lunes, 19 de junio de 2017

Canto de grillos

No podía ser de otra forma. Con la llegada de la ola de calor, los grillos han comenzado a proliferar y a buscar el fresquito de la noche en Tierra de campos. Con la oscuridad, además del fresquito, buscan otra cosa de forma insistente. Buscan exactamente lo que muchos escandalosos y desagradables grillos de dos patas, engominados o tatuados (al final da lo mismo) tratan de conseguir en los bares y discotecas al caer el sol: la compañía de una hembra para pasar el resto del verano. O de sus vida. O de sus vidas.
Supongo que al frotar mis patitas, nunca conseguí dar con los acordes oportunos y aunque siempre hubo una hembra cerca, por norma mi música solo atraía a Mantis religiosas y era espeluznante ver como comenzaban a sazonarme a su gusto mientras me besaban.
Pero he comenzado a dar clases de música y con todo lo que he aprendido durante estos últimos años( confusos y tristes pero muy enriquecedores), sé que compondré la melodía perfecta para atraer a la hembra idónea mientras los demás machos siguen tocando con la pedalera en modo distorsión y molestando al resto de la humanidad.
Conozco a un ángel que vive ligeramente preocupada porque dado el sofocante calor de estas noches y el atronador y lastimero "quejio" de los grillos, cree que el eterno enemigo, el maligno, el ángel caído,aquel al que Dios padre dijo: "No es no, Lucifer, ¿qué parte del no, no has entendido?", ronda cerca y está convirtiendo su comarca en una sucursal de aquel organizado y bien compartimentado infierno del que nos habló Dante. Lo que no sabe es que ella está a salvo de cuanto demonio pretenda acercarse y que somos muchos, los que desenvainaremos nuestras espadas de fuego en caso de que un diablo ose tratar de corromper su alma.
El cielo existe y aunque yo no he tenido la suerte de conocerlo, debe encontrarse allí donde se encuentre ella. Sé que si sigo mejorando y trabajando mis habilidades, un día me ganaré mi lugar en él. Como dicen los yonkis, "todo es ponerse".

 

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