sábado, 31 de enero de 2015

Estela o lo bueno de un momento inesperado.

Pues bueno, una verdadera lucha hasta que he podido añadir este vídeo a la entrada, pero si he sido muy cabezota para seguir aquí incordiando no voy a serlo menos para dotar a esta entrada de la canción adecuada.
Estela, que bonito nombre y cuanto significa para mi. Estela se llama la artista que dibuja todos y cada uno de mis sentimientos y de mis paranoias traducidas en textos y Estela se llama también la muchacha más bonita que sirve copas en el local más amable de esta ciudad.
En cualquier caso tenía que escribir esta entrada porque encontrarme sin buscarlo con una Estela es como dar con el santo Grial sin haber siquiera tirado de brújula ni plano místico.
Se que parecerá una gran chorrada, pero conocer a una muchacha tan hermosa y que además sea capaz de buscar la explicación de  porqué la cebolla te hace llorar aunque no te sientas triste, no deja de ser algo cuando menos significativo.
Me paso el día preguntándome cosas e igual el problema está ahí, en que no debería preguntármelas a mi mismo, si no preguntar a la persona adecuada.
¿A quien coño le puedo preguntar quien es la persona adecuada? No se, supongo que esa es otra de las paradojas que conforman todo esto.
Da igual, de repente apareces en un bar donde has ido toda tu vida y por circunstancias ajenas a tu voluntad llevas una gran temporada sin ir y una muchacha preciosa te da un abrazo muy intenso contenta realmente por verte allí. 
Eso debería ser una de las principales razones para levantarte sonriendo al día siguiente aunque hoy por hoy, es tan solo uno de esos acertijos místicos que rodean la verdad de todo lo que me acontece.
No puedo enfrentarme a más adivinanzas.
¿Por qué sigo aquí? ¿Por qué no me fui al carajo en su momento?¿ Por qué recibo tanto cariño?
No se las respuestas...pero empiezo a atar cabos y la verdad es que me gusta lo que comienzo a intuir: la vida me reserva más momentos como este y pienso disfrutarlos a tope.
No nos hagamos pajas mentales, solo quiero disfrutar de una sonrisa y de abrazos como los de hoy y no se me ocurre tan siquiera aspirar a nada más, ni falta que hace.
Esta chiquilla es un encanto y no quiero desvirtuar su absoluto buen rollo con el más mínimo deseo de adquirir lo que no me corresponde. Agradezco su cercanía y acepto su cariño de mil amores.
Digamos que estoy recibiendo cantidades industriales de cariño y no va a haber saturación alguna, todo lo contrario, casi que el día que no me quepa más, comenzaré a salir a la calle con un tupper para por si acaso, porque es tan bonito que te miren con esos ojos y que te sonrían así, que prefiero sajarme los brazos y liberar sangrando lo que haga falta para rellenarme de nuevo las venas con lo que tenga que venir.
Soy un tío tan afortunado por recibir tanto que estoy deseando dar.
Daré todo lo que soy y daré todo lo que tengo en cuanto vea la ocasión, ya que no creo que esto esté sucediendo porque si, porque haya tenido mala fortuna en su momento o porque sea alguien especial, si no porque de repente un día la gente realmente especial se alía y forma en un escuadrón preparado para amar sin condición y eso es cojonudo.
No se a quien darle las gracias, bueno, soy cristiano (aunque sé que eso no se lleva) pero igual no van las cosas por ahí, simplemente soy uno más del entorno y la gente de mi círculo se alegra por no haber perdido a uno de los suyos.
Da igual, el amor genera amor y tanto afecto me conmueve hasta más no poder.
Si tuviera un poquito más de fuerza y de embergadura querría abrazar a todos los mios a la vez.
Poquito a poco, tengo abrazos para todos.
Hoy me han hecho vivir un momento muy especial en una compañía muy especial (que placer reencontarte Belén) y creo que eso solo puede ser un premio y no se cuando cojones lo he ganado pero es mio y solo me queda saludar desde el puto podio mientras las azafatas me empapan con botellas de champagne o de lo que sea, que me da igual, me siento ganador.
No sabes hasta que punto me has hecho feliz hoy.




No hay comentarios: