miércoles, 2 de marzo de 2011

Retales del pasado

¡¡Atiende que sujeto!!
Este señor, es el Padre Loring, Jesuita, predicador y autor de un Best seller que ha vendido más de un millón de ejemplares en sus cinco ediciones.
Es famoso por sus sermones en Youtube y por las polémicas apariciones en diferentes cadenas de televisión.
La primera vez que lo vi en acción, el pánico impidió el natural control de mis esfínteres y me oriné en los pantalones.
Cuando era pequeño, mis padres en su afán por darme la mejor educación posible, me matricularon en un colegio privado de jesuitas, donde pasé muchos años de mi infancia y adolescencia, hasta que los curas perdieron la batalla por la salvación de mi alma y claudicaron de la peor de las formas posibles: expulsándome.
Antes de que llegará aquél día, un 12 de septiembre de 1990, se emplearon a fondo conmigo para tratar de "enderezarme".
Podría contar cientos de miles de anécdotas de todo tipo, pero generalmente, yo escribo en este blog para pasarlo bien, y para tratar de que vosotros lo paséis bien.
Hasta octavo de E.G.B (lo que hoy equivaldria en edad a 2º de la E.S.O y en conocimientos a 2º de la L.O.G.S.E) fui un niño bastante normalito, yo diría que incluso "bueno" en el sentido más católico de esta palabra.
No me metía en problemas, aprobaba los cursos, ayudaba a mis papás y acudía a misa dos veces por semana, e incluso una vez al mes, oficiaba de monaguillo en la Eucaristía del colegio.
Además era un niño muy mono, muy educadito y muy limpio (también en el sentido más católico de la palabra).
No se que paso en mi interior al llegar a aquel curso, pero de una forma sorprendente, comencé a alterar mi conducta.
Suspendía, faltaba a clase, robaba a mis padres, me encaraba con los profesores y descubrí el fabuloso placer que ocultaba mi entrepierna.
Encararte con un jesuita de metro noventa y manos como palas, es un acto de heroísmo.
Los guantazos más dolorosos y potentes de mi vida los he recibido de manos de estos siervos de Dios (ciervos de Dios, como a mi me gustaba llamarlos).
En el colegio había al menos una docena de jesuitas navarros, hombres recios y severos, excedentes de la "reserva espiritual de occidente" que consagraron su vida a mantener ideales de un tiempo mejor (para ellos) y retales del pasado.
Fui encerrado, humillado públicamente, golpeado, castigado de todas las formas posibles e incluso, tratado con "mucho cariño" por parte de alguno de estos tipejos, que confundían los sentimientos y castigaban sus poluciones nocturnas a golpe de cilicio.
El encontrarme con los vídeos de este "Padre", ha despertado los fantasmas del pasado, y ahora, con treinta y seis años, el bigote blanco y los co...nes negros (bueno, en mi caso rubios) me gustaría plantarme frente a él y rebatir todos sus argumentos educativos uno por uno.
La letra con sangre solo ha dejado cicatrices imposibles de borrar en muchos de aquellos niños.
No voy a entrar a discutir si una bofetada a tiempo es o no una gran medida didáctica (puedo entender que un padre, en determinadas ocasiones tenga que darla) pero de ahí a que un desconocido, te golpeé hasta que no puedas resistirlo, hay un inmenso trecho.
En una ocasión, mi padre tuvo que acudir al colegio, porque el profesor de dibujo, me golpeo duramente ante toda la clase, por mi incapacidad para dibujar un caballo de su gusto.
Me arrastró de las patillas por el aula y me regaló una docena de aquellos famosos "capones" que tanto les gustaban.
Obviamente ante mi padre se vino abajo (seria porque es abogado) y el claustro presentó sus excusas.
Hoy, envidió la capacidad de mi mujer para dibujar cosas bonitas, a mi me mataron esa habilidad y soy incapaz de coger un lápiz o un pincel.
Espero que ese millón de personas que ha comprado el libro del "Padre Loring" , recapacite antes de poner en práctica sus consejos.
Insisto, no soy de los ñoños que piensan que puedes traumatizar a un niño por decirle que ha hecho algo mal, o por tratar de corregirle y ayudarle. El aprendizaje forma parte de la vida de todo ser humano y en ocasiones ha de ser duro.
Lo que detesto hasta a saciedad, es el abuso de autoridad, la imposición de ideas mediante la violencia y la prepotencia del fuerte sobre el débil.
Y lo peor de todo, es que quieran venderlo encima, como la palabra de Dios.
Ojo, porque primero despertarán sus ideólogos y después, y cuando ya no podamos evitarlo, vendrán de nuevo aquellas mentes confundidas, que te entregaran a la hoguera, te harán beber hierro fundido o te someterán al "potro" por afirmar que "sin embargo...se mueve".

martes, 22 de febrero de 2011

Carolina.

