domingo, 12 de octubre de 2014

Baladas

Eso era lo que me había dado por escuchar últimamente, hasta el día de hoy, en el que he decidido tratar de frenar un poco tanto romanticismo y tanta ñoñería, y para ello he puesto en mi equipo el cd con la sesión que se marcó mi amigo Luis Manaya durante la presentación de mi libro hace un par de años.
Musiquita canalla y guerrillera de esa que hace que se te muevan los pies y el alma.
Pero no noto cambio alguno dentro de mi.
Creo que a raíz de despertar del coma tras el accidente he cambiado de forma más o menos radical mi visión sobre la vida.
Ahora en primer lugar, acostumbro a preguntarme por que motivo me he quedado yo, cuando se han ido personas infinitamente más justas, sabias y necesarias para la humanidad. Supongo que algo me espera en el futuro y trato de prepararme para ello, aunque no se muy bien si mi misión será salvar el planeta de una invasión alienígena o batir el record mundial de comer nachos con queso, vaya usted a saber, en cualquier caso me enfrentaré a lo que haya de venir con la mayor dignidad posible.
El caso es que esta tremenda ñoñería que me embarga tiene su lógica. He descubierto que siempre he sido un ferviente admirador de las mujeres, incluso de aquellas que me han dado caña y he tenido la inmensa fortuna de haber compartido todo tipo de experiencias con ellas. Obviamente soy un tipo muy enamoradizo y eso no lo iba a cambiar un accidente de moto, por grave que este fuera.
Ahora mi vida vuelve a cobrar sentido desde que he podido abrazar a la mujer a la que he querido más que a todo y desde que he vuelto a besar algunos de los labios más bonitos y ardientes que se me cruzaron a lo largo del pasado y han vuelto a cruzarse en el momento más oportuno.
He descubierto la ternura y el cariño en mujeres a las que ni tan siquiera me hubiera atrevido a mirar hace unos años y no se de donde he sacado el valor suficiente para hacérselo saber. aún con cierta timidez  y todo ello me afianza en la idea de que el ser tan enamoradizo lejos de destrozarme la vida, me reporta innumerables beneficios, pues cuando se quiere como yo quiero, ya no solo el corazón, si no todo el cuerpo experimenta una increíble cura y recuperación que culmina en el renacer tipo Ave Fénix al darme cuenta de que es recíproco.
Imagino también que la creatividad se alimenta de la inspiración que se recibe con cada sonrisa, con cada palabra amable o con cada gesto de la persona que te atrapa con un guiño de ojos.
Antaño los escritores "malditos" eran aquellos que alimentaban a su inspiración a base de botellas de absenta o de cualquier tipo de licor, así que sinceramente, por mucho que me gusten algunos de los escritos de estos señores, considero que ese tipo de avituallamiento para la inspiración adultera lo creado y lo exonera de una autoría real o sincera.
Casi que me quedo con lo de ser un romanticote empedernido, al día siguiente no te duele la cabeza ni tienes que arrepentirte de haber meado fuera del tiesto constantemente.
Y ya no hablemos del cutis, nada que ver.
Creo  que el amor rejuvenece al que lo padece, le tersa la piel y le ilumina ojos y sonrisa.
Menos cremitas y más cariño, que amen de ser más efectivo, te ahorras un pastizal tremendo.
Me parece a mi que el que nace lechón muere y renace cochino, como en el refrán castellano.
En cualquier caso aprovecho para comunicaros que voy a comenzar una nueva novela, ya que mi primer experimento con ese género terminó en abandono y frustración y ahora me encuentro con fuerzas y ánimo suficiente.
Creo que voy a pasar del argumento original que relataba la apasionante historia de amor entre un zombi antropófago bielorruso y una bailarina de claqué tailandesa y me voy a centrar un poco en algo más cotidiano o por lo menos en algo menos siniestro (si, ya se que el claqué da muy mal rollito)
Os iré contando, porque lo que no pienso abandonar es este blog, eso bajo ningún concepto.
Sirva mi novela de homenaje a todo lo que hubiera querido decirte en su momento y no pude.
Y a tu belleza.

