viernes, 5 de noviembre de 2010

Créditos ICO

Harto de ver a Viriato llorar como una nenaza en Antena3, probé a buscar algo interesante en el resto de los canales.
Saltando de cadena en cadena, me encontré con un anuncio nuevo sobre los créditos ICO.
Era precioso: un señorín trata de levantar la persiana metálica de su negocio y no puede pero varias personas, de forma desinteresada, se acercan a ayudarle y, entre todos, lo consiguen.
Mientras, una voz en off iba contando lo chupi que es pedir un crédito ICO liquidez de hasta 200000 pepinos, porque con la que está cayendo "papá estado" no va a dejar que los pequeños empresarios y los autónomos lo pasen mal, que coño.
Se me caían las lágrimas.
Así que abrí los ojos y vi la luz y me dije -eso es justo lo que necesito- y al día siguiente me puse todo lo guapete que pude, me corte las uñas y me eché colonia detrás de las orejas y, con los balances anuales de mi empresa y el resto de la documentación pertinente, me encaminé a por mi ICO liquidez.
En el banco, un señor muy amable me pidió que me sentara y que le explicara el motivo de mi visita.
Muy ufano yo, dije -vengo a solicitar un ICO liquidez.
La carcajada del empleado fue tal, que comenzaron a asomarse sus compañeros desde los despachos contiguos.
No paraba de reírse el cabrón y le caían unos lagrimones de aupa, empapando los papeles de la mesa.
-Sólo quería veinte mil euros- aproveché a esgrimir entre risotada y risotada, y aquello fue la gota que colmó el vaso.
Que convulsiones, oiga. El tío estaba completamente desencajado y empezó a ponerse rojo y todo.
Se desaflojó la corbata y, conteniendo la risa, me pidió que pasara al despacho contiguo, a explicárselo a su compañera Pepi, que es la que lleva créditos a empresas.
No veas la Pepi, se retorcía de la risa la muy asquerosa.
Yo lo estaba pasando fatal porque, como no pronuncio la "r" y seseo un poco, pensé que a lo mejor no me habían entendido alguna palabra, se había originado alguna absurda confusión y por eso se me estaban descojonando todos en la cara.
Pero no, tras pasar por varios departamentos de la entidad a alegrar la mañana a diversos empleados, al fin uno accedió a explicarme que los créditos ICO son como los manatíes, todos sabemos lo que son, pero casi nadie ha visto uno en la vida real.
Así que ahí estaba yo, humillado por un montón de pazgüatos para los que las ilusiones y las esperanzas del ciudadano de a pie son como chistes de Arévalo.
Entonces no sé que me sucedió en el cerebro, fue como una especie de "clic", como si saltara un resorte oculto que me desquició y me llevó a hacer lo que su señoría y el ministerio fiscal han calificado como asesinato múltiple.
Cogí el abrecartas del escritorio más cercano, me abalancé sobre un empleado y lo atraje hacia mi tirando de la corbata con la mano izquierda mientras que con la derecha le hundí el afilado objeto en el cuello media docena de veces.
Todo sucedió muy deprisa, cuando el vigilante de seguridad se percató de lo sucedido era demasiado tarde ya que, de un solo golpe, le clavé el abrecartas entre los ojos.
Luego lo que ustedes ya conocen, armado con el revolver reglamentario del guardia de seguridad, disparé sobre el resto de los empleados y los fui eliminndo uno a uno, incluida la señora de la limpieza, cosa de la que estoy arrepentidísimo, porque lo tenia todo impoluto.
Recargué el tambor del arma con la munición que encontré en el cinturón del vigilante, salí por la puerta como si tal cosa y pedí un taxi.
Pagué al taxista que me dejó a la entrada del palacio de congresos y esperé allí fumando un pitillo tras otro, hasta que vi salir al ministro de economía y, lo demás, ya saben, lo mismo.
La primera bala le entro por el ojo derecho, las dos siguientes se alojaron en un pulmón y en el bazo, según ha explicado el forense aquí presente.
Había mucha gente corriendo y gritando a mi alrededor y, es curioso, recuerdo el olor a palomitas de maíz que emanaba de un kiosco de chuches, como dice Rajoy, situado a mi espalda.
Casualmente aquel día había huelga de brazos caídos de la guardia civil, con lo que los agentes que custodiaban el edificio, se dieron la vuelta, subieron el volumen del aparato de radio y me dejaron marchar tranquilamente.
Yo que siempre he sido una persona honrada y temerosa de Dios, recapacité sobre lo sucedido y media hora después acudí a la comisaría de policía más cercana a entregarme, aunque de nada sirvió, puesto que por falta de recursos técnicos, no pudieron atenderme y me solicitaron que volviera pasados unos días.
Tres semanas después, se presentaron en mi casa los geos, armados hasta los dientes, llamando con muy malos modos y, al derribar la puerta, me rompieron el jarrón de porcelana inglesa que me regaló mi tía Puri antes de morir, cosa que me puso frenético y, de no haber sido por esto, le prometo señoría, que no hubiera abierto fuego contra los agentes.
Se que he dejado tres viudas y un viudo en el cuerpo, y también lo lamento mucho, pero aquel jarrón tenía un gran valor sentimental.
Me desarmaron, me esposaron con las manos a la espalda y se negaron a rascarme la nariz que me estaba picando horrores y yo no alcanzaba, figúrese usted, con las muñecas a engrilletadas.
Fue un gesto muy feo el suyo, porque el picor persistía y no hubo manera de convencer a ningún policía de que me rascara y eso, en un estado de derecho, es inadmisible.
Se que el ministerio fiscal ha solicitado mil doscientos años por mis delitos, pero viendo como salen los presos de ETA, libres a los ocho o nueve años, a mi como si pide tres millones de lustros, porque con todos mis respetos señoría, además de cagarme en el Instituto de Crédito Oficial, me cago en la justicia española.
He terminado mi alegato, buenos días.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Perpetuar mis genes


He decidido ignorar el clamor popular y no voy a tener hijos.
En su lugar, he pensado comprarme un hamster con todos sus accesorios: la rueda que gira, el bebedero- nigt club, el comedero de comida rápida y, cada dos martes, una hamster esterilizada para que le de alegría a las largas noches enjaulado.
En cuanto me despisto ya tengo alguna amiga preñada (quiero decir, que sucede con asiduidad, que se embaracen, no que las preñe yo) y, en la típica cena de colegas, sale la consabida frasecita "animaros...que os va a cambiar la vida".
¡Claro, como ya se te ha jodido a ti, ahora quieres que se nos joda a nosotros!
Lo siento, tengo el mismo instinto paternal que el Dios ese del cuadro, que se comía a sus hijos (¿Saturno?) y más de diez minutos seguidos con un bebé desemboca en ataque de ansiedad (para mi y para el bebé).
Se que soy algo repetitivo con este tema, pero no entiendo porque cuando insisto en decir que no me gustan los niños, todos lo toman por una pose e insisten en que sería un padrazo.
¡Que no cojones! soy un irresponsable, egoísta, narcisista, hedonista y con un enorme complejo de Peter Pan.
Quiero todo mi tiempo libre para mi, y no quiero compartir la atención de mi mujer con un bulto blandito que se caga y se mea cada cuarto de hora (claro que ella no notaría la diferencia).
Voy por la calle y solo veo excompañeros de clase empujando carritos con críos sobrealimentados y llorones.
Que horror.
Encima han suprimido el "cheque bebé", único aliciente por el que cometería semejante barbaridad.
Gasto fortunas en métodos anticonceptivos y los uso todos a la vez.
Mi postura favorita es "por teléfono" y la sola visión de un predictor me produce nauseas, vértigos y desmayos fulminantes.
Una noche soñé que, tras cometer un terrible crimen, el juez me condenaba a mil años de trabajos para la comunidad en una guardería. Me desperté empapado...perdí el control de los esfínteres.
Agradezco mucho que queráis que amplíe mi familia, pero buscaros a otro para que os pague las pensiones.
No tengo espacio en el trastero para setecientos artilugios innecesarios y carísimos.
No quiero un miniyo deambulando por mi habitación y detesto el olor de los potitos.
Un hamster es el compañero ideal... no hace preguntas, come poco, sus cagaditas son mínimas y cuando te cansas de él lo puedes aplastar con un martillo corriente, de los que hay en cualquier hogar.
Si señor...un hamster.
Me parece genial que la gente tenga hijos y todo eso, y me alegro si se alegran, porque al fin y al cabo disfruto con la felicidad de mis amigos, pero que no me den palmaditas en el hombro ni me hagan guiños cómplices, que yo paso.

