sábado, 25 de julio de 2015

Siempre la distancia

"Extraña distancia, que no logro reducir"
Imagino que se trata de una distancia de seguridad para evitar la segura colisión que podría terminar con víctimas mortales.
"Tan lejos, tan cerca, dos labios que no se llegan a unir".
Llevo años soportando las coñitas cariñosas de mis amigos sobre mi fijación con este artista pero Macaco es mucho más que un cantante cojonudo, es pura filosofía, es el rapsoda de mi vida.
"Sentir a kilómetros que te quería a centímetros de mi, pero no logro llegar a ti"
Parece ser que efectivamente va a haber una continuación de aquellas "Canciones para una noche en vela" con el piano de mi amigo Oscar Lobete y me va a ser muy difícil no escribir sobre las letras de este muchacho que suena en mi cabeza durante el 90% de mis noches en vela.
Lo bonito de este espectáculo es la sinceridad con la que abordamos todos los temas seleccionados y creo que eso es lo que más atrajo al público en aquellas funciones de hace ya mas de dos años.
Oscar con su piano y yo con mis textos quisimos trasladar al público lo que realmente significan determinadas canciones para nosotros.
Hace ya tiempo que cogí la costumbre de acompañar las entradas de este blog con temas musicales que de alguna manera me removían las entrañas y se convertían en la música de fondo de mi día a día.
Lo que viene siendo el videoclip más real, que nunca llegará a rodarse.
Que nadie se confunda, no me dedico a escuchar una y otra vez cada canción para ver que me inspira, eso es absolutamente innecesario ya que cada día mi estado anímico es el DJ que pincha en el equipo de música de mi casa y a veces se marca unas sesiones realmente sorprendentes.
Estoy contento, ayer cumplí un añito más y veo que me he convertido en un tipo de 41 años que se pasa el día a la gresca con su Peter Pan interior para ver quien controla realmente su vida.
Generalmente gana él, pero en días como hoy consigo imponerme y mandarle a darse una vuelta por Nunca Jamás a ver si se liga un hadita o una sirena, puesto que Campanilla ha encontrado a un niño perdido que la necesita mucho más que Peter.
Por eso en estos días donde tomo plena conciencia de la realidad de los acontecimientos puedo sonar algo más triste pero para nada, es solo que al librarme durante un rato de esa inmadurez y esa despreocupación, caigo en que echo de menos alguna cosas y busco la manera de recuperarlas.
Soy un tipo muy afortunado rodeado de gente maravillosa que me hace sentir alguien especial y eso me llena el alma de satisfacción, de responsabilidad y de orgullo.
Puede que jamás vuelva a besar los labios que me descubrieron el verdadero sentido de la vida pero sé que llegarán otros que me van a descubrir muchas cosas interesantes y los espero con ilusión y sin prisa ninguna.
Las prisas son malas consejeras, lo sé por experiencia.
 


 

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