lunes, 6 de octubre de 2014

Vivir para contarla

Así tituló García Márquez al compendio de sus relatos autobiográficos, abriéndonos su universo particular y de paso quedándose con el nombre más chulo que se le puede poner a una autobiografía.
Lo cierto es que leer biografías de personajes ilustres es como invadir su intimidad de alguna forma, aunque también sirve para sentirlos más humanos  y de alguna manera incorporarlos al entorno más cercano, aunque nunca hayamos tomado un café juntos.
Una de las autobiografías que siempre me ha apasionado es la del genial poeta Antonio Machado, en verso y bajo el título de "Retrato", Machado la incluyó en su "Campos de Castilla", regalándonos algunas de las frases autobiográficas más sinceras y descarnadas y consiguiendo un respeto y un cariño aún mayor entre sus admiradores.
Si yo hubiese escrito una autobiografía y la hubiera titulado "Retrato", seguro que me hubiera salido un retrato como el de Dorian Gray que escribió el irlandés Oscar Wilde, y mi biografía hubiera ido envejeciendo mientras yo me obcecaba en seguir siendo el eterno adolescente, hasta que el ordenador hubiera cascado con los años y entonces al perderse mi biografía, me hubiesen devorado los años en el acto.
Ya puestos a citar a autores, otro de los títulos que no me importaría plagiar para una autobiografía sería el de Jorge Semprún "La escritura o la vida", ya que solo en el título uno puede darse cuenta de lo terriblemente importante que es para el autor la expresión mediante la literatura.
Creo que para mi, el hecho de sentarme cada día a escribir se ha convertido más que en una rutina en una especie de suerte o de bendición, ya que ante un folio (o en mi caso una pantalla) en blanco, no hay distinciones de ningún tipo, todos somos igual de libres para escribir aquello que necesitemos o queramos escribir.
Cierto es que la autobiografía ha de ser el género literario más honesto y menos imaginativo, porque si dependiese de mi imaginación o de mis deseos, y no tuviera que ceñirse a la verdad, escribiría sin dudarlo que un día te diste cuenta de que me amabas con locura y tras casarte conmigo, me diste una vida de felicidad plena y envejeciste a mi lado hasta que llegó el ocaso que por fuerza ha de llegar.
También omitiría escribir sobre mis fracasos, mis errores o los momentos más tristes de mi vida, reconvirtiendo el desastre en una abrumadora victoria y la definitiva ausencia de mis seres queridos en una escapadita de fin de semana.
Pero entonces ya no solo estaría engañando a los posibles lectores de mis memorias, también me engañaría a mi mismo, ya que lo que dota de identidad a una vida no son solo los aciertos, también y en gran medida los fallos.
Quizás el libro biográfico que más me gusta es el "Maus" de Art Spiegelman, quien en forma de comic o novela gráfica (como más os guste) escribió sobre las vivencias de su padre, un judío superviviente de los campos de exterminio.
Es impresionante como te puede llegar a lo más hondo una historia como esa, en la que los personajes son ratones o gatos, dependiendo a quien represente, alemanes o judíos.
De todas formas no me voy a sentar a escribir mi vida aún, ya que por fortuna he vuelto a poner el contador a cero y aunque este verano he cumplido los cuarenta (si...son los nuevos veinte o eso dicen) creo que si tengo relativo cuidado aún daré mucha guerra todavía, en el buen sentido claro, que soy muy poco beligerante.
Además mi vida esta siendo salvo en algunos momentos puntuales, de lo más normalita y aunque he tenido la gran suerte de conocer a personas increíbles y enamorarme de alguna de ellas, por lo demás nunca he participado en ninguna expedición como Amundsen o Scot, no he inventado el submarino ni he desarrollado ninguna vacuna, soy más de cositas cotidianas y carentes de proyección histórica ni repercusión mediática.
No cambiaría ningún premio Nobel por uno solo de tus besos, eso seguro, ni renunciaría a una noche contigo a cambio de poner mi nombre en un trozo de tierra, un rio o un asteroide.

Este es mi particular homenaje a algunos de mis escritores favoritos.
A la vida.
Y a tu belleza.

jueves, 2 de octubre de 2014

El mañana nunca muere


Eso lo he aprendido con los años.
El mañana inevitablemente, terminará llegando y eso es digno de celebrar, aunque ya mañana  no seré solo para sus ojos.
Hace mucho tiempo que la espía que me amó, dejó de enviarme cartas con olor a perfume francés desde Rusia con amor y aunque era una agente con licencia para matar, se conformó con destrozarme el corazón.
Se supone que estoy al servicio de su majestad, pero no es cierto. Estoy al servicio de cada historia de amor que se me cruza en el camino, pero nada es para siempre, ni siquiera los diamantes son para la eternidad.
El mundo, sobre todo este mundo sin ella, nunca es suficiente y que os voy a contar, esta fue una historia de amor muy especial. Nació entre los dos una atracción maravillosa que derivó en  alta tensión y claro, en cuanto me acarició el cuello con la punta de su lengua no pude evitarlo y me puse de lo más octopuss,( para que hablar de ello) no voy a presumir de ser el hombre de la pistola de oro, pero otra de las cosas que me ha enseñado la vida es que solo se vive dos veces, así que me dije: "muere otro día" y sin poder remediarlo y a lo felino, gasté una de mis vidas aferrado a su cintura.
Ella que tenía la misión de neutralizarme, en cuanto divisó aquel panorama para matar lo vio todo demasiado fácil y decidió neutralizarme de la forma más femenina y cruel, pero eficaz, abandonándome cuando más la quería.
Me he dejado una fortuna entre lo perdido en el casino Royale y lo que me ha soplado por sesión mi psiquiatra, el Doctor No, con lo que ahora, además de estar completamente solo, me he quedado sin un céntimo.
Creo que ella bautizó a esta operación como operación trueno y en efecto, sufrí tanto al perderla que me recuerdo llorando y deseando la muerte, hasta tal punto que en mi desazón me tatué el antebrazo con una frase en su honor: "vive y deja morir" resumiendo lo que siento desde el día en el que descubrí su juego, ya que no la deseo ningún mal, todo lo contrario, espero que viva feliz muchos años, pero a mi me gustaría irme ya porque una vida sin ella a mi lado no me interesa lo más mínimo.
Ahora mismo estoy deseando que caiga la noche, porque una noche cerrada es lo más parecido a la muerte en vida, con su oscuridad sepulcral y su silencio, pero madre mía, aún quedan horas porque cuanto sol hace.

