miércoles, 31 de enero de 2018

Inconsciente

Esta entrada no es más que al ampliación de un muy necesario microrrelato que escribí y colgué en mi página de Facebook(Juan Pizarro new) el pasado día 26 de enero.
El relato habla metafóricamente de la ejecución de un reo que voluntaria e inconscientemente se coloca ante los fusiles del pelotón y, que consiente una vez más en vendarse los ojos. Está metáfora explica que al beber y ponerte al volante habiendo ingerido alcohol , tu mismo te estás colocando la venda que cegará tu visión y te llevará a estrellarte contra ese paredón repleto de agujeros de bala que es la carretera.
El protagonista fue ejecutado pero por avatares de la vida, por suerte o porque no era su momento, no recibió el tiro de gracia y consiguió recuperarse y volver a la lucha.
El que tenga oídos para escuchar, que escuche.
 De todo se aprende y si la experiencia y la inconsciencia del protagonista de este texto puede aportaros una lección de vida, aprovechadla. Las cosas pasan. No solo les pasan a los demás.

Inconsciente

 Antes de ser ejecutado saludó uno a uno a los miembros del pelotón con quienes había compartido las últimas copas de vino. Permitió que se le colocase la venda de efluvios alcohólicos y de forma chulesca, casi teatral, se enfrentó al momento y con solo cinco palabras pronunciadas entre risas, firmó su sentencia de muerte: "No os preocupeís,voy bien".
El motor rompió el silencio de la noche con sus detonaciones
Para su fortuna, no le quitaron el casco, olvidando darle el tiro de gracia. El ofical que mandaba el pelotón se apiadó de él y apartó el cañón de su sien, perimitiéndolo vivir. 

Y contra todo pronóstico, vive.


La canción que encabeza la entrada, habla de caminar con un fantasma. Por suerte el reo del micorrelato volvió literalmente de la muerte y se materializó de nuevo, con todos sus defectos y sus escasas virtudes. Pero las segundas oportunidades nunca son gratuitas y sabe que como parte de la deuda contraída, tiene la obligación de dar ejemplo y asumir sus responsabilidades, aunque hacerlo a veces cueste mucho y requiera de valor y sacrificio. Tiene la inmensa fortuna de contar con mucha gente a su lado dispuesta a ayudarlo. Y eso no se paga con dinero. Ni con sangre.
 

domingo, 28 de enero de 2018

Natación emocional

Acostumbro a perderme entre los razonamientos y entre los argumentos que segrega mi cerebro cuando trata de imponer la razón de la evidencia al insistente y poco consciente deseo del corazón.
Y no. No sé que hago aquí, en esta oscura salita de pensar que se haya dentro de mi, a medio camino entre la realidad de mi psique y la laguna de metáforas que se oculta tras mi pecho torturado, donde apenas hago pie y constantemente nado desesperado, tratando de alcanzar la orilla,la salvación,la tierra firme de una amor correspondido y carente de artificios. Pero ese amor se distancia más y más y con cada brazada que doy, nervioso y deseoso de llegar a él,me alejo.
Las aguas de la laguna y su fondo arenoso y turbio, esconden los cadáveres de todas las historias de amor que creí serían eternas y maravillosas y no eran otra cosa que sospechósamente hermosos lodazales poblados por caimanes que devoraron mi ilusión y mi esperanza, mutilando mi cariño entre sus enormes y despiadadas fauces. Y no los culpo. Tienen que alimentarse para sobrevivir y la culpa fue tan solo mía por creer que podría nadar entre ellos sin resultar herido.
Me he perdido y una corriente traicionera me ha devuelto a aguas profundas, Pero he encontrado una tabla a la que agarrarme, un oportuno salvavidas que me librará de que se encharquen mis pulmones y pierda el conocimiento entre labios embusteros y traidores.  Me he agarrado fuerte a mi deseo de ser feliz y de cuidar de mi mismo. y ahora me mantengo a flote y no tengo miedo, porque no volverán a tirar de mis pies hacia el fondo, ni a arrancarme la carne a bocados Ya no.
A lo lejos, mientras nadaba perdido, vislumbré la luz de un faro que me llamaba a la vida y a la plenitud emocional y  respiré tranquilo, cambié mi rumbo y nadé hacía la luz. Según me acerco a la orilla de Ítaca, las aguas se tornan cristalinas y transparentes, cálidas y seguras. No hay criaturas que pretendan saciar su apetito conmigo ni pecios hundidos vestidos de algas, moluscos y coral. Los restos del pasado más sombrío y desagradable se han transformado en juguetones delfines que nadan junto a mi. No tengo miedo. La luz me guia y se  refleja en mis empapados cabellos y en mi piel arrugada por el agua, convirtiendo la desorientación y la angustia en necesario y útil aprendizaje. De todo se aprende y todo sirve, incluso lo más doloroso.Precisamente las experiencias negativas son las que más te fortalecen cuando consigues superarlas y relegarlas al cofre de lo que no ha de volver.
¿Te apetece un bañito?

