viernes, 18 de marzo de 2016

Cogollos

Mikel anudó con fuerza el extremo de la cuerda a una de las vigas del desván del basarri, donde acostumbraba a secar las cosechas año tras año. De la cuerda cuelgan grandes cogollos de una variedad de marihuana conocida como "Big foot". Las plantas de esta variedad tienen una concentración tal de thc, que al fumar la primera calada de cada canuto, los efectos te transportan a un universo paralelo, donde nada duele, nada pesa y todo te hace reír.
Con la venta de la producción de este año, Mikel ha decidido comprar una txalaparta nueva, aunque Bidane, su novia, le ha dejado bien claro que necesitan una televisión y un par de lamparitas para el salón. Ella y su manía de convertir el basarri en un chalecito convencional, aunque en el monte no hay otro como el suyo y los metros cuadrados de kampa exceden de las parcelas donde ubican la mayoría de los chalets modernos que construyen algunos desalmados para engañar a los nuevos ricos.
Un disco de Kepa Junkera en el equipo del salón aporta a su trabajo la banda sonora adecuada. Mikel lleva el ritmo con el tacón de la bota derecha contra el desvencijado suelo de madera que el antiguo propietario no quiso cambiar aceptando abaratar el precio de escritura a cambio.
Solo hierba, pasa de añadir tabaco. Un canuto en condiciones no debe llevar sustancias que adulteren la calidad de sus plantas. Boquilla de cartón, eso si, detesta cortar  el extremo de un cigarrillo y utilizar ese trocito de tabaco prensado para que no se le queden hebras de hierba en los labios. El sabor no es el mismo al pasar el humos por esa trampa. Él es un fumador con criterio, de los de la vieja escuela.
Pasa de otras drogas, ha probado una gran variedad pero ni la coca ni las anfetaminas son de su gusto.
La química es una mierda, como le explicó un colega adicto a la farlopa al hablarle de los tremendos bajonazos depresivos tras una noche de "tiroteo farlopero" en la intimidad de los baños de media docena de bares: "Todo lo que sube, tiene que bajar. la droga mas que química, es física pura y dura". 
Mikel ha perfeccionado el sistema de producción y optimiza los recursos a su alcance para que sus semillas (siempre de la mejor calidad)  le permitan poner a la venta  tres o cuatro kilos de cogollos prietos, peludos y resinosos, los preferidos de todos los fumetas. A tres euros el gramo, eso son unos nueve mil euros limpios, descontando la comisión del distribuidor.
Su aita le reprochó que abandonase los estudios y se fuese a vivir al basarri  con el que hipotecó el cincuenta por ciento de su sueldo de jardinero. Su aita no sabia que la jardinería le reporta unos excelentes ingresos extras, que complementan los menos de mil euros al mes que le reporta la empresa de jardinería que le tiene ocho horas al día arreglando jardines privados y parques municipales.
Si su ama pudiese verle por un agujerito, seguramente se santiguaría y luego rompería a llorar, como cuando los picoletos se llevaron a su hermano tras una manifa en la que se le fue un poco la mano y le dio por "redecorar" unos cuantos autobuses urbanos.
Sus aitas no tienen ni puta idea de que para un chaval como él, la vida está cada día más jodida y si no consigue unos ingresos paralelos, a tomar por culo los sueños de casarse con Bidane y tener media docena de críos correteando por el basarri.
Conoció a Bidane durante unas vacaciones en Donosti, a donde sus padres le llevaron para que estrenase la tabla de surf que le regalaron al terminar  COU con una media de sobresaliente. Se enamoró de ella en cuanto la vio. Bidane paseaba por la playa como una modelo de bikinis en la pasarela de Cibeles. Ella se sintió atraída por el chaval de las rastas rubias que embutido en un neopreno portaba una gran tabla de surf bajo su escuálido brazo derecho.  Por la noche coincidieron tomando una copa en un garito y lo demás fue coser y cantar. Cupido acertó con las flechitas y tras estar de novios a distancia durante ocho o nueve meses decidieron que no podían estar el uno sin el otro y se fueron a vivir juntos. El jodido amor verdadero, el que te cuentan en las películas esas de vampiros modernos, hombres lobo muy cachas y chavalas melancólicas.
Mikel y Bidane tienen todo lo que necesitan pero por encima de cualquier otra cosa, se tienen el uno al otro.
La vida pasa mucho más deprisa de lo que uno se cree y con certeza lo mejor que te puede pasar es encontrar a tu media naranja paseando por la playa con un bronceado perfecto y un culo de quitar el hipo.
Mikel piensa en lo feliz que es mientras le da otra calada al canuto que está a punto de consumirse pero la trikitixa de Kepa a todo meter, no le permite escuchar la patada que el agente de la brigada de estupefacientes le ha dado a la puerta principal del basarri, facilitando el acceso a media docena de compañeros que con la pistola en la mano, se adentran a la carrera en el hogar.
El  cobarde soplo de un cliente de la competencia, ha terminado con los sueños de  tranquilidad y felicidad.A Mikel le caen dos años en el talego y una multa de diez mil euros. Bidane volvió a Donosti con sus aitas. 
El basarri está a la venta y nunca se llenará de niños, al menos no de los suyos.
La vida pasa y pesa.



4 comentarios:

Unknown dijo...

Esta narración es perfecta, por el dominio del lenguaje, por la riqueza de los matices, por el desarrollo de la historia, porque cada día escribes de una forma más emocionante.

lacantudo dijo...

Muchas gracias amor.
Si estoy mejorando es gracias al tiempo que me dedica mi editora, que además de ser editora en el sentido más amplio de la palabra, es maestra, amiga y una persona con el criterio literario que me gustaría llegar a tener algún día.
A eso le uno mis ganas de crecer como escritor y mi necesidad de escribir, amen de lo agradecido que le estoy a la vida por haberme permitido seguir haciéndolo, aún habiendo sufrido una lesión cerebral que estadísticamente no me habría permitido ni garabatear mi nombre en un papel. No voy a desaprovechar esta oportunidad.

Victor Hugo dijo...

Sigo tu blog desde hace unos meses y también he podido apreciar una gran mejoría en el estilo aunque la mayoría de tus textos son excesivamente romanticotes.
Me gusta mucho la progresión también en las temáticas, te estás abriendo a más géneros y tus relatos siempre enganchan.
Preséntame a tu editora.

lacantudo dijo...

Viniendo del autor de Los Miserables y El jorobado de Notre Dame me parece todo un cumplido.
Soy un romántico, eso no cambiará nunca aunque mi editora consiga hacer de mí un buen escritor.
Por cierto, no te la presentaré por egoismo puro, no vaya a ser que lea algo tuyo y decida dejar de dedicarme su tiempo, que es una mujer muy ocupada.