Este es mi homenaje a las novelas de Ian Fleming que se adaptaron al cine acompañándome durante casi toda la vida.
Y a tu belleza.


miércoles, 1 de octubre de 2014

Mi historia interminable.

De repente la nada llegó a la tierra de fantasía y todo iba desapareciendo al ser devorado por esa sin razón que trataba de atraparme.
Yo corría desesperado y la nada se tragó la sonrisa más bonita del mundo, las manos más hábiles que estaban a punto de confeccionarme una felicidad a medida y ahora acechaba  golosamente a la mirada más tierna.
En mi carrera sorprendí a Atreyu tratando de rescatar a su caballo Artax del pantano de la desesperación y al intentar ayudar, perdí pié y caí en la ciénaga.
La tristeza no me permitía regresar a tierra firme y cuanto más hacia por mantenerme a flote, más me hundía tragando penas constantemente al abrir la boca intentando respirar.
Para mi fortuna unos cuantos guerreros a lomos de unos caballos muy extraños y culones, aparecieron de repente y me lanzaron una cuerda a la que me agarré en último extremo y conseguí volver a tierra firme.
Encontré a la gran tortuga Vestusta Morla, quien me cantó la solución a los problemas y puse rumbo al palacio de la emperatriz de Fantasía, a quien yo llamaba princesa esmeralda, por el color de sus ojos.
Si la regalaba un nuevo nombre, la nada desaparecería como llegó y todo seguiría igual.
La nada se originó de los restos de mis historias de amor y se nutria de ellas, por lo que o solucionaba el tema o devoraría a toda a quien amase.
Con el tema de los jodios recortes tuve que volar a lomos de un gatete blanco y negro, ya que no alcanzaba para dragones con el presupuesto, pero el gatete se esforzó y me acercó a mi destino.
Por el camino, superé la prueba de las esfinges y vencí al lobo que trató de arrancarme la vida a dentelladas.
Todo parecía ir bien hasta que esa pequeña rubita se cruzó en mi destino.
No quise enamorarme, pero era mi destino y nada pude hacer.
La nada trató de engullirla al instante y ni tan siquiera mis queridos gigantes de piedra pudieron apartarla de su presa.
Segundos antes de desaparecer entre la nada, la pequeña rubita se volvió y me llamó por mi nombre, consiguiendo que de un salto, la rescatara de allí y la subiera a la grupa de gatete.
Encontramos a la princesa esmeralda, digo a la emperatriz de fantasía en su torre de marfil y rápidamente la bauticé con su nuevo nombre, nacido de mi corazón: "Quin".
La nada desapareció gracias al poder del alma de la emperatriz y yo comprendí que si quería ser feliz, tendría que abandonarla en los brazos del príncipe que ella escogiera y centrarme en mi pequeña rubita, que desprendía cariño a raudales.
Si la nada volvía, solo engulliría mi corazón y al menos dejaría tranquilo el resto del reino.
De momento, no temo otro final triste, ya que esta historia ni tan siquiera ha comenzado, y cuando comience, llamaré al bueno de Michael Ende y le pediré el favor de que me regalé un final de los suyos, más acorde a lo que siempre he soñado..
Si no se presta a ello, tengo una lista tremenda de escritores de confianza a los que puedo suplicar unos cuantos "y fueron felices y comieron perdices". Digo yo que alguno se apiadará de mi y si no volaré junto a mi siempre fiel Peter Pan, quien ahora me llama a diario, ya que Campanilla se le ha marchado con uno de tantos niños perdidos.
No pasa nada, la vida es un libro en blanco y se que puedo llenar sus páginas con la historia que siempre he querido protagonizar. Ahora tengo una nueva oportunidad para sentarme a escribir.

Este es mi homenaje a uno de los libros que marcó mi infancia.
Y a tu belleza.

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lunes, 29 de septiembre de 2014

Mi Casablanca particular.

