martes, 17 de marzo de 2015

Interiorizando las letras

De canciones como esta, donde hablan de que habrá un lugar para vivir como en un cuento de hadas, pero seguro que es muy caro y no se puede pagar.
Uno va construyendo su vida a base de sueños y deseos, deseos y sueños y de repente un día giras una esquina y te das de morros contra una frustración del tamaño de un pivot de la NBA.
No pasa nada, te levantas del suelo y vuelves a perseguir tu cuento de hadas.
Es cierto que también siempre habrá un diván, ya lo dice la canción. Mi diván funciona con tecnología bloger y lo encuentro allí donde pueda sentarme ante un ordenador para vomitar todo lo que me pasa por dentro, cuidando únicamente la forma, porque el fondo ya no dependerá de mi, si no de mis circunstancias.
Uno se esmera en escribir de la mejor forma posible y de que a la hora de trasladar las vivencias, los anhelos y las derrotas cotidianas, al menos resulten interesantes para aquellos que las leen y puedan identificarse con alguna de esas sensaciones.
Desde luego a todo escritor le puede su estado de ánimo y hay días en los que te resulta muy difícil escribir un cuentecito con final feliz.
Supongo que la profesionalidad y la calidad de un autor radica en que ha aprendido a abstraerse de si mismo y de sus emociones a la hora de escribir lo que sea.
Estoy aprendiendo, no pienso engañarme a mi mismo y me tomo muy en serio cada una de las entradas de este blog, tan personal y tan público al mismo tiempo.
Desde luego trataré de darle la mejor de las formas a mis elucubraciones y seguramente haya días en que lo que me rezuma cerebral y emocionalmente adopte forma de relato fantástico y días en los que se le pueda poner rostro y ojos a la fantasía porque será facilmente identificable.
Una vez me dijeron que lo que más atrae de mi forma de escribir es el  tocar tantos "lugares comunes" para muchos lectores y lejos de pensar en que podría ser una forma educada de decirme que soy poco original, preferí pensar en que me estaban diciendo que soy muy humano y que mis vivencias y aspiraciones son universales.
Es cierto que tomé prestado el universo de  Peter Pan para enmascarar muchas cosas, pero otros a diario salen a la caza de la gran ballena blanca o embarcan en una nave espacial para viajar de la tierra a la luna.
Creo que la mayoría de los escritores de cualquier género profundizan en temáticas y experiencias que todos podemos identificar como propias y aunque cambien los nombres propios y los paisajes, lo que les dota de una mayor transcendencia no es más que el saber contar las historias.
Ahora que me he liado la manta a la cabeza con el mundo novela me paso el día preguntándome si realmente sabré contar aquello que pide el cuerpo, pero creo que aparte de una historia interesante, una trama consistente y unos personajes creíbles, lo más importante es la perseverancia y el trabajo duro, la auto exigencia y las continuas revisiones y correcciones.
Nadie vende duros a cuatro pesetas y desde luego nadie dijo nunca que esto vaya a ser fácil.
Imagino que escribir una novela digna es como tratar de vivir una vida digna, hay que poner toda la carne en el asador y ser sincero con los demás y con uno mismo.
Huy...creo que igual esta entrada era la terapia que necesitaba hoy, ya me siento mejor y más tranquilo.
Perdonen ustedes la turra, prometo que la próxima será algo cuando menos divertido, que parece que de repente me ha dado por madurar y prometo que sigo conservando mis calzas y mi gorrito.
Uno puede tratar de pulirse pero nunca matará su idiosincrasia. 


2 comentarios:

Señorita Rock'N Roll dijo...

Es importante recordar que el trabajo de un escritor es un oficio como cualquier otro. No basta con ser creativo o tener un don, hay que trabajar, pulir, reescribir y sudar cada palabra.

A todo esto (y sin ánimo de hacerme publicidad), me has recordado una entrada que escribí hace ya cuatro años (cómo pasa el tiempo).

http://tinta--invisible.blogspot.com.es/2011/03/tinta-invisible.html

lacantudo dijo...

Muy buenas Señorita,
nunca he dudado que escribir una novela me fuera a suponer esfuerzo, de hecho puede que sea por eso por lo que he tardado tanto en decidirme a escribirla y mira tu por donde, ahora que terminé la primera estoy más enganchado que un adicto al basuco y compagino las revisiones y modificaciones de la versión original con una nueva aventura literaria, esta vez ambientada en otro país y en otra época por lo que además de lo puramente creativo, implica muchísimo trabajo de documentación.
Adoro esto.
Por cierto, echa un ojo al correo de contacto de tu blog, te he enviado varios mails a esa dirección y me ha extrañado mucho no recibir respuesta alguna.