Aquella morena pequeñita de nariz respingona me estaba trastornando completamente, poniéndome el corazón a bailar merengue cada vez que su mirada se cruzaba con la mía.
Coincidimos durante tres semanas en unas clases de expresión corporal y ya desde el primer día, en que el destino nos seleccionó para realizar un ejercicio por parejas, supe que esa sonrisa al tiempo infantil y maligna, cambiaría mi vida.
Y vaya si la cambió.
Fue un viernes por la tarde, al salir del aula sudorosos y extenuados, cuando se acerco a mi pizpireta y terriblemente hermosa, y sin darle importancia alguna a la proposición, como si fuera lo más natural del mundo, me invitó a cenar en su casa esa misma noche.
Corrí hasta casa en una suerte de trance místico-nervioso y mientras me duchaba fantaseé con cientos de situaciones en las que ella me apartaba el pelo del rostro buscando mis labios, acariciaba mi nuca con las uñas en pleno éxtasis o simplemente, se despojaba de la ropa en un erótico baile a ritmo de blues.
Antes de salir de casa, asalté la cava de mi padre y escogí una botella de Moet del ochenta y dos, no porque entendiera de champanes franceses y añadas, simplemente porque ese fue el año de Naranjito y tan simpático personaje no podía asociarse más que a diversión y locura.
A punto estuve de matarme por el camino.
Conduje como un loco, con la Vespa hiper-revolucionada echando humo del esfuerzo, solo quería llegar, estar allí con ella, besarla, apretarla contra mi.
Carolina vivía en un pequeño apartamento en el barrio de Aluche, junto al "Corte Inglés".
Un cuarto piso sin ascensor.
Creo que no hizo falta ni que llamara a la puerta, los latidos de mi corazón se oían hasta en Majadahonda.
Abrió con una sonrisa enorme en el rostro y me pidió que pasara en voz muy bajita, como si me estuviera invitando a entrar en otro lugar, muy muy privado.
Estaba preciosa.
Unos vaqueros ceñidos, de tiro bajo que moldeaban con la precisión de un escultor su impresionante trasero y que permitían de forma "accidental" que asomara unos milímetros el elástico de unas braguitas blancas de algodón.
El color beige de una sencilla camiseta de tirantes realzaba el miel de sus ojos almendrados y no pude evitar lanzar una fugaz mirada a su pecho, donde encontré para mi deleite unas formas pequeñas y desafiantes que parecían querer atravesar a golpe de pezón erecto la licra de la camiseta.
Estaba tan excitado que no podía ni hablar.
Ella lo notó, seguro, y rompió aquel momento contemplativo cogiéndome con suavidad de la mano y pidiéndome que la acompañara a la cocina.
Al mismo infierno la hubiera acompañado.
Estaba cocinando algo especial para mi, me dijo, una receta vegetariana a base de pastel de champiñón y salsa de pepino.
No se si fue mi mente calenturienta, pero aquella manera de pronunciar "pepino", deteniéndose en la "e" con una lujuria fuera de lo normal para una chica de veinte años, hizo que mi cuerpo entrara en un estado de erección permanente, casi febril.
Me estaba poniendo realmente enfermo.
Puso un cd de blues americano, donde un hombre con la voz muy grave acompañado de la guitarra más melancólica del universo, parecía susurrar una advertencia.
Putada grande la de no hablar ingles.
Cenamos a la luz de las velas y poco a poco, entre charla y risas, dimos cuenta de todo el pastel bien cubierto completamente por esa salsa griega llamada "satsiki" (salsuki, según Belén Esteban).
Yo quería ser el comensal perfecto y que ella notara que adoraba todo lo que me ofrecía.
En mala hora.
Ya en los postres, comencé a notar unos extraños movimientos en mi intestino.
Probé a ignorar tan desagradable sensación y traté de concentrarme en el momento que se avecinaba.
Mentalmente preparé la estrategia y propuse tomar una copa de champagne francés en el sofá.
Ella accedió solícita y sirvió el Moet en dos copas alargadas y estrechas.
Probé a besarla y con gran placer descubrí su lengua rozando la mía casi al instante.
Las copas cayeron al suelo derramando aquel líquido acarbonatado de "a cojón de mico" la botella, pero todo daba igual.
Introduje mi mano derecha por debajo de su camiseta y pronto confirme lo que ya sabía: no llevaba sujetador.
Al rozar con la yema de los dedos uno de sus pezones, su cuerpo se estremeció y note como en un movimiento absolutamente instintivo y natural, sus piernas se relajaron, abriéndose lentamente.