Es curioso, comencé a enamorarme de ti justo después de abandonar el hospital donde pasé unas semanas tras derribar mi caza los alemanes.
Ilsa terminó marchándose con Lazslo en ese avión que me juré no cogería, y ahí estaba yo, con mi amigo el gendarme en la pista del aeropuerto disertando sobre la amistad y conteniendo las lágrimas por la mujer que volaba lejos de mi.
Siempre nos quedará Paris.
Sin darme cuenta, me hice un asiduo del café de Rick, ya que el señor Blaine me resulta muy simpático, al ser un amante del desierto de reducida estatura, como yo, una gran ironía y un valor desmesurado camuflado bajo su chaqueta impoluta.
No está Sam para cantar nuestra canción al piano, que sin su presencia acumula polvo en silencio,  pero el bar destila buena música por los cuatro costados y eso me gusta, así que he tratado de no perderme un solo concierto, en los que el público amaga constantemente con arrancarse a cantar "la marsellesa" por encima de otros himnos más beligerantes.
Eres la princesa de la barra y verte atender tus dominios con esa eterna sonrisa es francamente alentador, uno recupera la ilusión y las ganas de volver a pilotar, aunque aún tengo miedo, porque no puedo evitar recordar constantemente ese fatídico momento en el que el paracaídas de oferta decidió no abrirse.
En la cama del hospital, pensé que quizás no volviera a besar a una mujer y gracias a Dios me equivocaba, ya que no hace mucho volví a besar a una muchachita encantadora.
Que sensación más agradable.
Yo era un tipo muy osado, siempre voluntario para las misiones más arriesgadas y peligrosas, ahora me tiemblan las piernas solo de pensar en acudir a recogerte a la salida de tu turno.
Creo, por el nombre, que debes de ser italiana, ya que en el café de Rick se da cobijo a personas de todas partes del mundo, que llegan hasta allí  huyendo del pasado e inventando una nueva vida lejos de los sinsabores de la realidad.
Se que al menos te resulto simpático , ya que me atiendes con un encanto muy particular e incluso he notado cierta ternura a la hora de encender mis cigarrillos solícitamente.
Me riñes por seguir fumando al mismo tiempo que con una delicadeza tremenda, recoges mi bastón del suelo.
Es inevitable que despiertes en mi sentimientos que pensé volaban camino del olvido con Ilsa y Lazslo.
En mi regimiento me llamaban "poeta" los compañeros de forma cariñosa e incluso algo condescendiente, dadas mis aficiones literarias. He escrito muchas cartas para las novias de los soldados a cambio de munición, botas, raciones de campaña...pero la carta más bonita es la que aún no me he atrevido a escribirte.
Supongo que el primer trago me devolverá un poco del valor perdido y cuando escuche el cornetín en mi cabeza me lanzaré a pecho descubierto a tratar de conquistar tus labios, unos labios que prometen la mayor de las dulzuras lejos de mi trinchera.
Puede que por el camino me abata una bala perdida o puede que tome tu posición, no lo sabré hasta que me lance a ello, porque la guerra es así, no hay batallas ganadas de antemano.
No obstante me da igual si vuelvo a caer, la misión merece el riesgo y te aseguro que no busco la gloria ni medallas, tan solo abandonarme entre tus brazos.
Espero que esta vez alguien tenga la delicadeza de dispararme el tiro de gracia. No soportaría volver al hospital de campaña con el corazón colgando de un hilito.
Este es mi personal homenaje a Casablanca.
Y a tu belleza.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Historias de amor