lunes, 22 de enero de 2018

Turno de oficio

En esta imagen puede verse al presunto culpable de haber desaprovechado todas las oportunidades que le ofreció la vida, en compañía de sus abogados: su padre y su hermana Alejandra.
Estos formidables y concienciudos letrados han conseguido evitar una y otra vez que el jurado popular reunido por el tribunal eterno, emitiese un veredicto de culpabilidad, sostenido por las evidencias presentadas por el ministerio fiscal que además de aportar pruebas de todo tipo, consiguió el testimonio de muchos y muy variados testigos presenciales.
La defensa que preparó su padre como letrado con más experiencia en la abogacía y el derecho paternal, se fundamentaba no solo en la extensa jurisprudencia a la que agarrarse, también en todos y cada uno de los eximentes que si no eran suficientes para exonerar de toda culpa a su cliente e hijo, si al menos conseguirían ablandar los corazones de los miembros del jurado.
Este ha sido el último pleito que llevó y ganó su padre, tras haber rebatido y desmontado los argumentos y las pruebas de la fiscalía y además, haber presentado un alegato final digno del más soberbio y hábil leguleyo. Tras la sentencia del divino tribunal en el que se ponía en libertad al reo, condenándolo no obstante a la realización de trabajos para la comunidad, su padre apenas pudo disfrutar de la victoria pues  reclamaron su presencia en las más altas instancias y lo nombraron asesor de la sala número uno del tribunal apocalíptico, final y universal.
Antes de presentarse en su nuevo puesto, desde donde abogar e interceder por cuanto inocente solicitase  ayuda, se ocupó de transmitir a su pupila e hija los conocimientos adquiridos en su larga vida llevando la toga y su templanza, su saber estar y sus adecuados e intraicionables valores morales, su ética profesional y personal y su código deontológico grabado en el alma con letras capitales.
El ya liberado del implacable peso de la justicia, a la que todos tendremos que rendir cuentas en algún momento, sabe que puede respirar tranquilo, pues en su hermana y abogada, reconoce incluso con los ojos cerrados, la dulce paciencia de su padre y encuentra en ella la seguridad que tanto ansia para llevar una vida digna y libre de sobresaltos, demandas y pleitos.
Juicios tengas y los ganes, dice la maldición popular.

sábado, 20 de enero de 2018

"Hoy llego más puro que el agua mineral"

Y dentro de esa pureza que me has ayudado a conseguir, saneando el lodazal en que se estaba convirtiendo mi pecho torturado, he encontrado alguna explicación a preguntas eternas, con respuestas obsoletas o terriblemente confusas y dispersas.
Hay que tener un cuidado extremo para no permitir que algún desaprensivo, convierta tu alma en ese pantano de la desesperación en el que Atreyu estuvo a punto de perder a Artax y donde uno puede sumergirse entre angustias y penas, sin aferrar la cuerda que te lanzan las personas que te quieren.
¿Qué es el amor? preguntas clavando tu pupila en mi pupila azul. Princesa...amor eres tu.
Amor es todos y cada uno de esas gestos cómplices que unen a dos personas con un lazo invisible pero fuerte y resistente. Amor es la sonrisa que despierta una llamada de teléfono o un simple mensaje, cuando todo parece perdido. El amor del que yo hablo, nada tiene que ver con los culebrones que parecen rodarse tan solo para ayudarte a dormir la siesta en el sofá del salón, al término del telediario.
En una de mis últimas relecturas de esa impresionante obra filosófica y atemporal, que es "El principito" me deleité sobre manera con la diferencia entre querer y amar que nos presenta la conversación que mantiene el joven príncipe con una de las rosas.
El amor brota cuando descubres que darías cualquier cosa y harías cualquier cosa por alguien a quien deseas ver feliz por encima de todo. Un hijo, una madre, un hermano, un amigo o una pareja. Da igual. El amor implica respeto, sacrificio y una siempre disponible voluntad de ayudar a respirar a quien necesita aire porque su vida comienza a ahogarlo.
No dudes ni un solo segundo en que en el momento en el que alguien antepone su ego, sus necesidades y sus deseos a los de la persona amada, ha dejado de amarla para quererla. Y además quererla mal.
Cuando sientes dentro de ti que lo que te va  a hacer realmente feliz, es ver a la persona amada cumpliendo sus objetivos, ganando sus batallas y sonriéndole al destino, solo entonces comprenderás que has comenzado a amar de verdad. Y eso no hay que traducirlo en noches de pasión o en contacto de ningún tipo. A veces eso sobra por completo. Por supuesto enriquece y alimenta, pero no es una condición obligatoria.
Moriría de nuevo por verte completamente feliz y renacería otra vez en el paraíso de tu plenitud y tu sonrisa. 
Sin vergüenza, sin pudor, sin pretensiones, puedo afirmar con certeza que te amo. Y lo más hermoso de todo es que el amor verdadero, ese del que han escrito millones de versos los espíritus atormentados conocido como poetas, no necesita ser correspondido. Pero si tu también me amas, a mi, me estarás confirmando que además de que la vida tiene un sentido, Dios existe.