Estaba preparada y comenzamos a despojarnos de la ropa.
En ese momento una punzada horrorosa en mi estómago, hizo que me doblara en un gesto de dolor y a duras penas pude controlar una terrible flatulencia.
Esto no podía estar pasando.
De nuevo otra punzada...aún más intensa que la anterior.
Aterrorizado me incorporé disimulando lo mejor que pude y pregunté por el baño.
Ella, entre molesta e impaciente me indico con la cabeza una puertecita que se hallaba justo en frente del sofá donde habíamos comenzado a amarnos.
Rezando porque la música amortiguara el sonido de lo que se avecinaba entre en el excusado y tras cerrar con pestillo, me despojé de pantalones y calzoncillos y caí desolado sobre la taza del wc.
No podía creerlo, el pepino del Sasiki, me estaba arruinando la mejor noche de mi vida.
Una terrible y estruendosa diarrea se apoderó por completo de mi cuerpo y antes de que pudiera a penas controlarlo, mi estomago se descompuso completamente.
Recuerdo que supliqué a Dios que no terminará nunca el Cd, ya que apenas cinco metros separaban aquella taza del sofá donde esperaba incómoda carolina.
Pero los dioses son caprichosos.
Justo en el momento en el que mi cuerpo produjo el segundo estallido anal, la música se detuvo.
Traté de disimular tosiendo estruendosamente, pero lejos de amortiguar la escandalera, solo conseguí maquillarla malamente y que Carolina golpeara la puerta preguntándome si me encontraba bien.
Un hilo de voz respondió por mi asegurando que si, que era cuestión de un segundo.
Entonces ella pronunció una frase que me paralizo el corazón: "por cierto...no hay papel"
En ese momento deseé estar a mil kilómetros de Madrid, en un iglú en el polo o a bordo de una cápsula espacial, girando en la órbita de la tierra.
Con pavor eché un vistazo a aquél desaguisado y a tenor de lo que pude ver, me iba a ser imposible salir de allí con un mínimo de dignidad.
Me temblaban las piernas del esfuerzo y no sabía como escapar de aquella situación.
Mi entrenamiento como Boy -scout afloró repentinamente desde el subconsciente y en un golpe de audacia, me despojé de los gayumbos y tras romperlos en dos mitades, los utilicé para tratar de devolver su antiguo esplendor a mis posaderas.
Tiré de la cadena y tras un buen trabajo de escobilla, me decidí a salir de aquel baño.
Entonces me di cuenta de que no podía dejar allí los dos trozos del calzoncillo salvador.
Gracias a Dios soy de los que utilizan vaqueros anchos, de enormes bolsillos así que doblé aquellos restos impregnados como pude y me los eché a los bolsillos traseros.
Como soy fumador, una cerilla oportuna disolvió sin problemas el aroma del wc y tras lavarme las manos y la cara, salí del baño.
Ella opto por disimular y hacer como si no había oído nada, cosa que le agradeceré eternamente y volvimos al sofá.
Tras un buen rato de besos y caricias, se levantó y tomándome del brazo me condujo hasta el dormitorio.
Nos desnudamos lanzando la ropa sobre una silla junto a la cama y pasamos a la acción.
Cuando me disponía a entrar en ella, en el último momento, me pidió que utilizara un preservativo.
-en mis vaqueros- dije yo y antes siquiera de que me diera tiempo a reaccionar, Carolina se levantó y para mi desgracia introdujo su delicada mano en el bolsillo trasero de mis pantalones, buscando la fastidiosa goma.
Aún recuerdo su grito de horror.
Entro en fase "histeria-inmediata" y entre gritos y lágrimas, no dejaba de mirarse la mano, que había restregado por dentro de uno de los trozos de calzoncillo sucio, impregnándose hasta la muñeca de los restos del pastel de champiñón y del puto Satsiki.
No me quedé a ver como solucionó la situación.
De un salto me lancé sobre los pantalones y la camisa y corrí, corrí como si me persiguiera el mismo diablo y maldiciendo mi mala fortuna abandoné aquel apartamento , dejando allí a la chica más hermosa y más dulce que había besado en mi vida, literalmente, llena de mierda.
Unos meses después, conseguí que mis padres me pagarán la matricula de la facultad en Oslo, y aún no he vuelto por España.
De vez en cuando, sueño con Carolina.
Nunca supe más de ella.
No he vuelto a probar el Satsiki...ni a enamorarme.
Justo en el momento en el que voy a besar a una chica, el pánico se apodera de mi y siento una extraña flojera en el cuerpo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Lo bonito de los sueños.

