domingo, 11 de septiembre de 2016

Emocionado y agradecido.

De entre las muchas cosas que siempre le agradeceré a mi padre, una de las más importantes es el que nos inculcase la afición por la literatura. Él era un lector insaciable y escribía estupendamente. Además de ser abogado y oficial superior del Ejército español, de joven trabajó como redactor en El Norte de Castilla, con nombres de la talla de Miguel Delibes y Maribel Rodicio o Manu Leguineche, a las órdenes de su buen amigo Fernando Altés.
Nos transmitió desde bien pequeños la importancia de la palabra escrita, que como él decía, siempre queda. Lo escrito queda.
Mi hermano mayor, José Ángel, fue primer premio de poesía de la Junta de Castilla y León y el primero de los hermanos en publicar un libro. Mi hermana Elena, ganó el certamen de cuentos sobre la igualdad de género del Ayuntamiento de Valladolid y su cuento publicado, fue el libro más vendido de la Feria del libro de Valladolid en el año 2015. 
Mi hermana Alejandra, debe de ser un hacha redactando demandas y recursos (a los hechos me remito) ha heredado la habilidad jurídica de mi padre. Mi hermana Silvia, la pequeña, es ese "angelito de alitas de plumón blanco" del que ya os he hablado alguna vez y que por su deficiencia mental, no sabe escribir pero no le hace ninguna falta, con su mirada y su sonrisa, escribe los versos más hermosos.
Yo soy lo que soy y escribo como escribo pero hoy quiero hablaros de mi hermana Elena. 
Sobra decir lo muchísimo que quiero a mi familia pero en Elena he encontrado muchas cosas y no deja de sorprenderme tanto su impresionante vis cómica como actriz, como su natural talento para la dramaturgia.
Ayer acudí a la representación en la Casa de Zorrilla de Valladolid, de una comedia escrita por ella y que estrenó el año pasado junto a dos estupendas actrices y amigas, Evangelina Valdespino y Anahí  Santos, cosechando un gran éxito, que repitió anoche pero en esta ocasión junto a Noemí Martinez y Beatriz Toquero.
El público no paró de reírse durante toda la función y no solo por la brillante y divertida interpretación de las tres actrices de Katakrok Teatro, sino por lo divertido, original y sorprendente del texto.
Nunca he sido envidioso, al contrario, me siento muy orgulloso de la calidad literaria de mis hermanos y sé que de alguna manera, mi padre siempre vivirá en nosotros y en nuestros textos.
Elena vale su peso en oro, como persona y como escritora y en este momento está en proceso editorial de un libro en verso para niños,que dará mucho de que hablar.
Trato de aprender de todos y de todo. Mis hermanos forman parte de mi buena estrella y sé que aunque todos tenemos lo nuestro y no somos ni con mucho, perfectos, mi madre está orgullosa de nosotros y reconoce a mi padre en mucho de lo que hacemos y decimos, sirviéndola de  consuelo,(aunque pequeño) para el enorme dolor por su pérdida.
Emocionado y agradecido por formar parte de esta familia y por haber visto ayer, como personas que habían asistido a la representación, paraban a mi hermana por la calle para felicitarla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias brother. Yo tambièn estoy muy orgullosa de tí, de tu superación diaria y de tu facilidad de palabra. Que alguien piense tan sonceramente que papá estaría orgulloso de mí ya me hace muy muy feliz.

lacantudo dijo...

De nada sorella (puestos a llamarnos "hermanos" en otro idioma).
Por descontado todos somos terriblemente imperfectos (unos más que otros) pero creo que algo de lo que se nos ha inculcado, ha dado sus frutos y no lo dudo: papá estuvo, está y estará muy orgulloso de tu habilidad literaria ( y de algunas otras cosas que también haces bien, como las croquetas).