lunes, 25 de octubre de 2010

Uno, dos, tres

Un dos tres. Cuatro cinco seis, salto a la derecha y trato de no pisar la raya que divide la calzada. Las nubes son muy negras hoy, eso es que va a llover. Siete ocho nueve, seguro que llueve. Entonces me mojare, y puede que resbale, y caiga al suelo. Tengo que tener mucho cuidado porque me puedo hacer daño. Diez once doce, la desgracia te escoge. Sé que si no quiero pasarlo mal, tengo que apartarme de los posibles charcos que se originen. Trece catorce quince, la niña bonita no me quiere y no contesta a mis llamadas, seguro que ya está con otro. Ese es otro charco que no puedo pisar, porque resbalaría y volvería a caerme. Y ya estoy muy dolorido. Dieciséis diecisiete dieciocho, doy dos pasos hacia atrás y me siento en el suelo. No sé porqué sigo andando. Se ha marchado, y estoy convencido de que ya no va a volver. Diecinueve veinte veintiuno, estará durmiendo con alguno. Cae la primera gota, moja mi frente y resbala hacia el suelo. Se detiene en el zapato, veintidós veintitrés veinticuatro. Ya no quiero contar más, mejor me tumbo aquí, y espero a ver qué pasa, quien pasa, porqué pasa.

martes, 12 de octubre de 2010

Callejones



Para llegar, sentarte y encender un pitillo.
Para subirte los cuellos del chaquetón y empezar a hacerte preguntas,y desechar las respuestas veraces, las que no te gustan.
Los callejones son fantásticos también para besar a una mujer a la que seguro no vas a volver a ver, o al menos no vas a volver a ver con los mismos ojos.
También se puede orinar, rápido, preciso, silencioso.
A un callejón te pueden arrastrar entre tres o cuatro, y golpearte fuerte en las costillas y en la boca. Arrojarte al suelo y patear tu espalda.
En un callejón los gatos tienen nombre de demonio babilónico o de político trasnochado, pero siguen teniendo nombre... y reputación.
Las pintadas hablan de cárceles olvidadas, de muchachas vejadas y de matones de quince años.
Desde una ventana diminuta arrojan el contenido de un orinal.
En un callejón puedes jugar a los dados y bailar con los trileros, comprar un revolver antiguo, mercadear con cocaína cortada con vaya usted a saber y escupir más lejos, más alto, más fuerte.
Por eso, cuando alguien me dice que estoy a punto de entrar en un callejón sin salida, sonrió y me acaricio los nudillos, porque se que se avecina un poco de sal, un sombreo de Indiana, una caricia de Sofía Loren.
Reniego de las grandes avenidas con bulevares, iluminadas como hospitales, plagadas de señores y señoras honorables que aprietan el paso al cruzarse con la sordidez de la vida real.
En un callejón puedes amar de verdad, rudamente, sin palabras bonitas, sudando y arqueando la espalda entre gruñidos y gemidos, vigilando a tu espalda y oteando entre las sombras.
No hay mayor belleza que la inesperada y es la puedes encontrar entre contenedores de basura y restos de vidas felices.
Nada como un buen safari por los callejones de tu ciudad.
Lo recomiendo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Cada día peor.