Lo más hermoso de un sueño, es que se puede hacer realidad.
Diferentes corrientes psicológicas y filosóficas ha profundizado en los sueños a lo largo de la historia del Ser humano.
Yo no voy a entrar en teorías ni corrientes, simplemente me gusta soñar.
Siempre he soñado mucho, la mayoría de las veces despierto.
Desde muy pequeñito, he tenido la suerte de ver como muchos de mis sueños se iban haciendo realidad, incluso en algunas ocasiones, la realidad ha superado al sueño.
En una ocasión soñé que me enamoraba de una chica preciosa, y al despertarme lloré porque no podía recordar su rostro.
Han tenido que pasar más de veinte años para volver a verla y casarme con ella.
Otra noche soñé que conducía una moto que iba muy despacito, y me daba tiempo a fijarme en los colores del campo, en la forma de las nubes y en los pájaros posados en los hilos del teléfono.
Ahora salgo a rodar en mi vespita, con un buen grupo de compañeros que soñaron lo mismo, y que detienen los escuters en cualquier cuneta, para contemplar el paisaje y dedicarte una sonrisa.
Soñar es genial.
Soñé que me hacia mayor y viajaba con mis amigos de siempre y ahí estamos...unos más calvos, otros más gordos o más arrugados, pero todos juntos en el mejor de los viajes, que es la vida.
Soñé que mi perrita se escapaba y no podía encontrarla, por más que corriera parque arriba y parque abajo, y una madrugada mi perrita se escapó dejando su correa y su mantita en el sofá de casa y se marchó a correr por otros campos.
También soñé que un gigante con muchas cabezas me perseguía y trataba de comerme, y aún sigue intentándolo, lanzándome dentelladas con olor a crisis, a paro y a miseria, pero yo corro y corro, y por mucho que me pesen las piernas, no dejaré que me atrape.
En ocasiones me doy la vuelta en la cama y ya despierto, trató de retener todos los detalles del sueño, sumergiendome en el abismo onírico de un salto, y noto como caigo al vacío.
Sueño con mi abuelo que me habla y siento su presencia junto a mi, el sonido hueco de la contrera del bastón golpeando el suelo al caminar y la fragancia de su colonia.
Hay veces que sueño por todos y me duele la cabeza y al despertar me encuentro con alguna noticia en la prensa que me reafirma en los soñado.
Soñé que un grupo de niños se colaban por una rendija abierta en la carpa de un circo, y allá que me fui con mi caravana pintada de rojo, a reírme y a hacer reír.
Los sueños son la carta de ajuste de la vida.
Me gusta soñar, y me gusta que la gente aún tenga sueños.

