me explicaron que este tipo de recuerdos, los dolorosos, son los que cuesta olvidar, así como aquellos conocimientos que se adquirieron a base de esfuerzo, estudio y sacrificio.
Es increible haber olvidado tantos rostros amables y conservar la posiblidad de describir el tuyo arruga por arruga,lunar por lunar, poro a poro.
Recuerdo aquella playa de Galicia, donde tras nuestra última batalla, decidisteís que era el momento perfecto para volar cometas junto al mar, ignorando el inminente armagedón en nuestras vidas y evitando contener las grietas en la esclusa de mi pecho, por las que se devordaria el caudal de lágrimas contenidas en la presa de mi alma.
Sin importaros lo más mínimo mi presencia, os cogisteis de la mano mientras soltabais cuerda, y la cometa se elevaba subiendo cada vez más y más alto y arrastrando atada a su cola , la poca dignidad que me quedaba. Deseé volar y liberarla de aquel nudo traidor y cobarde, que cada vez la alejaba más de mi pero al conseguir levantar el vuelo y llegar junto a ella, la cera de mis alas se derritió y caí en picado sobre un colchón de desesperación y dolor. Intenté ocultarme del mundo bajo el edredón de angustia y me cubrí con él por completo. pero dejé un huequecito por el que mirar furtivamente y lo que pude ver me destrozó el corazón.
Supongo que os consideraréis ganadores. Al fin y al cabo vuestra infamia venció a la poca humanidad que albergaba aun vuestros espíritus.
Yo me encontré con una vida que no quería vivir y con una puesta a cero en el taxímetro de la felicidad. Pero os voy a contar un secretito: no habeís ganado una mierda, porque con el tiempo, he aprendido que en esta vida, todo termina volviendo y nada desaparece, todo se transforma. 
Puede que me haya convertido en un patético soñador que no renuncia a encontrar el amor verdadero y que sigue fracasando una y otra vez, pero aunque os joda, estoy vivo. Mis fracasos son parte del empirismo salvaje que me lleva a un contante ensayo-error hasta que dé con la persona adecuada. Vosotros aunque no lo sepais aun o no lo querais saber, estais muertos. No físicamente pero si en lo espiritual. No seré yo el que arroje la primera piedra ni entre en el juego de la descalificación, el odio o el revanchismo. Dicen por ahí que Dios castiga sin piedra ni palo, pero a mi eso me importa lo justo. Creo que en el pecado llevaís la penitencia.
Si os habéis dado cuenta, no soy tan miserable de poneros nombre aquí, de acusaros de nada (los hechos han hablado por si solos) ni de dar claves para que se os relacionen conmigo. Por lo que me cuentan mis espias rusos, esta ciudad ya os ha ido estrechando el cerco. Sé que disfutais con mi desgracia y mi dolor y sé que os alegra cada una de mis pérdidas, incluso y como demuestran vuestra miserables conducta, la de aquel al que deberiais haber agradecido todos y cada uno de sus actos de buena fe para con vosotros, pero esa ponzoña de la que os alimentais al hacer el amor, os ha convertido en los monstruos que sois.
Yo no soy tan cobarde como para denunciar mi dolor con nombres y apellidos o fotocopia de DNI,ni para levantar un dedo contra vosotros, por el contrario, he aplacado la ira de muchas personas deseosas de pagaros con la misma moneda con la que acostumbraís a realizar todas las transacciones.
Solo os digo una cosa: La vida da muchas, muchas vueltas.
Me vuelvo a la cama, a ver si ya no veo más cometas en sueños.

sábado, 4 de junio de 2016

Desplegando las alas.