Así estamos...cada día un poquito peor.
Viendo el telediario, me encuentro con la "bromita" que le han gastado dos universitarios americanos a un compañero de facultad.
Resulta, que estos "cachondos" ocultaron una web-cam en el dormitorio de su compi y retransmitieron on line, un encuentro sexual entre este joven y otro hombre.
El muchacho no ha podido soportar la presión y el escarnio y se ha suicidado.
Para descojonarse ¿verdad?
Era un estudiante de violín, de dieciocho años.
Un chaval que no había hecho pública su condición sexual, porque a nadie le importa una mierda si eres gay o hetero, que lo que cada uno hagamos en la cama es cosa nuestra.
Vivir en una sociedad como la yanki, que presume de libertades debe de ser horroroso.
Partimos de la base de que millones de americanos hipócritas como ellos solos, condenan la homosexualidad, la libertad de pensamiento, la libertad de credo...
Son, los mismos hijos de puta que experimentaron con enfermos mentales en Guatemala, inoculándoles enfermedades como la Sífilis o la Gonorrea, para estudiar los efectos de la penicilina.
Si es que tienen una guasa...
Que quieren que les diga, a mi este tipo de gente me da bastante asco, pero aún me da mucho más asco que se permitan el lujo de ir dando lecciones de moral por el mundo "liberando" países y "estableciendo" orden y democracias a golpe de caza-bombardero y refinerías de petróleo.
Este joven, gay, tímido y sensible (no por ser gay sino por su exclusiva dedicación a la música) se ha tirado al río Hudson, quitandose la vida y la parejita de "cómicos" que le han jodido la vida, seguiran despollandose en sus casas, con una amonestación verbal entre guiños de un juez republicano o de un gobernador con licencia para matar.
Puto país de mierda.
Cada día va a peor porque cada día tienen más poder y mas chulería y la comunidad internacional se aprovisiona de rodilleras para tirarse al suelo a comerle el pijo al "tío Sam"
Así nos va a ir a todos, como alguien no empiece a pararles los pies.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Que país.




Hoy llegan a León, con los pies doloridos, el alma cansada y la mirada perdida.
A las puertas de la ciudad les esperan vecinos, amigos, familiares y miles de personas que se solidarizan con su causa, con la causa eterna del trabajador indefenso y despreciado.
Hoy como todos estos días, se tumbarán en una colchoneta, sobre el frió suelo de un polideportivo,a mesarse las barbas mientras piensan si va a servir para algo, o si por el contrario hay un hijo de puta descojonándose de risa delante de la tele, viéndolos caminar con el mono de trabajo y la mochila a la espalda.
Algunos caerán reventados del camino y se quedarán dormidos enseguida, extenuados. Otros pasarán unas horas haciendo cábalas sobre como pagar la letra del coche, la hipoteca, el cole de los niños o la factura del veterinario, porque el perro tiene lismaniosis, para terminar de joder la marrana y el pobre animalico no merece que lo abandonen a su suerte...como a ellos.
Mientras tanto, en la otra punta de España comienza el proceso por el caso Malaya.
Hay más de noventa imputados.
Noventa chorizos que se han forrado a costa de meter la mano en el errio público, en las alforjas del borrico del constructor o en el coño de la Bernarda, o en el de la tonadillera.
Y uno se pregunta que cojones está pasando para que un señor se levante a las cuatro de la mañana para bajar a la mina a partirse la espalda jugándose la vida y tenga que calzarse unas chirucas para reclamar el pan que se ha ganado honestamente con su esfuerzo mientras un montón de hijos de puta acarrean los billetes de quinientos en bolsas de basura ,los envían por mensajero a un paraíso fiscal cercano (Gibraltar mismo, que esta lleno de monos británicos, y de monos y de británicos)y se sientan tranquilamente en la terraza del chalé a tocarse los cojones mientras la fulana de turno les prepara un mojito.
Hoy comienza el juicio, con a absoluta certeza de que a la inmensa mayoría de estas sanguijuelas no los van a condenar, y si les condenan van a cumplir en la trena tres cuartos de hora, y en el patio.
Hago zapping y salto de las lágrimas de emoción de un minero abrazando a su hija, al final de una dura jornada, al bigote caciquil y socarrón del payaso de Cachuli.
Que injusta es la vida, pienso.
Roca cuelga un Miró en su cuarto de baño, la Pantoja cocina pollos especiados con comisiones y los mineros se ponen tiritas en las ampollas.
No se cuando, ni como...pero esto debería cambiar.
Harto de contemplar el cachondeo de esta mierda de sistema, vuelvo a hacer zapping y me encuentro con la sorpresa de que si se presentara, Belén Esteban conseguiría escaños en el parlamento.
No se si cortarme las venas o dejármelas largas.