martes, 15 de febrero de 2011

Apaga y vamonos


El señor Burns quiere amasar otro billón...o algo así.
El caso es que los que deciden que el leer por las noches, sea un artículo de lujo, han vuelto a dar otra vuelta de tuerca.
Sinceramente opino que no son más que unos ladrones, otros ladrones.
Por eso os pido a todos que esta noche quitéis el chivato oportuno, y por un ratito prescindáis de la electricidad de vuestros hogares.
Podéis aprovechar para silbar, para dormir, para sentaros en el rellano de la escalera a echar un pitillito o si tenéis con quien o con que, echar otra cosita, o un par de ellas.
No se si va a ser efectivo o no. No se si va a ser contraproducente o no.
Lo que si se, es que va siendo hora de que nos juntemos para decir basta, y que se escuche bien fuerte, que llegue hasta sus poltronas de cuero.
Que sepan que las cosas están cambiando y que llegará el día en el que no nos dejaremos chulear más.
Haced lo que os dicte vuestra conciencia, pero que sepáis que yo, de diez a diez y media estaré apagado.
Ojo...no vale aprovechar para desvalijarme la casa...cabrones.

lunes, 7 de febrero de 2011

Si la vida es sueño...¿a que hora suena el despertador?

Actuar es una de las cosas que todo el mundo sabe hacer.
Desde que nacemos estamos actuando, bien por el placer de la recompensa en forma de beso o caricia o bien para obtener lo que deseamos.
Todos, absolutamente todos, actuamos a diario.
Actúa el que le da largas al de la cruz roja por la calle, fingiendo tener mucha prisa, o hablar por el móvil.
Actúa el empleando del banco cuando te dice que va a estudiar tu solicitud, a sabiendas de que no te van a dar ni un duro.
Actúas cuando te toca sentarte al lado de una persona que no soportas, en la boda de un primo segundo.
Actúas cuando te pillan mirando el escote de la rubia que está poniendo los cubatas y no quieres que su novio te rompa la cabeza, o que tu mujer te rompa la cabeza, o que la rubia, su novio y su mujer se pongan de acuerdo y te rompan la cabeza.
Actúas cuando llaman de Orange, de Movistar o de Vodafone y te apetece "contestar a una sencilla encuesta" como sentarte en un charco.
Actúas cuando te sometes a un interrogatorio, digo...a una entrevista de trabajo.
En cada gesto cotidiano, sale el actor que llevamos dentro, en mayor o menor medida.
Por supuesto hay gente que es incapaz de actuar, pero son los menos y suelen estar internados.
Yo siempre he dicho que para mi ha sido muy sencillo compaginar mi trabajo en el sector inmobiliario, con el grupo de teatro.
La vida es teatro, continuamente teatro.
Hay grandes funciones, donde puedes llegar a bordar un orgasmo.
Uno de mis papeles preferidos, es el de "tipo que se ríe ante un chiste que ya conoce, o no le hace puta gracia". Ese se me da muy bien.
Para mi actuar es vivir, y vivir es actuar, con lo que cada día que pasa es salir a un escenario, con la única diferencia del número de público asistente.
En ocasiones el aplauso está garantizado.
Animo a todo el mundo a que acuda al teatro siempre que pueda, para formarse y pulir el estilo.
Vamos, no me sean cínicos, no se me rasguen las vestiduras, todos, absolutamente todos, somos personajes en busca de autor.

martes, 1 de febrero de 2011

Adios...Corderos


No soy un revolucionario...faltaría más. Soy demasiado bajito y me falta valor. En cuanto las tropas cargaran sobre nosotros, fingiría un angina de pecho o un parto prematuro, me escondería bajo los cuerpos de la muchedumbre pisoteada o saldría corriendo como el correcaminos.
Los disparos me dan cosica y el olor a pólvora me desagrada más que el de coliflor cocida.
Además...la sangre sale fatal de las ropa blanca, y a mi el blanco me sienta realmente bien.
No obstante, me pido el papel de agitador, que va mucho más acorde con mi personalidad.
Ha llegado el momento.
Lo estamos viendo en Egipto y en Túnez y si además, lo canta Macaco, tiene que ser verdad.
Hay mucha gente cansada de deslomarse y pasar hambre, para que el gobernante de turno (y su familia y amigos, of course) se forren a costa de sus sufrimiento.
Es el momento de que el pueblo le ponga ruedas a todos esos fulanos y los largue del país.
Sin violencia, a ser posible.
Al fin los ejércitos empiezan a cerrar bocas, ya que hoy por hoy, lejos de ser elementos de represión, se están posicionando al lado de sus hermanos para facilitar y asegurar la transición a la democracia.
La de punkis que van a tener que meterse la lengua en el orto.
Y es que es normal, los soldados también tienen madre, hijos, hermanos y mascotas, y a nadie le gusta que los suyos pasen un mal trago.
En Egipto y en Túnez esta sucediendo, quizás es la hora de que el resto de los países que tragan con la misma mierda, se harten de tanta corruptela, de tanto traje a medida, de tanta bajada de pantalones, de tanto subastar deudas, bajar pensiones, cerrar empresas.
Puede que sea la hora de fletar un "Estrella polar" del tamaño del Queen Mary y llenar los camarotes de políticos "sucios", banqueros sin alma y ladrones de sueños, para fletarlo alegremente y hundirlo después en alta mar.
Se iban a poner ciegos los escualos, no iban a tener dinero bastante para comprar Almáx y Omeprazol.
No hace falta poner bombas ni que mar cajeros, no hace falta asaltar palacios, saquear comercios, agredir periodistas.
Es tan sencillo como salir a la calle a gritar "Ya está bien" y demostrar que la unión hace la fuerza.
Somos poderosos porque somos suficientes, bastantes, demasiados.
Hay que aprender de lo que está sucediendo aquí al lado, tomar nota y aprovechar el ejemplo.
Lo único que me da miedo, es que en España solo sale la gente a la calle para celebrar as victorias de Futbol, o para reivindicar el humo en los bares.
Lo demás, parece que nos da igual.
No soy un revolucionario, pero si lo fuera, se iban a enterar.

viernes, 28 de enero de 2011

Hay que ver.