Siento comunicároslo pero en estos momentos no somos legión, somos más de dos legiones de ángeles los que estamos desplegando las alas en el cielo para preparar el vuelo en el que en formación de combate, caeremos sobre vosotros, miserables mortales.
En un principio Dios, que es todo bondad, no quería permitirnos daros un escarmiento pero a fuerza de la insistencia de Gabriel y Miguel, los ángeles impartiremos justicia.
Mi nombre es Daramiel y durante muchos milenios he sido un ángel de amor pero sois tan patéticos que habéis renunciado al consejo y la guia de los ángeles y habéis cambiado el amor verdadero por aberrantes prácticas sexuales, autocomplacencia, egoísmo y diversos errores propios de vuestra especie, que eclipsan el verdadero significado de la palabra amor y desvirtúan la tan especial magia de la unión carnal.
No hablemos de la justicia. Habéis defecado moralmente sobre la equidad, la honradez y los valores necesarios a la hora de impartir justicia y tenéis tan poca vergüenza que sois capaces de aplaudir y envidiar a los grandes delincuentes y castigar con saña a quienes un día cometieron un error insignificante.
He pasado los últimos cuarenta y un años viviendo entre vosotros como uno más. He nacido de mujer, he crecido (aunque no gran cosa por no llamar la atención) me he alimentado (no de la forma más correcta, para que decir lo contrario) opté por no reproducirme pero he practicado todo lo que he podido vuestras tendencias y avances sexuales y aunque he muerto, Dios padre me envió de nuevo  de vuelta a vuestro lado, en busca de cualquier eximente que os libre de nuestro castigo.
No ha habido nada que hacer. He vivido el amor pero tras embarcarme en muy diferentes relaciones con mujeres de todo tipo, no he encontrado nada que pueda libraros del fuego de mi espada. Quizás la última mujer a la que besé haya estado a punto de conseguir nuestra clemencia para los mortales pero aún sintiéndolo mucho, la historia, preciosa eso sí,  se terminó.El amor no lo pudo todo. 
He trabajado como todos los hijos de Adán y me he enfrentado a las miserias del sistema laboral.
Me he entregado a todos los placeres,a  todos. He buscado la esencia de la depravación y de la perversión y la he encontrado con excesiva facilidad y en tantas ocasiones como he querido.
He buscado en vosotros la fe, pero vuestra fe se mide en sistemas monetarios, se oscurece en religiones absurdas con preceptos absurdos y termina sirviendo de excusa para matar en su nombre.
Mi espada caerá sobre vosotros porque ya no soy un ángel de amor, soy un ángel de cólera.
Mi amigo Lucifer osó enfrentarse a Dios y alzar su espada contra él pero yo tan solo acataré y cumpliré as ordenes que el Señor me encomiende. 
Arrasaremos a los miembros de  vuestra clase política y beberán azufre para purgar sus gargantas y sus lenguas embusteras.
Combatiremos a los fanáticos y los erradicaremos de la faz de la tierra. Ahora sabrán lo que es matar en el nombre de Dios.
Rescataremos a aquellos que enviamos de incógnito y que han vivido entre vosotros con el nombre de deficientes, trisonómicos y todos esos nombres que habéis inventado al no saber pronunciar los nombres antiguos para sus antiguas y benditas almas.
Confesaos...o no, haced lo que queráis, os va a dar igual.
Nuestro cupo de justos ya está completo, hoy hace exactamente dos años que permitimos la salvación del último justo entre vosotros. Los demás sois excedente de mercado. 
Lanzaré mis huestes sobre vuestros ridículos y miserables líderes mundiales y no habrá ingenio nuclear, bactereológico o químico que pueda detenernos.
Lo siento por vosotros, sobre todo por aquellas que son madres porque son las que más cerca han estado de ese amor verdadero del que os hablaba antes, del amor que quiso transmitiros el  Padre de todos, pues tan solo una madre sabe lo que significa querer tanto a alguien como para sufrir con su sufrimiento sin necesidad de daño físico real.
Temblad, pues en efecto, a todo cerdo le llega su San Martín. 
Os exterminaremos a todos y aquellos que habéis vivido con fuerza y honor, aceptad el destino y no desenvainéis la espada.
Lo que hacemos en la vida, tiene su eco en la eternidad.
A mi señal: ira y fuego.


jueves, 2 de junio de 2016

Eres tu

Indiscutiblemente soy carne de psiquiatra y aunque llevo meses acudiendo a ver a este tipo de profesionales, tras haber pasado por mucho tiempo de consultas privadas con una psicóloga, no han conseguido explicarme cómo es posible que esta pulsión, esta necesidad de vivir el amor en el sentido más completo de la palabra, domine por completo mi vida.
Creo sinceramente que "ella" anda por algún lado, pero la jodia se esconde como un boina verde en la jungla vietnamita, mimetizándose a la perfección con el entorno, agazapada y dispuesta a saltar sobre mi cuando menos me lo espere y arrancarme el corazón.
Había tomado la firme decisión de abandonar el romanticismo en mis textos y centrarme en otras temáticas, aunque en las dos novelas que tengo en la casilla de salida, las historias de amor de sus protagonistas son fundamentales e insustituibles. 
Siempre he sido un romántico empedernido y así me ha ido. He tenido la suerte de haber conocido mujeres increíbles pero mi absoluta convicción de que el amor lo puede todo, me ha llevado a un fracaso tras otro y al momento actual, en el que estoy dispuesto a extirparme la glándula suprarrenal o la que sea que active mi romántica estupidez. Nunca he creído en el tan moderno y funcional concepto del "follamigo". Quizás es porque he aprendido a disociar y a separar las cosas para evitar complicaciones o dolores innecesarios. A nadie le amarga un dulce, ni tres o cuatro en la misma noche, pero mis amigas son mis amigas y no quiero someterlas a semejante presión. Bastante tienen con aguantarme y quererme como soy, para encima hacerles andar inventando excusas para no  acostarse conmigo sin herir mi sensibilidad...
Tendré que escribirme la historia de amor perfecta. Mi última relación casi lo fue, pero como decían en una película de los ochenta: "Todo termina mal, si no, no terminaría".
Como canta el Dúo Dinámico en el tema que abre este post: "Ven a mi, que quiero explicarte porque eres tu la chica con quien tanto soñé". Pero ven ya, coño, que se me está terminando la paciencia.
Hace nada una amiga de mi madre me presentó a su hija, una preciosa criatura de treinta y una primaveras, con un rostro angelical y una belleza muy particular, a juego con su educación y su saber estar, y no me quedaron más cojones que maldecir a Supergato, al destino, a Dios o al que sea que acostumbra a gastarme este tipo de bromas. Debe de ser muy gracioso cruzarme con la mujer ideal, para que me dé cuenta de que nunca podré acceder a ella.
Creo que voy a dejar las historias de amor para una selección de relatos especiales que con suerte publicaré en papel algún día. Hoy por hoy y viendo que es lo que más demandan los lectores, me centraré en los asesinos despiadados, el triunfo del mal y de las tinieblas, y la siempre eficaz casquería fina. Eso, sí, trataré de hacerlo bien y de aplicar todo lo que estoy aprendiendo.