domingo, 5 de julio de 2015

Cuando se alinéan los astros

Todo se llena de luz y de magia.
Ayer debió de haber algún tipo  de conjunción interplanetaria o lo que sea y los astros decidieron alinearse con mi buena estrella.
Celebré una fiesta en mi casa, una fiesta muy simbólica puesto que es la primera que me he decidido a organizar desde que entré en esos tiempos oscuros que ya estoy dejando atrás y además fue la primera en este piso donde me vine a vivir hace ya un año.
Lo realmente duro y difícil fue realizar una criba en la lista de invitados pues gracias a Dios tengo muchos amigos pero dadas las dimensiones del piso me vi obligado a entrar en esta dinámica tan de moda de los recortes.
Me dolió mucho no poder tener aquí a personas muy importantes para mi, algunas por la dichosa distancia y otras por compromisos previos o asuntos laborales pero en un piso de menos de 70 m2 nos juntamos más de 20 personas y un gato.
Todas las personas que acudieron a la llamada son han sido y serán parte de mi vida, de mi corazón y de mi felicidad.
Hubo hermanas, cuñados, primas, amigos, amigas incluso hadas y bailarinas.
Uno de los detalles más bonitos fue el que tuvieron mis queridos amigos Ruben y Judit, de Da Silva Gastronomía, que no podía asistir pero se acercaron a traerme una deliciosa tarta sorpresa personalizada que hizo las delicias de todos.
Menudo lujo.
Aquellos que por un motivo u otro no estuvisteis físicamente os aseguro que en espíritu estuvisteis muy presentes pues ayer recuperé muchas cosas de mi vida y todas las pienso compartir con vosotros.
Quiero a la gente que quiero y no me cansaré de repetirlo pues me siento un tipo realmente afortunado por muchas cosas y sobre todo por la amistad de personas tan increíbles como las que forman mi círculo más íntimo.
Para completar el día, uno de los amigos que vinieron anoche fue además portador de excelentes noticias que atañen a mi vida profesional.
Anoche se respiraba cariño en el ambiente y recibí tantos abrazos y besos que me sentí el hombre más rico del planeta.
Controlé mi labilidad todo lo que pude pero me fue imposible al escuchar a mi hermana Elena, que se marcó uno de sus espichings cuando partimos la tarta.
La jodía es muy graciosa y en Youtube podéis ver alguno de sus monólogos pero además sabe tocarte el corazón con cinco palabras, como el famoso golpe secreto de Kill Bill.
La noche terminó algo desenfocada pero más que por exceso de alcohol por un consumo elevado e incontrolado de cariño.
Me acostaron los labios más dulces y el de esta noche ha sido un sueño realmente plácido y un merecidísimo descanso emocional
Solo puedo agradecer a la vida que pueda disfrutar de momentos como el de ayer y de personas tan maravillosas.
Os dejo, que se me ha metido algo en el ojo..

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