Pues si, hay que ver como siguen tomándonos el pelo, día a día.
Durante un tiempo, hemos vivido acojonaditos, sin saber si lo que nos iba a llevar a la tumba era la "gripe aviar", la "peste porcina", la "gripe amarilla", la "gripe A", el "mal de las vacas locas" o una exposición permanente a la música de Raphael.
Al final, seguramente nos muramos de asco, después de haber terminado de estudiar a los treinta años (entre carrera, master e idiomas, que es lo mínimo que te piden para un curro de mierda)pasemos diez o doce en el paro y luego tratemos de cotizar cuarenta años para cobrar una ridícula pensión.
Nos toman el pelo.
Cuando decidan que ya no pueden meterle más mierda a los cultivos, por que no paren de nacer niños con siete cabezas, tratarán de convencernos de que consumamos exclusivamente productos ecológicos, al módico precio de un riñón.
Nos venderán Internet a todas las familias, con esas ofertas tan suyas que son más un matrimonio eclesiástico que un acuerdo comercial, porque perdura después de la muerte (puedo dar datos reales de viudas destrozadas por el dolor de la pérdida y asoladas por hijosdeputa que impiden las bajas con las compañias telefónicas pertinentes)pero como se nos ocurra hacer un uso "indebido" de las posibilidades de la red, nos perseguirán como a perros rabiosos.
"Hinchese en el Mc Donalds, pero no se le ocurra engordar, que esta sociedad solo quiere cuerpos bonitos".
"Tenga usted un cuerpo bonito, pero ojo, no caiga en la anorexia, porque no van a saber donde esconder su mierda...debajo de la alfombra no les cabe ya nada".
"Compre una vivienda, por el amor de Dios, que tenemos un montón de funcionarios y empleados de banca deseando embargar sus bienes y mandarle a la puta calle".
"Firme aquí...justo aquí, donde dice claramente :tu culo nos pertenece, esclavo".
"Ya está, bienvenido al equipo: tu trabajas como un negro por un salario ridículo y nosotros nos forramos".
Me cago en el equipo.
"Mi niño es un NINI y me chulea", pues claro...si estáis todo el día currando para pagar la hipoteca y el crió necesita a sus padres, no a la tercera temporada de LOST, o a PIKACHU, o a los idiotas de GRAN HERMANO.
"Lea nuestra prensa plural e independiente, financiada por el PSOE, el PP o por la CIA"
Yo ya no se a donde mirar, donde esconderme, a quien pedir ayuda.
Creo que va siendo hora de que nos levantemos del sofá para mandar un mensaje bien claro: IROS TODOS A TOMAR POR EL CULO.
Que nos dejen vivir, que los de siempre dejen de explotarnos, de robarnos, de humillarnos, de lavarnos el cerebro.
Que los de siempre nos permitan ser SERES HUMANOS, que yo no quiero ser millonario, solo quiero disfrutar de la vida.
Que nos dejen viajar donde queramos y como queramos, que nos dejen hablar como queramos y con quien nos de la gana.
Que nos permitan ser LIBRES.
Que nos permitan ser INTELIGENTES, porque hoy por hoy, les interesa que seamos unos simios bípedos.
Que los que llevan años dominando en la sombra, se empapen de la miseria que han generado.
Que los que sufren la miseria, puedan llenarse de esperanza.
Quiero que me permitan creer en Dios, porque hoy por hoy, está la cosa de la fe muy complicada.
Quiero que me permitan creer en mi, porque hoy por hoy, está la cosa muy complicada.
Quiero hablar con alguien al otro lado del teléfono, no con una máquina.
Quiero hacer Kilómetros en Vespa, viendo hermosos paisajes y paisanos felices.
Me gustaría estar orgullosos de todo el mundo.
Mataría por olvidar mis quejas.

miércoles, 19 de enero de 2011

Motauros o el ocaso de una civilizaciión.


