martes, 26 de febrero de 2013

Consejos de Laertes a Polonio.

Ahora me toca a mi.
Por eso le doy la vuelta al libreto de Hamlet y me permito el lujo de que Laertes sea el que aconseje a su padre. Por que los de Polonio, intemporales y acertados, me los has citado muchas veces, con la mejor de las intenciones (no lo dudo) desde que era pequeño.
Será por eso que me acerqué a Shakespeare y terminé por engancharme a ese británico soñador, putero y camorrista.
Pero a lo que voy.
Polonio, dijo así:

Llévate mi bendición 
y graba en tu memoria estos principios: 
no le prestes lengua al pensamiento, 
ni lo pongas por obra si es impropio. 
Sé sociable, pero no con todos. 
Al amigo que te pruebe su amistad 
sujétalo al alma con aros de acero, 
pero no embotes tu mano agasajando 
al primer conocido que te llegue. 
Guárdate de riñas, pero, si peleas, 
haz que tu adversario se guarde de ti. 
A todos presta oídos; tu voz, a pocos. 
Escucha el juicio de todos, y guárdate el tuyo. 
Viste cuan fino permita tu bolsa, 
mas no estrafalario; elegante, no chillón, 
pues el traje suele revelar al hombre, 
y los franceses de rango y calidad 
son de suma distinción a este respecto. 
Ni tomes ni des prestado, pues dando 
se suele perder préstamo y amigo, 
y tomando se vicia la buena economía. 
Y, sobre todo, sé fiel a ti mismo, 
pues de ello se sigue, como el día a la noche, 
que no podrás ser falso con nadie. 
Adiós. Mi bendición madure esto en ti.



Laertes le diría a su padre:

mi bendición la tienes desde el día mismo en que decidiste hacerme un hueco entre tus preocupaciones.
Desde que decidiste compartir tu oxigeno conmigo.
Así que graba ahora en tu memoria esto que te digo, y grábalo bien, ya que sueles afirmar que la memoria es doblemente traicionera, no solo por lo que olvida, también por lo que inventa.
No le prestes lengua al pensamiento, si acaso escríbelo. Como me inculcaste desde pequeño, lo escrito perdura, las palabras se diluyen entre tanto y tanto ruido.
Se sociable con todos ¡que coño! es el momento para tardes de buena conversación y campeonatos de mus.
Al amigo que haya probado tu amistad, no tendrás que sujetarlo, estará siempre ahí a no ser que se le crucen unas faldas, entonces mételo en un saco con una víbora y un gallo y tírale al fondo del Tigris (Ammurabi dixit).
No agasajes, ahora toca que te devuelvan todo lo que has dado, así que déjate cuidar.
Ni riñas ni pelees, que hablando se entiende la gente y los abogados también tiene que asegurarse una buena jubilación.
Si hay que reñir, ya reñiré yo por ti, si hay que pelear, yo me ocupo o contratamos a alguien, el dinero está para gastarlo.
Enemigos es imposible que tengas, si acaso, diferencias de opinión.
Presta tu oído y tu voz, las dos cosas, que en ocasiones uno necesita aparte de que lo escuchen, escuchar un "Lo estás haciendo bien".
Ponte cómodo, aún en chandal serás siempre un señor y eso se te nota.
Ignora a los franceses, la gente que no le echa patatas a la tortilla, no merece demasiada confianza.
Ignora también la economía  pues por muy bien que te lo montes, ya vendrá alguien a joderlo, así que disfruta de lo merecido durante tantos años y gasta en exprimir al máximo todos los que te quedan.
Doy por sentado que serás fiel a ti mismo, pues no conozco a nadie más recto en su palabra ni más escrupuloso con sus valores. Cosa que no deja de enorgullecerme.
Mi bendición, como la de Polonio, madurará todo esto en ti.La semana que viene lo discutimos, te permitiré incluso que me apuntilles lo que quieras.
Fuerza y honor.



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