miércoles, 20 de septiembre de 2017

Todo es cielo

Cuando los vecinos del pueblo y los miembros de diversos cuerpos de seguridad del estado que participaban en las batidas,se cansaron de buscar, solo la pequeña pero obstinada rubia de mirada inquieta decidió no abandonar a su amiga y se entregó a ello con más ahinco que fuerzas, pues estaba tan cansada que incluso esbozar una sonrisa le suponía un esfuerzo tal, que optó por  prescindir de sonrisas hasta el momento en el que hallase lo buscado.
Por causalidad, que no por casualidad, encontró ayuda en un forastero que se había hecho eco de la misteriosa desaparición a través de las redes sociales y al ver las ganas y el verdadero interés con el que la pequeña artista  se entregaba a la búsqueda sin perder el aliento, se ofreció a apoyar su lucha.
Nena, la rubia artista conceptual y One el forastero amante del hip-hop, de la canción de autor y de las causas perdidas, se reunieron en uno de los bares del pueblo para organizar la tarea frente a un café de puchero.
-Lo primero de todo, muchísimas gracias, one. Pero muchas muchas.- dijo Nena esbozando la mueca más parecida a la sonrisa que estaba dispuesta a derrochar como muestra de su agradecimiento.
-No tienes porqué darlas, Nena. Yo también he estado perdido y gracias a Dios o a Supergato, hubo quien se empeñó en no abandonarme y consiguieron dar conmigo y traerme de vuelta.-
One, realmente había pasado por algo similar a lo que Beba, la amiga de Nena debía estar viviendo. 
Él se extravió en alta mar durante un crucero familiar por las islas griegas, al no poder resistirse a bucear en aguas del Mediterraneo y haciendo caso omiso de las prohibiciones de la organización, haber saltado desde cubierta, ataviado únicamente con un neopreno, unas gafas de buceo, aletas y su pequeño cuchillo tobillero. Durante una semana permaneció en alta mar y cuando los especialistas de las armadas griega y  española, comunicaron a la familia la decisión de abandonar los rastreos, sus padres y sus hermanos se hicieron con un hidroavión y consiguieron localizarlo,agarrado a una boya meteorológica.
-La zona está llena de cuevas y galerías subterráneas, One. Esta, antaño fue una zona minera y, de pequeñas Beba y yo jugábamos a ser exploradoras buscando la Antártida primero y un atajo hacia el paraíso siendo ya más mayorcitas.-
-todo es cielo, Nena, lo importante es saber volar sin alas, aunque amenace tormenta-
Nena trazó un plano de sus rutas por las galerías subterráneas y dividió el perímetro en dos adjudicando a One la zona menos complicada, ya que ella la conocía mejor.
Durante dos días siguieron buscando incansablemente. Cuando ya parecía todo perdido y One fumaba un cigarrillo en el exterior de una de las galerías inspeccionadas, una mujer con evidentes síntomas de agotamiento y desnutrición, asomó la cabeza por una oquedad. Carraspeó y con un hilito de voz, se dirigió agradecida y llorosa al solitario fumador de sorprendida apariencia.
-Os he oído buscarme pero tengo la garganta tan seca y tan pocas fuerzas que no he podido gritar y al haberse roto la linterna al poco de haber descendido por los túneles, no supe encontrar el camino de regreso. Me he guiado por la voz de mi amiga Nena hablando a gritos contigo. Sé que te llaman One y quiero agradecerte el que no hayas tirado la toalla y hayas permanecido junto a ella.-
Después de esas palabras, que le debieron suponer un esfuerzo sobre humano, perdió el conocimiento extenuada.
Nena llegó enseguida y  con una enorme sonrisa de oreja a oreja, tomó en brazos a su amiga y la cubrió de besos. One llamó desde su  móvil al teléfono de emergencias y en pocos minutos, una ambulancia precedida por un todo terreno de la Guardia civil, apareció entre los árboles.
Siempre hay esperanza. El secreto está en no ceder a la estadística y a lo supuestamente lógico.
Hay muchas personas que se pierden a diario y tan solo debemos tratar de guiarlas hacia la luz.

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