martes, 17 de mayo de 2016

El rey

Vale, no tengo trono ni reina pero si mucha, mucha gente que me comprende y sigo siendo el rey. O eso creo. A veces llega un momento en el que hay que rebuscar entre los bártulos del trastero y volver a ceñirse la corona y sacar a pasear el cetro pues  la actitud es la que te aporta lo necesario para superarlo todo y subir hasta el inifinito y más allá. Si no me siento un rey nunca pasaré de plebeyo, ninguna princesa casadera querrá bailar conmigo y seguramente los monarcas vecinos quieran conquistar mi reino,someter a mis súbditos, destruir las tradiciones y apropiarse de las cosechas. Mira que he rodado, rodado y rodado, pero ya toca levantarse y dejar de llorar, llorar y llorar. Como dice la canción lo importante es llegar y estoy a tan solo unos pasos de mi meta.
Son muchas, muchas las personas que me han tendido su mano para que no tropiece y vuelva a caer y sacaré a excalibur de la roca donde está atrapada y la blandiré ante quien haga falta.
Años deseando a los amigos "salud y república" y ahora he descubierto que llevo un rey dentro y que quiero recuperar mi trono.
De pequeño me gustaba imaginar que era un príncipe azul (por eso de ser rubio y tener los ojos azules, como en los cuentos, aunque me fallaba lo del metro noventa de puro músculo) y de mayor viendo como les iba a los príncipes europeos se me fueron quitando las ganas y decidí que antes muerto que decirle a mi Camila Parker particular, que quisiera ser su tampax. Viendo como está el tema de la casa real en España con los jaleos de juicios y demás, lo cierto es que se le quitan a uno las ganas de cambiar el color de la sangre. Roja mola bastante y azul va a ser que en caso de necesitar una transfusión, me pueden pegar cualquier cosa desde Mónaco u otro de esos sitios de ensueño con príncipes y princesas.
El caso es que abandonando ya las metáforas (me gustan más que un voto a un político) he decidido volver y poner otra vez toda a carne en el asador.
He aprendido mucho de todo lo vivido y vamos a ver si puedo aplicar los conocimientos adquiridos.
Lo bueno llegará si vas a buscarlo. Lamentarse y esconderse no sirve para nada. 
A por ello, por mi que no quede.

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