Este título me suena a canción malucha de los años noventa, que movida.
El caso es que siempre he sido muy aficionado a las historias de amor y así me he pasado la vida, enamorándome, desenamorándome, sufriendo, contentándome y persiguiendo el amor verdadero cual galgo tras la liebre, pero en este terreno uno más bien se siente como un galgo fondón tras una liebre apolínea.
Lo cierto es que luego todo esto da mucho juego a la hora de escribir, porque siempre he pensado que los poemas más hermosos que se han escrito son producto del amor no correspondido.
Aunque claro, lo del amor no correspondido para escribir poemas guay, pero ya está. Para el resto de las cosas mola más bien poco.
Desde luego no me voy a quejar, he tenido la oportunidad de que muchas mujeres se terminaran hartando de mi y eso quiere decir que para hartarse han tenido que pasar un tiempo conmigo, que tampoco soy tan insoportable como para que me larguen a los diez minutos.
Me siento francamente afortunado y algo tontico, porque he gozado del amor en todos sus aspectos (a ver chicos, no hagáis bromas soeces con la frase anterior) y aunque esas historias se terminaron acabando, con lo que eso conlleva de dolor y malestar, no he cejado en mi empeño y he seguido intentándolo.
Será que soy el eterno enamoradizo o que pertenezco a otra época, puesto que disfruto más del cortejo y de los suspiros que del " aquí te pillo, aquí te mato".
Creo que regalar flores es genial, siempre y cuando no des con una alérgica al polen, ni termines aburriendo a la amada.
Una vez paseando con una chiquita encantadora por  el campo, me incline para arrancar unas margaritas y regalárselas en plan "que chico más majo soy" y al alargar la mano para coger las flores una abeja que estaba libando tan ricamente se asustó y en defensa propia (eso argumentó su abogado) me clavó el aguijón en el pulgar , causándome un dolor tan horroroso que me hizo gritar como una quinceañera en un concierto de los One direction esos.
Como podréis imaginar se fue al carajo el momento romántico, llevándose mi masculinidad de paso, pues fue ella quien me agarró de la mano y me limpió las lágrimas tratando de consolarme.
A la abeja la condenaron a muerte, sentencia que fue ejecutada en el acto.
Y no os cuento ya lo terriblemente jodido que es tratar de conservar una pareja siendo el Peter Pan de mi calle, ya que como dicen por ahí el "peterpanismo" a partir de los 30 es un símbolo de inmadurez.
Me va a tocar vender por internet el modelito de Peter Pan, gorrito con pluma incluido, a ver si saco al menos para tabaco, que es mucho más dañino que ser inmaduro, pero al menos aporta algo de virilidad a la imagen de uno.
Lo único que me ha servido de algo siempre es el sentido del humor, porque a las chicas les encanta reírse y si consigues que sea contigo y no de ti, la cosa va bien.
Ahora, tampoco hay que hacer un monólogo de esos de " El club de la comedia" cada vez que tienes algo que decir, porque entonces no te van a tomar nunca en serio y tampoco se trata de eso, que ser simpático si, pero un chapas ni hablar.
Ir de durete tiene lo suyo con las chicas, pero hasta un punto, sobre todo si no eres bajito y sentimental, porque entonces se te nota que estás adoptando un rol que no te pertenece. Para ser un duro en condiciones te tiene que acompañar el físico y debes tratar de evitar llorar en el cine y bailar en cuanto pones un pie en la discoteca.
Creo que fue Norman Mailer el que escribió "Los tipos duros no bailan".
Supongo que mascar tabaco y escupir no es tampoco muy seductor, así que abandono ese estereotipo.
Es muy fácil ser un durete de metro noventa y con músculos hasta en los músculos pero con 1,68 y el bigote bicolor es mucho más complicado.
Yo casi que seguiré a lo mío, enamorándome como una colegiala e imaginando con alas de hada al amor de mi vida, a ver si hay suerte y me echa sus polvos de hada, aunque sea solo con la intención de ayudarme a volar.
Supongo que esta entrada no me ha quedado ni muy poética ni muy romántica, pero es que estoy en una fase de redescubrirme como persona y de sopesar que es lo que debo conservar del pasado y que es lo que me convendría ir aparcando.
No obstante contra lo que no se puede luchar es contra los sentimientos y yo soy muy de querer con todas las ganas, así que nada, seguiré tratando de que aquella de la que estoy enamorado, sienta lo mismo que yo. Eso o me apunto a un gimnasio y me someto a  un tratamiento de hormonas del crecimiento


domingo, 7 de septiembre de 2014

Borrón y cuenta nueva o "Segunda temporada"

Ayer hablando con mi amiga Jimena, comenté que estaba planteándome incluso el preparar un nuevo libro para contar de forma amena todo lo que he aprendido en estos meses pasados y sobre todo lo sensacional del cariño recibido por tanta y tanta gente.
Recuerdo que el día de la presentación de aquel Historias para según qué días, ilustrado por ese genial y creativo angelito que es Estela Labajo, mi querida amiga Eva Moreno llevó un libro en blanco para que los asistentes escribieran sus dedicatorias, y vaya si lo hicieron, estos días he releído esos textos, unos más jocosos que otros y entre ellos he encontrado el que escribió mi padre, quien rubricó: "Escribir es una forma de fijar el pensamiento, no lo dejes nunca. Enhorabuena por tener tantos amigos"
No voy a dejarlo nunca, porque para mi escribir es una manera muy especial de abrir el corazón y comunicarme con la humanidad y a veces incluso cuento cosas interesantes y divertidas, otras doy mucho el coñazo quizás, ya lo siento.
Lo cierto es que pensé que lo de los amigos lo escribía mi padre por la cantidad de gente que aquel día acudió a acompañarme en la presentación de mi primer retoñito de papel, pero ahora he comprendido lo que quiso decir con esas palabras.
Y es que llevo una temporada en la que me paso el día con las emociones a flor de piel, tal es el inmenso cariño que se me está transmitiendo.
Yo no me he considerado nunca un tipo fuera de lo normal, bajito si, y con un sentido del humor algo omnipresente, pero nada más, como digo ahora, jamás he rescatado un niño de un incendio ni tan siquiera he bajado un gatito de un árbol (a ver...no llego a las ramas) por lo que no pensé ser merecedor de tanta buena energía y tanto afecto de tantísima gente.
Lo cierto es que salgo a la calle y me siento algo "osito de peluche" dada la cantidad de abrazos que recibo, pero eso mola mucho, y como hablé con el médico, mi recuperación se debe en parte a todo lo que se me ha transmitido desde tantos lugares.
Desde el cariño de amigos músicos que tuvieron detalles increíbles en conciertos, como Snti Iglesias o Los Pichas rondilleros, el cariño de mis amigos actores que me emocionan al verles en escena y transmitirme su alegría de encontrarme entre el público (esto lo viví ayer en el Shock&Show) el cariño de tanta y tanta gente dedicada a todo tipo de cosas, hosteleros, comerciantes, funcionarios, técnicos, gente de la cultura, militares...
Vamos que vivo en tal subidón de azúcar que ¿cómo no me voy a recuperar completamente? si hasta mis queridos artesanos de Da Silva me van a acabar utilizando de materia prima, de lo dulce que me he vuelto. Yo que siempre soñé con ser un durete estilo Indiana Jones.
Ahora estoy en pleno borrón y cuenta nueva y trato de enmendar errores del pasado, como la disculpa moral que le debo al gran Joaquín Sabina, al que seguramente por envidia nunca le otorgué el lugar que le correspondía, hasta que mi amigo y compañero de espectáculo, el genial pianista Oscar Lobete tuvo el gran acierto de seleccionar la canción Ruido, de Sabina, para nuestro show "Canciones para una noche en vela".
Ahí pude redescubrir al Sabina que me gustaba de pequeño antes de que me creyese un escritor y me entrara envidia de aquellos que escribían mejor que yo.
Tengo otras cosas que ir solucionando del pasado y mucho que enmendar, pero gracias a Dios, a mi gente  y a los médicos, vuelvo a tener una vida por delante.
Mucho de este cariño que me ha alimentado llega desde mis queridos "Vesperdidos", compañeros del club de Vespa y a quienes ahora les doy la paliza con que tengan cuidado, que las motos son peligrosas.
No hablemos del recibido por parte de la familia, que ha sido inmenso y de la mejor calidad.
Y ya no digamos nada del que me han transmitido mis chicas, tantas y tantas amigas, ex novias y romances frustrados, que me aportaron felicidad durante su tiempo y aún me siguen aportando millones de cosas, ignorando mis defectillos que mandaron al traste las relaciones.
Desde la chica con la sonrisa más bonita del mundo, a mi florecilla preciosa pasando por la siempre presente y amada "Campanilla".
Todas me colmáis.
No pienso obviar a mi gente de radio y televisión, quienes han sido también un bálsamo en estos días.
Sinceramente, no se si merezco tanto, que también tengo mis cositas y a veces soy un poco pelelón.
En cualquier caso desde aquí, os mando un abrazo inmenso a todos y todas ("todas" no os preocupéis, que este va sin segundas intenciones)
Esta segunda temporada voy a esforzarme por mejorar como persona para hacerme merecedor de todo lo que se me ha entregado y devolver cuanto pueda (aquí van incluidos Hacienda y Seguridad Social  :) , porque si no me pusiera en paz con todos no sería una segunda temporada digna )
Estoy recuperado, sigo con mi 1,68, sin pronunciar la r al hablar y con cierta afición por la pasta italiana.
He vuelto, así que borrón y cuenta nueva.
Sobre todo muchas, muchísimas gracias a todos.
Me habéis hecho ver la vida de otra forma y valorar de verdad lo hermoso de la amistad.
A mi gente que tengo lejos, os llevo en el corazón a todos, lo sabéis y eso es lo importante.
Voy a tener que ir al IKEA  a encargar un corazón más grande, empotrado también, que no me caben muchos más amigos a los que querer.
Mis colegas de "la vieja guardia" los de toda la vida, los que me sufren desde pequeñito, sois mis órganos vitales.
En fin, como podréis ver, mi sentido del humor sigue aquí, así que vuelvo con todo el poder.
Esto...también sigo siendo muy enamoradizo, pero no preocuparse, que ahora estoy muy tranquilito y sin ánimo de complicarle las cosas a nadie.
Lo dicho, a partir de aquí cierro capítulo.
Se os quiere.

viernes, 29 de agosto de 2014

Lo que os hace tan importantes.

