domingo, 7 de diciembre de 2014

El discurso


Este relato fue con el que gané el primer premio del certamen de relatos de Arroyo de la encomienda (VA) 2014.
En las bases del concurso indicaban la temática de los relatos y me resultó curioso lo de "las mujeres que leen son peligrosas".
Por circunstancias ajenas a mi voluntad no pude acudir a recojer el premio, fallado en abril.
Aquí os lo dejo a ver que os parece.




El discurso

“Supongo que cuando abrí mi primer libro, no sabía aún...

Marta levanto los ojos de la pantalla en blanco y mecánicamente encendió un cigarrillo.
Apenas unas horas para la conferencia y aún no había escrito su discurso.
Se sentía algo abrumada, a raíz de aquel premio inesperado recibió cientos de llamadas para acudir a todo tipo de eventos, programas de televisión, emisoras de radio, universidades, clubes de lectura y en definitiva, a aquellas citas ineludibles que vienen asociadas a la efímera fama de una escritora novel, galardonada con uno de los premios más prestigiosos del panorama literario internacional.
Sin embargo, aunque manejaba estos fastos con cierta soltura, se encontraba absolutamente bloqueada con este último discurso.
A medía mañana debería presentarse en un centro de reinserción de menores, donde una antigua compañera de facultad, trabajaba como animadora sociocultural.
Su amiga le suplicó que hablara con los chavales del centro y tratara de inculcarles algo de amor por la lectura, aprovechando el impresionante tirón mediático del momento.
Adolescentes con problemas, algunos con historias a sus espaldas que harían estremecerse de pavor  al mismísimo Charles Mason. Droga, violencia, desencanto existencial…y ella iba a hablarles de lo hermoso que es leer.
Cómo explicar que sencillamente, Marta encontró la vida en un libro.
Leer, la mantenía distraída de los gritos y los golpes, de las borracheras de su padre y de las continuas llantinas de su madre.
La lectura la transportó a otro mundo lejos del suyo y devorando un libro tras otro, soportó el entierro de su madre, la prisión de su padre, el piso tutelado, las burlas de los otros chicos.
O cortarse las venas, o escaparse de la realidad.
Así es como Marta se aficionó a leer, y después a escribir, para dejar de ser Marta y poder vivir otras vidas.
Apagó el cigarrillo y comenzó a escribir de nuevo:

“ Nací a los siete años, el día que descubrí que en los libros, puedes vivir una vida normal. Las mujeres que leen son peligrosas, pero no tanto como aquellas que jamás han leído y creen que la vida, es tan solo aquello que nos toca en suerte”



 


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