domingo, 5 de abril de 2015

Somos lo que hemos mamado

Sé que esta frase fuera de contexto puede dar lugar a infinidad de chascarrillos, pero creo que es una gran verdad, aunque luego nos completamos tomando de aquí y de allá por iniciativa propia.
Me he dado cuenta de que hace ya tiempo adopté la costumbre de acompañar muchas entradas de este blog con videos musicales más o menos relacionados con el tema que trataba.
Logicamente tiraba de la música que escucho en casa, esté escribiendo o no.
Algunos temas tienen además un plus personal para mi, ya que son de grupos a los que me siento muy unido por motivos personales además de por su música, como es el caso de Cosmic Birds, XXL y algunos más cuyos componentes he tenido la suerte de conocer en persona.
Obviamente no es el caso de Black Crowes, pero me los descubrió hace ya muchos años un buen amigo murciano, guitarrista que tras haber pasado por diversas formaciones y estilos de lo más variados, haber estudiado arquitectura y vivido en diferentes ciudades del mundo, se ha convertido en Lutier y costruye sus propias guitarras.
El bueno de Cesar siempre vivió la música de una forma muy personal y eso le dio un estilo tan particular en todo, que se hizo querer desde el principio.
Además de su amistad, le agradezco mucho el haberme presentado a su hermano y a la que ahora es su cuñada, con quienes viví algunos de los mejores momentos de mi vida...y los que nos quedan.
Digamos que no tengo un estilo musical preferido o que soy muy ecléctico, como dicen aquellos que bucean en todas las aguas.
Siempre me gustó Sinatra, y cuando escuché uno de sus temas versionado por "Los pichas rondilleros", supe que sería la canción de mi vida.
Macaco fue mi seña de identidad durante mucho tiempo y de hecho hay amigos que aún me lo echan en cara.
"El Bicho" también me caló muy profundo y de la mano de mi amigo Rafulas, descubrí a los grandes del Hip-Hop nacional.
Por formación y herencia familiar soy un apasionado de la música clásica o "música culta" como me enseñaron a decir en la carrera que estudié, que no fue otra que "Educación musical" visto que el "Derecho" y yo no terminábamos de entendernos.
He tenido la suerte de crecer en una casa donde abundaban los libros y los discos y mis progenitores tenían un gusto exquisito tanto en una cosa como en la otra, por lo que entre lo mamado en casa y lo ofrecido por los amigos, me ha resultado muy difícil definirme musicalmente.
Lo bueno de todo esto es que disfruto lo mismo en un concierto de flamenco, de tangos, de Hip-Hop, de Rock o de Funki, aunque ya lo de bailar es otra historia.
Siempre puse como excusa aquella novela de Norman Mailer: "Los tipos duros no bailan" para tratar de enmascarar de forma creíble mi ausencia de gracilidad y armonía bailando.
No pasa nada, ritmo tengo, llevo años aporreando diversos instrumentos y como dice aquel "toco muchas cosas, ninguna bien, pero toco"
Vuelvo a citar a los amigos y como me dijo uno de ellos hablando de teatro: "en escena, lo que no suma, resta".  
Creo que en la música todo suma siempre y el escuchar de todo aumenta la sensibilidad y si pones banda sonora a tu vida, la peli resulta mucho más interesante.
Cuando literatura y música se dan la mano uno puede disfrutar de cosas tan chulas como Annabel Lee de E. A. Poe, por Radio futura.

2 comentarios:

Blanca dijo...

No me fio de la gente a la que no le gusta ni leer ni escuchar música.
Al menos aquí puedo hacer ambas cosas.

lacantudo dijo...

Yo a eso siempre le he sumado que no me fiaba de los que en una pelea se quedan callados mirando fijamente y un pasito atrás, pero bueno, la vida te enseña.
Celebro que aquí puedas hacer ambas cosas, para eso está este blog que nació con la idea de que se leyera lo que tenía que escribir y luego empecé a acompañar los textos con música o ilustraciones y fotos.