lunes, 9 de agosto de 2010

Adiós al Olvidadero

Hace más de tres años que conocí un pequeño bar de Valladolid, llamado Olvidadero.
Quizás lo primero que me sedujo de él, fue su nombre, un nombre que evocaba tabernas portuarias en países grises y peligrosos, o en galaxias muy muy lejanas.
El bar en cuestión, eran cincuenta metros escasos repletos de gente y cervezas, de humo y de buena música, de momentos especiales.
Ese bar, contemplo el ocaso de una relación y el nacimiento de un gran amor.
Detrás de la barra, una manada de bandidos entrañables, con la cabeza llena de sueños y los ojos enrojecidos por el cansancio y las efluvios de vaya usted a saber que.
Durante mucho tiempo, fue mi bar, tan mio como de Curi o de Ferni.
Recuerdo que al poco de empezar a ir por allí, organizaron una peña para las fiestas de Valladolid, y sin conocer practicamente a nadie, nos apuntamos Laura y yo.
Aún me huelen los brazos al merengue de la guerra de tartas y aún huele el roncón de mi gaita, al humo de los cigarros aliñados que más de uno se fumo con el, como si de una pipa de la paz, labrada y musical se tratara.
Contaba "el olvi" con una amplia carta de cervezas nacionales e internacionales y una a una fueron pasando el examen cada fin de semana.
Cuantas horas leyendo "el jueves" en la barra o de cháchara con el amigo Curi, esperando a que el impresentable de Chuchi llegara con cualquier excusa sobre aparcamientos, tráficos y zonas azules.
Cuantos ratos buenos, cuantos abrazos y cuantos besos.
En una ciudad como la nuestra, donde ser diferente es un crimen, la gente del Olvidadero transgredió, rompió, y se atrevió con todo...con dos cojones.
Era de chiste ver como en el pequeño local, se organizaban conciertos, monólogos, sesiones de Dj¨s, comidas brasileñas...
Desde luego es siempre triste despedir a un amigo y en este caso lo es más, porque le estoy diciendo adiós a una parte de mi vida.
Se que el amigo Curi, con ese afán suyo por revolvernos la conciencia y las entrañas, perpetrará desde "La flor que me encontré" o desde cualquier otro lugar, un nuevo espacio para que los amigos y los enemigos nos encontremos y echemos un pulso con la mirada.
Un sitio donde pueda dar rienda suelta a esa maraña de ideas absurdas y maravillosas que le bullen en el cerebro.
Allí estaré yo, para hacer fuerza junto a él y tratar de derribar los pilares de una ciudad tan pretenciosa como timorata y crear de esa hecatombe un nuevo orden, donde los hombre de bien, podamos tomarnos un Cutty Shark con cocacola light sin cafeína, o un "sol y sombra", o lo que nos salga.
Vivirás en el recuerdo de muchos, que es la mejor de las muertes.

