miércoles, 26 de agosto de 2015

RENCOR

No pude liberarme de este sentimiento tan intenso hasta que me deleité con la visión de tus ojos glaucos y tu cuerpo inerte.
Es cierto, el rencor se adueñó de todo mi ser, de mi voluntad y de mi cerebro.
Quizá si me hubiese ejercitado más en el perdón y en olvidar tu infame conducta todo habría sido diferente pero no pude, traspasé gustoso la linea roja que tracé yo mismo hace ya muchos años y esperé mi momento con la sana y única intención de arrancarte la vida.
Tu me arrancaste la dignidad, la autoestima, la confianza en mi mismo, el valor, tantas cosas que al poner tu vida en el plato vacío de la balanza y sopesarlo, aún ganabas en la transacción.
Una vez más te salias con la tuya a mi costa pero esta vez pagaría gustoso lo necesario para cerrar el negocio de una vez por todas.
De todo lo que me arrebataste quizá lo que más me dolió ver como te llevabas fue mi corazón, porque además no lo querías para nada, únicamente me lo quitaste para que no lo tuviese yo y no pudiese disfrutar nunca de él ni cedérselo a nadie.
Te vi destrozarlo con tus afiladas garras y arrojar los pedacitos sanguinolentos a la basura y aquello terminó de darme las fuerzas necesarias para empuñar el cuchillo.
No te puedes quejar, te he apuñalado con un cuchillo precioso, hasta en eso sigues siendo afortunada y muy especial; para matarte no valía cualquier arma, no podrías morir bajo el filo de la hoja de un arma vulgar.
Por eso limpié con esmero tu sangre de la daga, no quería que emponzoñaras algo tan hermoso.
Hicimos el amor por última vez, bueno...que coño, follamos por última vez.
Te quedaste dormida mientras cometí la osadía de encender un cigarro, odiabas que fumase en la cama pero mira por donde, el tabaco mata aunque yo sabía que estabas exenta de morir de un cancer.
Cerré los ojos mientras apuraba el cigarrillo hasta el filtro, ya que si hago algo prefiero hacerlo bien y no dejarme nada en el tintero.
Tras apagar la colilla en mi propio muslo izquierdo soportando el dolor como pude y conteniendo un grito a duras penas, extraje la daga de su escondite debajo de la almohada.
Una vez que la liberé de la vaina de cuero, apreté con fuerza su empuñadura de marfil y con delicadeza retiré la sábana que cubría tu hermoso cuerpo desnudo.
Coloqué mi mano izquierda sobre tu boca, como hacias tu conmigo cuando me acercaba al orgasmo para que los vecinos no anotasen otro coito satisfactorio en el cómputo de la comunidad.
Al sentir mi mano en tu boca abriste los ojos un segundo, momento en el que clavé la daga en tu pecho buscando atravesarte el corazón y partírtelo en dos como habías hecho con el mio.
Ya no te ríes ¿no te parece gracioso?
Repetí la operación tantas veces que terminé extenuado, matar cansa.
La cama se llenó de sangre que manaba a borbotones de tus heridas, ansiosa por unirse al resto de fluidos que analizaría la policía para justificar su decisión de que aquello había sido un crimen pasional.
Ya no había pasión entre nosotros, solo actos mecánicos.
El último acto de pasión verdadera fue apuñalarte hasta la muerte pero no creo que ningún juez encontrara en ello atenuante ni eximente, al contrario, además no me apetece explicárselo.
Que me ejecuten, mi vida la convertiste en una mierda y estoy cansado de vivir.
 Joder...hace años que despareció la pena capital, asco de sociedad moderna.
Si tengo suerte me matarán en la cárcel al negarme a convertirme en el juguete de algún preso o encontraré la forma de ahorrarle dinero al estado tragándome mi propia lengua o algo así.
De lo que estoy seguro es de que no volveré a verte. Si me espera una eternidad en el infierno espero que ese infierno sea del rollo del descrito por Dante en la "Divina Comedia" , muy organizadito eso si, pero más poblado que un hotel en Benidorm en agosto.
Tú dedícate a aparecerte  a los futuros inquilinos de esta casa y dales la paliza a ellos, a mi déjame en paz de una puta vez.
Puede que cometan la insensatez de hacer un ritual de exorcismo pensando que eres el diablo pero lo que no sabrán nunca es que el diablo se separó de ti tras pocos meses de matrimonio, porque eras demasiado mala.
No sé que viste en mi, no soy tu tipo ni de lejos. Lo último que viste si lo sé: mi sonrisa al apuñalarte y mis pupilas azules ¿qué es poesía? preguntaste clavando tu pupila en mi pupila azul,. y ¿qué es poesía? me preguntas, poesía es verte morir.

2 comentarios:

S. Holmes. dijo...

¿Es verdad lo que afirmas en el facebook de que esto no tiene nada que ver con tu vida ni con tu estado de ánimo?
Me parece a mi que aquí hablas metafóricamente de tu divorcio.
¿No, querido Watson?

lacantudo dijo...

Aunque hayas querido firmar como aquel famoso detective de ficción, no le llegas ni a la suela de los zapatos con tus deducciones.
No le dedico a mi divorcio ni una linea y mucho menos iba a escribir algo así pensando en mi exmujer.
No la deseo ningún mal ni la dedico ningún pensamiento, ni negativo ni positivo.
La vida pasa y pesa, pero sigue y en ello estoy, esto no es más que literatura pura y dura.