lunes, 6 de octubre de 2014

Vivir para contarla

Así tituló García Márquez al compendio de sus relatos autobiográficos, abriéndonos su universo particular y de paso quedándose con el nombre más chulo que se le puede poner a una autobiografía.
Lo cierto es que leer biografías de personajes ilustres es como invadir su intimidad de alguna forma, aunque también sirve para sentirlos más humanos  y de alguna manera incorporarlos al entorno más cercano, aunque nunca hayamos tomado un café juntos.
Una de las autobiografías que siempre me ha apasionado es la del genial poeta Antonio Machado, en verso y bajo el título de "Retrato", Machado la incluyó en su "Campos de Castilla", regalándonos algunas de las frases autobiográficas más sinceras y descarnadas y consiguiendo un respeto y un cariño aún mayor entre sus admiradores.
Si yo hubiese escrito una autobiografía y la hubiera titulado "Retrato", seguro que me hubiera salido un retrato como el de Dorian Gray que escribió el irlandés Oscar Wilde, y mi biografía hubiera ido envejeciendo mientras yo me obcecaba en seguir siendo el eterno adolescente, hasta que el ordenador hubiera cascado con los años y entonces al perderse mi biografía, me hubiesen devorado los años en el acto.
Ya puestos a citar a autores, otro de los títulos que no me importaría plagiar para una autobiografía sería el de Jorge Semprún "La escritura o la vida", ya que solo en el título uno puede darse cuenta de lo terriblemente importante que es para el autor la expresión mediante la literatura.
Creo que para mi, el hecho de sentarme cada día a escribir se ha convertido más que en una rutina en una especie de suerte o de bendición, ya que ante un folio (o en mi caso una pantalla) en blanco, no hay distinciones de ningún tipo, todos somos igual de libres para escribir aquello que necesitemos o queramos escribir.
Cierto es que la autobiografía ha de ser el género literario más honesto y menos imaginativo, porque si dependiese de mi imaginación o de mis deseos, y no tuviera que ceñirse a la verdad, escribiría sin dudarlo que un día te diste cuenta de que me amabas con locura y tras casarte conmigo, me diste una vida de felicidad plena y envejeciste a mi lado hasta que llegó el ocaso que por fuerza ha de llegar.
También omitiría escribir sobre mis fracasos, mis errores o los momentos más tristes de mi vida, reconvirtiendo el desastre en una abrumadora victoria y la definitiva ausencia de mis seres queridos en una escapadita de fin de semana.
Pero entonces ya no solo estaría engañando a los posibles lectores de mis memorias, también me engañaría a mi mismo, ya que lo que dota de identidad a una vida no son solo los aciertos, también y en gran medida los fallos.
Quizás el libro biográfico que más me gusta es el "Maus" de Art Spiegelman, quien en forma de comic o novela gráfica (como más os guste) escribió sobre las vivencias de su padre, un judío superviviente de los campos de exterminio.
Es impresionante como te puede llegar a lo más hondo una historia como esa, en la que los personajes son ratones o gatos, dependiendo a quien represente, alemanes o judíos.
De todas formas no me voy a sentar a escribir mi vida aún, ya que por fortuna he vuelto a poner el contador a cero y aunque este verano he cumplido los cuarenta (si...son los nuevos veinte o eso dicen) creo que si tengo relativo cuidado aún daré mucha guerra todavía, en el buen sentido claro, que soy muy poco beligerante.
Además mi vida esta siendo salvo en algunos momentos puntuales, de lo más normalita y aunque he tenido la gran suerte de conocer a personas increíbles y enamorarme de alguna de ellas, por lo demás nunca he participado en ninguna expedición como Amundsen o Scot, no he inventado el submarino ni he desarrollado ninguna vacuna, soy más de cositas cotidianas y carentes de proyección histórica ni repercusión mediática.
No cambiaría ningún premio Nobel por uno solo de tus besos, eso seguro, ni renunciaría a una noche contigo a cambio de poner mi nombre en un trozo de tierra, un rio o un asteroide.

Este es mi particular homenaje a algunos de mis escritores favoritos.
A la vida.
Y a tu belleza.

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