domingo, 1 de agosto de 2010

Lo que se quedó por el camino


Estos dos señores, tienen que estar descojonaditos de la risa allá en la otra vida.
La que liaron la noche que decidieron poner en marcha su famoso manifiesto.
Supongo que lo de socialismo utópico es un nombre más que acertado para aquello que les bullía en la mollera, ya que toda la buena intención de sus proclamas se daba de morros con la condición humana, que únicamente entiende de llenar el buche y perpetuar el genoma.
Sea cual sea tu educación y tu esfera social, si con veinte años no eres socialista al menos en espíritu, es que algo no funciona bien dentro de ti. Luego ya, con la edad puedes derivar a otras tendencias ideológicas, en función de las propiedades que hayas ido adquiriendo con los años.
No nos engañemos, la justicia social solo nos interesa cuando no tenemos y queremos que lo que hay se reparta entre todos...en el momento en el que hay que meter lo nuestro en el lote a repartir, ya vamos mirando para otro lado.
Y eso a nosotros, que somos ciudadanos de a pie, si entramos en el mundillo de los políticos flipas.
Tenemos un presidente socialista (permitanme ustedes que pare un momentin, para despollarme) que ha tratado de convencernos de que repartir el erario público entre la banca, recortar en medidas sociales y destruir empleo es algo que viene desde el siglo diecinueve, cuando dos soñadores se unieron en pos de los derechos de los trabajadores.
No se en que parte del camino se ha quedado la justicia social y el ideal socialista.
Lo bueno es que no tenemos que preocuparnos, porque gracias a Dios, la alternativa política que se presenta en España y que supuestamente es la derecha, tampoco respeta sus fundamentos (menos mal, ya no hay sitio para más fosas en las cunetas castellanas) y se aplica únicamente al ideal político que rige hoy en todas partes, que no es otro que forrarse el lomo a costa del ciudadano y salir luego corriendo, o montar una fundación donde soltar chorradas, o matarse a abdominales o ir a visitar al talego a los compañeros de partido.
Que movida.
No se hasta donde vamos a llegar, porque no nos engañemos, la solución por mucho que nos digan con anuncios chorras, no está en arrimar el hombro entre todos, nosotros ya arrimamos el hombro, el muslo y los cojones.
La solución puede que pase por que esta panda de impresentables trate de recuperar el espíritu de aquellos pensadores, de aquellos soñadores que un día imaginaron un mundo mejor.
A ver si los Zapateros y los Rajoys de turno se ponen las pilas de una puta vez y empiezan a buscar soluciones que no pasen por amasar fortunas personales.
Ala...que agustito me he quedado.

jueves, 29 de julio de 2010

Abandonaditos os tengo

Pero no por gusto, lo juro.
Es que no paro, me muevo más que la compresa de una coja.
Para el que no se lo crea www.titeresenruta.blogspot.com
Ahí podréis entender que está pasando.
Por si las moscas...Zapatero, organizate.
Besos.

jueves, 1 de julio de 2010

A la puta calle



Pues eso, que a esta panda de cabrones, les mandaba yo al paro, a rascarse las entretelas "salvajemente".
Es indignante, que unos trabajadores preparen semejante motín y salgan impunes de el.
Entiendo, que cuando nos tocan el bolsillo todos saltemos hechos una furia, es lo que tiene el dinero, que rápidamente te haces a vivir con más, pero es muy jodido asumir recortes.
Lo que no se puede tolerar, es que estando en una posición privilegiada como ellos (sus recortes salariales serán inferiores a los del resto del funcionariado) se permitan el lujazo de colapsar Madrid y perjudicar alegremente a millones de personas, que han tenido que pasar las de Caín para acudir a sus puestos de trabajo, llevar los niños a la guardería, ir a urgencias, a un sex-shop o a donde cojones les apetezca ir, coño, que para eso esto es un país libre, como dirían los yankis.
Vamos a ver, peleles...¿y si al personal médico de un hospital le da por hacer una huelga "salvaje" y no respetar los servicios mínimos?.
Sería precioso que llevaras a tu madre a urgencias, con un hueso de pollo atravesado en el gaznate y te saliera el ATS de turno, diciendo que a el plim, que la va a dejar morir porque Zapatero es un gilipollas y un chapuzas (que no se lo discuto, ojo, pero no son maneras).
No se pueden hacer así las cosas, señores mios.
El apartado de los derechos y las obligaciones es como una peli porno, por norma, uno solo ve lo que le interesa y lo demás lo pasa con el mando.
Ojito con los liberados sindicales, que ponen el cazo y se rascan la tripa en el nombre del trabajador.
Me parece fenomenal que protestéis contra este gobierno errático, yo de hecho, no me voy a cortar las uñas hasta que se solucione la situación económica de España, pero tened mucho cuidad con los amotinamientos, no vaya a ser que al contramaestre se le hinchen las pelotas y empecéis a salir todos por la borda, en pie con el puño en alto, como la chavala de "Bailando con lobos".
Ahora que será lo siguiente...
A mi me viene bien una huelga salvaje de policía y guardia civil, que le tengo yo echado el ojo a un relog precioso, y no me alcanza.