Creo que esa importancia vuestra radica en la capacidad de resumirlo todo en un beso, en una mirada o en una sonrisa tierna.
Muchas veces me pregunto el por que de esa importancia de vuestra presencia en mi vida, e incluso a veces me planteo en si la vida tendría sentido sin la presencia de una mujer a la que amar y que me ame y he llegado a la conclusión de que en efecto, tiene sentido, aunque es mucho más insulsa.
Estar enamorado es genial, aunque no es nada fácil. Al estarlo de verdad, supeditas muchas cosas al bienestar de la persona que ejerce en ese momento como tu pareja y claro, eso es peligroso porque ese tipo de acto de generosidad ha de ser completamente sincero y nacer del corazón, si no, estás perdido.
La verdad es que lo que una mujer me puede aportar, me ha hecho convertirme en un  verdadero devoto de las féminas y aunque ha habido muchas relaciones, unas más exitosas que otras, cuando ha sido recíproco y  me he sentido amado ha sido francamente genial.
Uno de los momentos más hermosos de la vida es aquel en el que te despiertas junto a la persona amada y la observas respirar a tu lado y llegas a creer que sigues soñando, tal es el estado de felicidad que te provoca.
A ver, que no todo va a ser así de guay, a mi personalmente me ha llevado mucho trabajo y muchas parejas el aprender a distinguir lo realmente especial de una relación y he de reconocer que en demasiadas ocasiones he metido la pata o me he dejado llevar por el ego, la inmadurez, el egoísmo o simplemente he elaborado pésimamente mi lista de preferencias existenciales.
Ahora bien, juro que estoy aprendiendo y trato de no seguir cometiendo errores del pasado.
Bueno, tampoco me voy a cargar yo con todas las culpas de los distintos fracasos, que esto son siempre juegos de dos y unas veces mete la pata uno y otras la otra parte.
Cuando una relación se termina lo pasas fatal y te sientes completamente desvalido, ya que renuncias a tu propia identidad y no te vuelves a identificar como un ente individual, pero eso es algo que hay que superar rápidamente o se sufre más de lo debido.
El respeto es una parte muy importante de toda relación, el respeto por la pareja y el respeto por ti mismo, si ese respeto no existe es casi imposible que la cosa funcione.
Vale que la atracción física es fundamental también, si tu pareja no te atrae te has metido en un buen charco, y si no la atraes tu, eres carne de cañón.
El cariño y la comunicación son otros ingredientes muy importantes para que todo funcione, si no hay cariño o no hay una buena comunicación entre los dos, es la crónica de una muerte anunciada.
La verdad es que son muchos los factores que influyen para que algo funcione y los que somos tremendamente enamoradizos como es mi caso, debemos respirar profundamente y sopesarlo todo antes de dar un paso que o bien nos puede hacer desgraciados a nosotros, o a la persona de la que nos hemos enamorado.
Durante muchos años traté de suplir las carencias con sentido del humor, pero eso no es más que pan para hoy y hambre para mañana.
El humor es también importante, para que negarlo, pero siempre y cuando sea algo que nazca entre los dos, no vas a mantener una relación pasándote el día imitando a Chiquito de la calzada o contando chistes de Lepe.
Esta es una verdad universal: siempre hay alguien más guapo, más listo, más chulo o más gracioso que tu. Cuanto antes asumamos esto mucho mejor.
Poquito a poco voy haciéndome con una especie de manual mental sobre lo que viene siendo enamorarse y aunque no voy a osar comparar el empezar una relación con montar un armario del IKEA, si es cierto que no viene nada mal conocer ciertas instrucciones elementales para que todo vaya tomando cuerpo.
Mira, sobre lo de "tomar cuerpo" en otro contexto podría escribir largo y tendido, pero me voy a dejar de cosas soeces y de chascarrillos cutres, y en cuanto a lo carnal, también tiene su importancia, pero cada persona es un mundo. Lo que si que puedo decir es que en lo carnal también tienen su peso importante el respeto, el cariño, la buena comunicación e incluso el humor.
En fin, que aquí me ando desempolvando mi traje de Peter Pan y buscando mi gorrito, ya que he vuelto y sigo siendo un adorador de la florecilla más hermosa.
Os seguiré contando.




martes, 19 de agosto de 2014

Mejor decir las cosas, más aún si las sientes.