No soy yo muy de acudir a concentraciones moteras, ni a concentraciones de ningún tipo la verdad. No soy yo mucho de concentrarme.
Pero para todo hay una primera vez (incluso para el sexo con gaviotas) y mis amigos de Vesperdidos (insigne no-club de vespa de Valladolid) me liaron para acudir a Motauros, famosa concentración motera que se realiza en Tordesillas desde hace muchos, muchos años.
Aquí mi señora, me dijo que no estaba muy por la labor de irse a dormir a una tienda de campaña en pleno mes de Enero, así que con harto dolor de mi corazón, tuve que acudir en la única compañía de un grupo de amigos descerebrados y obsesionados por las motos y el alcohol de importación.
La vida, es así de dura.
No voy a entrar a destripar lo horroroso y chusco que hay en más de diez mil moteros acampados en un pinar, porque me bastaría hacer un corta-pega de cualquier novela histórica que hablara de la primera cruzada, por tierras sarracenas.
Os podéis imaginar.
Pasé bastante miedo, casi tanto como en aquella ocasión en la que por causas ajenas a mi voluntad, la policía turca encontró quince toneladas de heroína en el doble fondo de mi mochila y pasé ocho años encerrado en una prisión de Ankara. Pero eso, es otra historia.
La verdad es que tras el primer impacto, decidí relajarme y disfrutar, como hice aquella vez en la que me secuestró la plantilla al completo de los "Glober- trotters" y poniendo al mal tiempo buena cara, pagué religiosamente mi inscripción y me adentré en Mordor.
Y curiosidades de la vida...hasta el peor de los infiernos puede compararse con el paraíso si estás acompañado de tus amigos.
Hizo frió, olía mal, el pinar estaba tomado por macarras con casco y mono de cuero,cuya única misión en la vida era reventarme los tímpanos, pero pasé veinticuatro horas muy agradables entre gente que se volcó por hacerme sentir bien (sin desabrocharse los pantalones).
Aunque el hambre atacó mi cuerpo y debilitó mi espíritu, ellos estuvieron ahí para alimentarme.
Aunque las fieras me rodearon y trataron de devorarme, ellos estuvieron ahí para ahuyentarlas.
Aunque cientos de mujeres alcoholizadas trataron de arrojarse cobre mi, ellos estuvieron ahí para...¡¡MALDITOS CABRONES!!
Bailamos, bebimos, comimos, fumamos y nos reímos y en ocasiones, la vida te enseña que los prejuicios son absurdos y que las cosas buenas se encuentran en todos los lados.
Bien es cierto que anduve errante por la campa buscando el club de lectura hasta que caí extenuado, pero no se puede tener todo.
Alex, Ricar, Suso, Rebeca y Victor: Iría con vosotros hasta...hasta Cuenca si fuera preciso (y si llevais una botella de Chivas, como la última vez).
Dispuesto a descubrir nuevas emociones y a buscar lo bueno donde no se espera, pienso irme de botellón con León de la Riva.

lunes, 3 de enero de 2011

Al fresco

Pues así hemos comenzado el año.
Soy fumador, para mi desgracia y he sido exfumador durante dos años, para desgracia de los demás.
Me enveneno los pulmones unas veinte veces al día en circunstancias normales y unas cuarenta si salgo de fiesta.
Soy plenamente consciente de que el tabaco es una auténtica mierda, tóxica y dañina, que como no espabile algún día me llevará a la tumba.
El sexo en exceso también puede llevarme a la tumba, aunque me preocupa menos.
Hasta hace no mucho no me daba miedo fumar, ya se sabe..la arrogancia de la juventud, cuando piensas que esas cosas no te pueden pasar a ti y de repente un día empiezas a enterarte de amigos y familiares de amigos con cancer de pulmón, de garganta y demás mierdas mortales.
Una vez que le ves las orejas al lobo, empiezas a pensar que a lo mejor hay que dejar de fumar.
Tengo claro que hay que ponerle remedio a estas cosas, porque igual que no acostumbras a golpearte el pitito con dos ladrillos, ya que sería una estupidez, necrosarte los pulmones a base de pitillos lo es de igual manera.
Hasta ahí todo bien.
Ahora vamos a hablar de la última lindeza de los de arriba.
En este país tolerante y de estupendo talante democrático, donde una niña de catorce años puede decidir entre ponerse un preservativo o abortar directamente, donde un político corrupto y delincuente pede conceder simpáticas entrevistas en programas de la prensa rosa y donde cualquier animal puede saltarse la orden de alejamiento con total impunidad y rajarle el cuello a su señora, empezamos a ponernos límites.
Y no hablo de condenar a cuatro guardias civiles a indemnizar economicamente a dos etarras culpables de la muerte de dos viajeros en el aeropuerto de barajas no.
Tampoco hablo de no echar a la puta calle a cientos de controladores aéreos por haber secuestrado a miles de viajeros de la forma más canalla.
Hablo de prohibir fumar en cualquier espacio público cerrado.
Vamos a ver:
Me parece estupendo que se quira salvaguardar la salud de los fumadores pasivos, pero creo que esta medida es una auténtica estupidez.
Hace unos años se obligo a miles de hosteleros a realizar reformas en sus establecimientos para delimitar zonas de fumadores y no fumadores. También se dio la opción a los propietarios, de elegir si su bar o restaurante era o no espacio libre de humo.
Yo podía decidir si acudía a un garito de fumadores o de no fumadores, lo que más me apeteciera.
No entiendo porque ahora condenan al ostracismo a los fumadores, como si fuésemos apestados.
En Hawai a lo mejor no importa, pero salirte al fresco a fumar un pitillo en Valladolid, en pleno mes de enero y con siete grados bajo cero es unas risas.
Al margen de la cara de idiota que se te queda, en la puerta del bar, fumando el pitillo como si te estuvieses fumando un basuco.
Ahora si, dentro puedes beber hasta pillarte la cirrosis del siglo, que al gobierno se la suda.
Francamente no se cual puede ser la solución para este asunto...quizás crear clubs para fumadores donde puedas envenenarte a gusto mientras te bebes una birra, rollo "made in england".
De todas formas, la mayoría de la gente que ha presentado esta ley y la ha votado, no pisan mucho por los bares, así que a ellos como si nos la pica un pollo.
Pues nada, voy a tener que comprarme unos gayumbos térmicos y unas orejeras, porque ante todo soy un hombre temeroso de Dios y de las multas de la policía.
Espero que los hosteleros de mi ciudad vayan haciendo acopio de bidones de metal, leña y pastillas para el encendido de barbacoa.
Las calles del centro van a parecer el Bronx.
Me surge una duda: no se si a partir de ahora se ligará más en la puerta, o en el interior de un bar.

