sábado, 5 de septiembre de 2015

Puede que seas tu.

La verdad es que no lo sé y tengo una natural y espantosa tendencia a equivocarme.
Puede que seas tu, puede que no pero hay algo que me despierta alertas y me hace pasar de Defcon cinco a Defcon uno solo con verte sonreír.
Me propuse comenzar a desechar estos arrebatos de eterno quinceañero pero como la estatura me acompaña y aún no peino canas, igual me permito el lujo de seguir enamorándome como tal y cediéndole la cabecera de mi mesa a tan arriesgada acttud.
Lo único y para mi desgracia es que cada vez soy más consciente de mis limitaciones y de mis constantes meteduras de pata y esa consciencia me hace ver que he perdido grandes oportunidades y he permitido que se echaran a perder grandes relaciones.
Nunca he sido un Don Juan (bueno...solo cuando me llaman las operadoras de las compañías telefónicas y para dirigirse a mi por mi nombre de pila) y reconozco que aún no termino de explicarme como han reparado en mi algunas mujeres tan especiales y hermosas que han formado parte de mi vida.
Igual es que no cocino mal o que tengo algo de gracia, o lo que sea pero sé que no he estado a la altura del 99% de ellas.
Ni voy a dedicar este texto a nadie ni voy a mencionar un solo nombre porque seguramente despierte lo contrario a lo que me gustaría y cierta personita salga corriendo al leerlo.
El tema que encabeza esta entrada hace referencia a la ilusión que les despierta alguien y de momento eso es lo único que hay en mi, ilusión. Esta ilusión es algo de agradecer porque ha llegado en un momento en el que las ilusiones se me estaban terminando y ya me veía auto engañándome con cualquier cosa o generando ilusiones ficticias porque como he escuchado mil veces "de donde no hay, no se puede sacar".
Resulta que aún me quedaba una ilusión sin caducar y estaba tan escondidita en lo más profundo de mis convulsas y atormentadas entrañas que cuando he dado con ella no me lo creía.
Estoy en proceso de comenzar a caminar con paso firme de una vez por todas y sé que puede que vuelva a tropezarme pero quiero recorrer este sendero y si es agarrado a tu mano, mejor que mejor.
Poco tengo que ofrecer, dudas constantes, traumas de todos los tamaños y de todos los colores, miedos e inseguridades a cascoporro y algo de cobardía espiritual pero también me conozco y sé que si considero haber encontrado a la persona adecuada me entregaré por completo y a todos los niveles.
Suelo ser perrito fiel y no renuncio al leit-motiv que ha condicionado mi vida hasta ahora que no es otro que la búsqueda incansable del amor verdadero.
Igual el amor verdadero es algo de ficción, como los unicornios,las matriculas de honor o los contratos perfectos pero me mola mucho el rollo Indiana Jones y a falta del arca perdida o el santo Grial yo me he obcecado en encontrar este antiguo objeto de leyenda.
Me compraré un sombrero y un látigo y me dejaré barbita de tres días.



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