"Segunda temporada"
Así me gusta llamar a esta nueva etapa de mi vida, o a esta nueva vida, que para el caso es lo mismo.
Atrás quedaron los meses de recuperación, sesiones de fisioterapia y demás, ahora el ejercicio diario es vivir y lo cierto es que cuando le has visto tan de cerca las orejas al lobo, como ha sido mi caso, lo de vivir se entiende de otra forma, más completa quizás.
Es cierto que no puedo quejarme de mi vida hasta la fecha. Ha tenido momentos buenos, (los más) y momentos malos (los menos) pero ha sido una vida apacible y plena, aunque puede que ocasiones la viviera demasiado rápido y sin reparar apenas en todo lo que tenía alrededor que era mucho y bueno.
A veces nos obcecamos en detenernos solo ante cosas superficiales o carentes de transcendencia y ahí está uno de los errores más comunes.
Ahora he aprendido a valorar algunas de las cosas más importantes de la vida, como por ejemplo, el valor del cariño de la familia y los amigos, sin el que todo se vuelve vacío y absurdo.
Para mi, ha sido como si cada uno de los miembros de mi familia o de mis buenos amigos me hubieran donado un poquito de su esencia para permitirme seguir respirando¡¡ y vive Dios que lo he notado!!
Como dice el refranero popular, las desgracias nunca vienen solas y al fatídico accidente de moto que sufrí, tuve que añadir la pérdida repentina del que ha sido mi modelo y ejemplo: mi padre.
Pero esto es también la vida, somos finitos y lo que perdura y es imborrable es el recuerdo que dejas.
Doy fe de que el que ha dejado mi padre en todos, es maravilloso. y la mejor forma de honrarle por mi parte es esforzándome en salir adelante y tratar de ser feliz.
Y en ello estoy, me vais a perdonar que me ponga un poco ñoño, pero esto será puntual, no os preocupéis porque volverá en breve mi sorna habitual.
Bien es cierto que hoy me siento al teclado con la sana intención de agradecer a todo el mundo su cariño, su interés por mi y su ayuda.
Ni que decir tiene que el agradecimiento más inmenso y lleno por completo de amor, es para todos y cada uno de los miembros de mi familia, quienes me han dado una auténtica lección sobre lo que la palabra familia significa.
También va mi agradecimiento para esos amigos que han estado ahí, que han puesto de su parte para que todo cobrara sentido de nuevo y para que me rehiciera.
Un lujo contar con gente así.
También quiero demostrar mi agradecimiento a aquellas personas a las que no me une un gran lazo de amistad, pero que aún solo siendo "conocidos" o "amigos de amigos" han demostrado una gran valía humana, aportando ánimos y buenos deseos.
Esta ha sido una gran lección de vida y espero haberla aprendido, aunque como decían antaño: ""la letra con sangre entra" y vaya si ha entrado.
Bueno, que no quiero ponerme pesado ni regodearme en la desgracia, tan solo comunicaros que a partir de mañana, volveré a mi viejo estilo literario y que hoy, aunque emocionado aún por las circunstancias, ya sonrío.
Que quiero a la gente que quiero y no me importa decirlo.
A todos los que me han apoyado, gracias de corazón.
Mañana o cuando vuelva a sacar un ratito espinillero, escribiré sobre mi tema preferido: las mujeres y las hadas.
Un beso muy grande, queridos lectores.

lunes, 7 de julio de 2014

Vuelo rasante

Un vuelo rasante es bien chulo, aunque también algo peligroso.
Me había espolvoreado un buen puñado de polvo de hadas de Campanilla y me lancé a a la aventura, aunque la velocidad y yo nunca hemos sido buenos compañeros.
Si bien es cierto que en un picado puedes apreciar matices que en un vuelo normal no aprecias, si no tienes cuidado y se te cruza un pirata o un niño perdido lo llevas de colores.
En pleno vuelo retomando altura me la di contra el mástil del barco de mi querido Garfio, hay que ver, con la de años que llevamos jugando a pillar y al final ha tenido que ser así.
De todas formas estoy en pleno proceso de recomponerme el traje e iniciar de nuevo el cacareo, que hay cosas que no se pierden por una mala caída.
Cierto es que he estado algo pachucho a raíz del golpe, pero mis queridas sirenas y mis princesas indias no se han librado de mi tan facilmente, tampoco esa hadita que me hace tan feliz, aunque ser intrépido y rápido no es sinónimo de ser el más listo o el mas querido.
A veces me digo,"Peter, eres un niño, grande, pero un niño" y aunque me río yo solo al decírmelo luego me doy cuenta de que es una reflexión interesante, ya que el no crecer, ha sido una opción personal como la de pasearme cada noche por los tejados de Londres.
Puede que me deje una temporadita de tejados y me centre más en aprender de las experiencias vividas, porque las ha habido de todo tipo y las experiencias son las que te hacen madurar.
Aprender de la vida es tan importante como necesario.
Supongo que puedo ir desarrollando mi personaje y dotarlo de alguna peculiaridad más, aparte de la plumita en el gorro, que mola pero no va mucho más allá.
Alguien dijo una vez que la inmadurez a partir de cierta edad es un síntoma de egoísmo y yo no me considero egoísta, tan solo he vivido experimentado la vida al máximo.
Ha llegado el momento de echar un poco el freno y disfrutar de otras cosas también muy importantes, lo cual no quiere decir que no me vaya a seguir dando por rescatar princesas o ayudar a los niños perdidos.
Eso también es parte de mi esencia y todo junto hace de mi quien soy.
A lo que no voy a renunciar nunca es a transmitiros mis emociones y mis vivencias a través de este blog, contad con ello, aquí seguiré, que uno puede ponerse más reflexivo o más lúcido, pero no traicionar sus principios.
Me queda mucho por hacer y por amar. Pienso seguir aprendiendo a hacer las cosas lo mejor posible y a querer en condiciones. He tenido estupendas maestras de las que he aprendido un montón.