lunes, 27 de diciembre de 2010

El dedo en el ojo


No entiendo esa obsesión que tienen algunos por meter el dedo en el ojo a los demás.
Por ejemplo hoy mismo, el gobierno sacude a las eléctricas con unas nuevas tasas y como estas empresas no pueden hacer nada para evitarlo, nos meten el dedo en el ojo a los ciudadanos con una fuerte subida en la factura de la luz.
Así mal de muchos, consuelo de tontos.
Al final como de costumbre, esas tasas a las eléctricas terminan siendo unos nuevos impuestos indirectos para las familias españolas, que tienen que agarrarse los machos y hacer alquimia "one more time".
Como fumar perjudica seriamente la salud, ala, una subida del precio del tabaco que deja a los fumadores planteandose si dejar de fumar o atracar un estanco.
Sin embargo se siguen vertiendo residuos a ríos y océanos, emitiendo gases incontroladamente a la atmósfera y demás atentados contra la salud de todos, fumadores y no fumadores, consentidos por el gobierno.
Toma dedo en el ojo.
Hay que solucionar la crisis en las que nos han metido bancos y dirigentes....pues nada, se soluciona todo a base de recortes fulminantes en los derechos de los trabajadores, cuya consecución supusieron años y años de lucha social.
Nos han metido un dedito en el ojo con la uña larga como la de una corista.
Así podría estar horas y horas, pero voy a ir al grano.
¿DE QUIEN COJONES HA SIDO LA IDEA DE LLENAR LA PROGRAMACIÓN TV CON PROGRAMAS DEL PELAJE DE "CASAS DE ENSUEÑO" "QUIEN VIVE AQUÍ" Y "PASEANDO CON CARMEN LOMANA" ?
Ahí si que nos están metiendo el dedo en el ojo hasta el codo, por lo menos.
Que fantástica idea: para distraer al ciudadano medio del inminente embargo de su vivienda por la incapacidad de afrontar los gastos de la hipoteca, vamos a pasarle todos los días cuatro horas en parrilla de las increíbles mansiones que gastan los millonarios.
Cuando ya no puedan ni parpadear del escozor, un paseito por NY, London y el Madrid de "Pitita", de manos de Carmen Lomana, paradigma de la lucha obrera.
Es cojonudo estar en casa haciendo cuentas, para ver si uno pone de primero zapatos viejos con ali-oli, o alfombrilla de coche en papillote y escuchar a esta SEÑORA como debes comer el caviar o a que modisto comprar el modelito para la comunión de tu sobrino. En que restaurante debemos cenar después de acudir a la opera de Viena, que hotel de Bali pone las mejores sales en el Jacuzzi y que protocolo seguir si cenas con la familia real británica.
¿Estamos tontos o que?
Se estan riendo de nosotros día tras día, coño, y en vez de salir a la calle a meterles por el culo el último diseño de Ágata Ruiz de la Prada (no imagino una muerte peor) nos quedamos en casa suspirando con beber Don Perignon del zapato de la Lomana, o del playero de Belén Esteban, que es mucho más triste.
Uno casi muere de gusto al ver como los jóvenes ingleses, en lucha por las subidas en las tasas universitarias, hicieron que el príncipe Carlos y la pedorra de Camila se hicieran cacotas al verse rodeados, insultados y zarandeados por el pueblo que paga sus vacaciones en Hawai.
En Grecia la gente se lanza a la calle a protestar, en Italia, en Rumania, en Alemania...
Aquí nada.
Bien de fútbol, bien de Sálvame de Luxe, un poquito de "algún día todo esto tampoco será suyo" y unas gotas de "golfas con diamantes".
Somos una nación cerril como pocas y mientras de cada cien cabezas españolas, una siga pensando y noventa y nueve embistiendo, vamos a seguir yendo de culo.
Esto...felices fiestas.