jueves, 18 de enero de 2018

El beso perfecto

Tras varias horas acostado en su cama, consiguió conciliar el sueño dándole vueltas a algo que le tenía muy intrigado desde hacia tiempo. Cierto problema en su memoria a largo plazo le impedía recordar los primeros labios que besó. Se supone que el primer beso no se olvida nunca, pero él tenía serías dificultades para recuperar y ordenar recuerdos. Vuelta tras vuelta, pitillo tras pitillo, bostezo tras bostezo, consiguió devolver a su cabeza y a su corazón, los recuerdos de muchos y muy distintos labios de mujer. Desde los tímidos y casi culpables labios de una adolescente en las playas de Málaga,hace ya demasiados años, hasta los carnosos y apasionados labios de una preciosa mujer recién divorciada, quien había atesorado años de pasión contenida por no entregarla a quien no la merecía. Pasando claro está, por algunos labios esquivos que en contra de toda posibilidad, había conseguido alcanzar.
Y entre estos recuerdos, rescató los de docenas y docenas de mujeres de todas las edades que habían acompañado sus besos con cariñosas caricias, intensos abrazos, sonrisas lascivas, promesas de amor eterno y otros tipos de mentiras oportunas.
Hubo un tiempo en el que alcanzar tan preciado, húmedo y dulce regalo de una muer, era casi una obsesión y con cada ruptura, con cada abandono,con cada herida infligida a su habitualmente indefenso y desnudo corazón, descubría que al menos el destino le reservaba la posibilidad de descubrir otra boca, otro tacto, otra oportunidad para encontrar el oxígeno necesario en esa común y sumamente infravalorada demostración  de cercanía entre dos almas.
Al despertarse a la mañana siguiente y encender aún entre tinieblas uno de los pitillos que lo terminarían quitando de en medio, trató de hacer un repaso y de encontrar las respuestas a las preguntas que llevaban semanas atormentándolo: ¿Quien? ¿Cuando?  ¿Donde?¿Cómo? pero sobre todo y por encima de todo, ¿Porqué?
Lo que tenía más que claro es que aquel primer beso, lejos de ser un hermoso regalo del amor adolescente, había sido la primera dosis de una droga que lo estaba matando muy lentamente y para la que no existía cura, antídoto, ni forma de desintoxicación. Y además, no quería dejarla, estaba agradecido por haberse enganchado y sabía que siempre habría alguien dispuesto a aliviarle el mono, aunque fuese con una dosis adulterada o de mala calidad. El síndrome de abstinencia tenía fácil remedio y consistía en hacer la llamada oportuna y en  estar dispuesto a agachar la cabeza, renegar de sus principios y romper una promesa hecha a sí mismo en un reciente pasado doloroso, donde se juro no volver a entregar sus labios a quien no los valorase.
Lo más duro para él, era saber que aún no había degustado el beso perfecto, el roce de los labios con los que sueña y para los que todavía cree no estar capacitado y no ser merecedor. Puede que ese beso no sea más que una leyenda, mitología carnal, fe y esperanza. Puede que aunque ya está plenamente seguro de los labios donde nacerá, lo que realmente le asuste sea no disfrutar jamás de esa miel que se le antoja ambrosía de los dioses. Pero aún así, reza cada noche con soñar que lo consigue, que la besa, que acaricia su nuca y sus mejillas mientras se pierde en su boca, se sumerge en ese océano de aguas cálidas y seguras que es su alma y pierde el conocimiento con el roce de su lengua.
Todo llegará, todo termina llegando y no solo lo bueno, también lo perfecto.

