viernes, 27 de julio de 2018

Nunca dejaré de intentarlo

No tengo un sitio a donde ir y lo invento. Sé que estás aquí y me tienta.Me tienta mucho, demasiado, porque eres la única tentación que como aquella lucha de gigantes, convierte el aire en gas natural y estoy más que dispuesto a arder, a quemarme por completo, a carbonizarme de amor por ti. Y siento mi fragilidad al caer una y otra vez en la tentación de tu sonrisa y tu mirada que dice tanto.
La rueda gira y nada es real pero no voy a consentir que mi vida se queme como una vela y no pienso dejar pasar ese tren especial porque estoy dispuesto a arriesgarme. Me agarraré al cielo y pensaré en ti y no dejaré de intentarlo porque sé que mereces la pena y que te he perdido en otras muchas ocasiones, a lo largo de demasiados siglos, de demasiadas existencias en las que no supe retenerte a mi lado, pero esta vez no voy a hacerlo. Me da igual haber llegado demasiado tarde y que alguien firme tus sonrisas y le ponga su sello a tus medias y a todos y cada uno de tu besos. Nunca es tarde si la dicha es buena y la intención sincera. Y no temeré enfrentarme a lo que el destino me tenga preparado, porque tu me haces sentir valiente y capaz de cualquier cosa. Hay un lugar bajo el arco iris esperándonos, una habitación que lleva nuestros nombres grabados en la puerta.  Pero también hay lugares peligrosos, lugares que asustan. He visitado unos cuantos, he dormido con más de un íncubo de irresistibles caderas que gemía en arameo al hacer el amor. Los exorcicé a mi pasado, a un cofré donde se consumirán por toda la eternidad.
Creo en los fantasmas terribles de algún extraño lugar, pero resulta que ese lugar poblado de fantasmas y demonios no es un lugar tan extraño. Ha sido mi vida hasta que te he encontrado. Y no quiero que salgas de ella para vivir otras cinco o seis reencarnaciones sin poder siquiera acariciar tu piel o para ver como otros beben del cántaro de tu risa y se sacian de tus caricias maridadas con roces oportunos mientras yo desfallezco sediento, triste y con el corazón roto por no poder regalártelo envuelto en papel de seda y con un lacito rojo, todo para ti. Todo tuyo.
Tu estás aquí, desde mucho antes de existir. Tu y yo somos más que dos. Somos diferentemente iguales e igualmente diferentes. Somos necesarias e indisolubles contraposiciones tejidas con el mismo hilo. Por favor, no te marches. No te asustes. No te agarres a lo seguro de un compromiso contraído antes de haberme vuelto a conocer, pero que por mucho que lo intente no podrá jamás hacerte tan feliz como yo estoy dispuesto a hacerte. Porque aunque eres feliz, eres una mujer feliz, deliciosamente llena de felicidad, solo hay que encontrar el resorte para que mane e inunde cada uno de tus días, de tus horas, de tus minutos, de tus vidas.
No sé decirlo de otra manera.Puede que no me entiendas, puede que no quieras entenderme, puede que no lo necesites. No sé como cambiar mi suerte ni como viajar en el tiempo y llegar antes que él. No sé porque se me entregó una pluma como única arma para defenderme de los males que me acechan. El mal de amores no se combate con la pluma. Este por desgracia, es un mal que no sana poniéndolo por escrito. El diagnóstico es el que es y las llagas que se abren en el pecho dejando el alma al descubierto no cicatrizan, no se suturan con palabras por muy bien que pueda llegar a hilvanarlas y por muy rectas que sean las puntadas. Puntada y aparte.
Los vinos ahora los disfrutas con él, pero también pudimos brindar y saborear buenos caldos mirándonos a los ojos y reconociéndonos con cada trago.
Y las cosas nunca pasan por que sí, pasan porque tienen que pasar. Y aunque este sea el momento más difícil y más complicado para ti, teníamos que encontrarnos. El destino no ha parado de poner neones y luminosos a nuestro alrededor para que nos encontrásemos.  ¿Vas a ignorarlos? Yo no. Y estoy dispuesto también a pagar la penitencia necesaria por haber cometido el pecado que más feliz puede hacerme.
¿Cómo habré llegado aquí?. Me torturo al despertarme y descubrir que sigo haciéndolo solo. Y quiero hacerlo a tu lado. Pero todo termina llegando, INCLUSO LO BUENO.
Solo debo tener paciencia, aunque sean unos años, aunque sean unas cuantas vidas más.

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