lunes, 26 de octubre de 2015

Todo cambiará para que nada cambie.

En efecto hay que moverse.
Cuando las cosas vienen torcidas es responsabilidad de cada uno intentar enderezarlas y sobre todo no tirar la toalla.
No es fácil, Conozco a muchas personas que han optado por tirar la toalla y respeto esa decisión, tan válida como cualquier otra pero yo soy más de encajar un golpe detrás de otro y tratar de aguantar, hasta que la vida deje al descubierto el mentón y pueda sacudirle el gancho de izquierda que reservo para los momentos de apuro.
Si me paro a pensarlo soy un privilegiado. No me va a faltar ni techo ni un plato de comida caliente, gatete y yo hemos hecho un master en situaciones complicadas pero ni nos persigue nadie ni hay una guerra a nuestro alrededor.
Al margen del gato más cariñoso, más comprensivo y más bueno del mundo, no tengo ninguna carga familiar ni vidas a mi cargo. 
Confío en mis habilidades y en mis posibilidades y ha llegado el momento de sacar todo lo que llevo dentro para dar lo mejor de mi mismo.
Lo he escrito en diversas ocasiones, la madre es el único tesoro que tenemos los pobres y entre mis riquezas las mayores se computan en todos los amigos que me han demostrado ya lo mucho que me quieren y en una familia maravillosa.
Si a eso le sumo mi natural optimismo es normal que acepte los cambios como una evolución y una temporada esperanzadora. Cuando se cierra una puerta se abren varias ventanas y soy pequeñito así que entraré por cualquier sito.
Juego con la ventaja de que si no me llegara a gustar mi vida, siempre podría escribirme una a medida y al menos sería el príncipe del reino que conquistaría a su princesa encantada y se atiborraría a perdices junto a ella.
Es lo que tiene esto de escribir, igual no puedes vivir de ello en cuanto a las necesidades materiales pero si en cuanto  a las espirituales.
Ya lo canta Macaco: "Volver al origen no es retroceder, quizás sea andar hacia el saber" .
Y puestos a parafrasear a mi ídolo musical : "Nunca una ley fue tan simple y clara: acción reacción , repercusión" .
Puede que ahora al sentarme ante un teclado me inunde de ideas estupendas y sea capaz de concebir una historia a la altura de mis sueños, unos personajes a la altura de mis deseos y un final a la altura de mi esperanza.
Si lograse escribir algo así me convertiría no en el mejor escritor, ni mucho menos pero si en el más realizado personalmente.
La literatura se me antoja como mi jardín secreto en pleno esplendor y con un banquito de piedra donde sentarme a escribir sobre un cuaderno repleto de versos acertados y de textos emocionantes; solo o en el mejor de los casos junto a ella, a la que no descarto que termine por hacerse un hueco junto a mí y quiera compartir mis sueños colocando la banqueta en mi esquina del ring y refrescándome con una esponja tras limpiarme la sangre del rostro con la toalla de sus besos y sus caricias.
Sé que no se me dio esta oportunidad de forma gratuita y pienso hacerme con el cinturón de campeón de mi categoría en  mi mundo.
Soy tan afortunado que incluso cuando los jueces me puedan arrebatar el combate a los puntos, conseguiré que se confundan al sumarlos y sea mi brazo el que levanten al sonar la campana del final del último asalto.
Mi padre no me educó para que me rindiese así por las buenas y aunque no sea capaz de hacerlo por mi mismo, apostó demasiado cariño y esfuerzo por mi como para permitir que pierda lo apostado.
Intentaré rentabilizar todo lo aprendido y lo experimentado y todos los entrenamientos, la comba, la sombra,las horas de saco y de punching ball.





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