viernes, 12 de enero de 2018

Vivir en un sueño

Vivir en un sueño no siempre es lo que te cuentan en las películas de Disney. A veces las serpientes de los sueños que canta Silvio Rodriguez consiguen escapar de su onírico terrario y tratan de engullirte en el mundo real, convirtiendo tu vida en una pesadilla espantosa. Ahí es cuando decimos eso de "estoy viviendo una pesadilla". Pero de todo se despierta, incluso de los sueños más horrorosos. Y todo se puede alcanzar, incluso el más hermoso de los sueños.
La vida es tan curiosa y el destino tan caprichoso que, cuando menos te lo esperas, descubres estar inmerso en un sueño del que no quisieras despertar nunca, porque de repente ha aparecido alguien que colma tu pecho, alegra tu espíritu y alimenta tu alma. Y ahí es cuando decimos eso de "me parece estar viviendo un sueño".
Una muy acertada pluma escribió hace varios siglos que la vida es sueño y hoy descubro que como Segismundo, apurar cielos pretendo ya que me tratan así. ¿Qué delito cometí, contra vosotros naciendo?. Aunque si nací, ya entiendo que delito he cometido. Oh...mísero de mi, oh infeliz.
Pero ya está. Se acabó. He devuelto a las serpientes al terrario del que escaparon, he podido abrazar al onírico ángel que me acompaña y he recuperado mis fuerzas y mis ganas de vivir. Y de soñar.
Los sueños se cazan con cebo de ilusión, cartuchos de esperanza y podencos portugueses o felinos amaestrados.
Todo radica en localizar la presa, asegurarte de que no vas a derribar la equivocada y no cejar en el empeño de cobrar el sueño ansiado.
La fuerza de voluntad, el espíritu de lucha y el sacrificio continuo, son las mejores y más precisas armas con las que salir de montería.
Os invito a una partida de caza en el coto privado al que se llega cerrando los ojos tras una dura jornada en el mundo real. Merecerá la pena, os lo garantizo.
 

miércoles, 3 de enero de 2018

Oculto en un silencio

Hay silencios que son gritos hacia adentro. Hay silencios que si se midieran en los decibelios que aturden el alma, reventarían el sonómetro.
Tanto tiempo sin abrir la boca. Tanto tiempo sin llegar a pronunciar las palabras correctas, las preguntas acertadas. Tanto tiempo sin conseguir aullar lo que le estaba devorando por dentro. Y sin embargo llegó el momento.
Todo termina llegando, incluso lo bueno. Y al fin puede levantar la voz.
El chorro de agua fría que mana del grifo a presión de su conciencia lo despeja y lo devuelve a la realidad de una existencia olvidada. Hoy vuelve a sentirse vivo, pase lo que pase y le pese a quien le pese. 
Ha dejado de ocultarse en el silencio y en las sombras de un pasado atormentado. Vuelve a salir a la luz, vuelve a expresarse sin miedo, vuelve a donde le corresponde estar y de donde fue expulsado sin motivo aparente y no se atrevió a protestar aceptando su destierro y alimentándose de quejas y reproches que no pudo o no quiso presentarle a nadie. Pero hoy le ha prometido a sus sueños que va a pelear por cumplirlos, que se terminó lo de vivir entre lágrimas, que ya está bien de agachar la cabecita y asentir balbuceando innecesarias disculpas.
La vida da muchas vueltas, demasiadas quizás, pero ahora toca reivindicar su ilusión y combatir sus temores. 
Encontró la luz, descubrió un resquicio entre las tinieblas que lo envolvieron de repente y no le permitieron hallar el camino, el verdadero camino, pero lo identificó y a través de él, escapó de la peor de las condenas.
Alguien dijo una vez que el infierno es la imposibilidad de la razón y la razón rige su decisión. Y por primera vez el destino está de su lado y ya ha comprendido que todo es posible.
Escribe con el dedo sobre la arena de la playa del olvido una declaración de intenciones donde como desafío, ratifica en verso sus demandas.
Se asegura de tener abundante munición de palabras del calibre de su corazón y, tras comprobarlo, aguarda sin miedo al enemigo que antes lo asustaba como a un niño abandonado en el bosque  y al que ahora espera con la impaciencia de un tiburón que ha olido sangre cercana.
Para todo hay un antes y un después y en este momento se encuentra disfrutando de saber que su después se ha convertido en ahora y ya nadie podrá volver a hacerlo callar. El antes ya no importa.
Ha dejado de ocultarse en el silencio. No volverá a esconderse nunca más, ni volverá a girar el rostro, ni a bajar la mirada.
El valor siempre estuvo ahí. Se autoconvenció de que solo tenía que creerlo y tomar cuanto necesitaba y cuanto le correspondía por derecho.  Y así lo hizo.
Ha vuelto.