viernes, 24 de agosto de 2012

Cuando uno se rinde

deja tantas cosas por hacer que al final no sale a cuenta rendirse.
Quizás sea más sencillo abandonarse al gris oscuro o al negro, pero ambos son colores que no terminan de convencerme, no se porqué.
Verás,
que la vida resulta siempre más hermosa cuando te decides a cortejarla.
Es como la mujer que siempre te lo ponia dificil hasta que una noche por arte de birli-birloque, terminaste en su cama fumandote un pitillo con una sonrisa de oreja a oreja.
Entonces, al levantarte con el sol y descubrir que sigue ahí, con una camiseta tuya, plácida y preciosa, comienzas a enumerar todo lo bueno que te aguarda.
Como por ejemplo hacer café y zumo de naranja tratando de no despertarla hasta que esté la mesa lista.
Llenar el depósito de la Vespa para que no termine nunca el viaje en el que ella se agarra fuerte en las curvas y extiende los brazos en las rectas, desafiante y plena.
Una cervecita rodeado de los tuyos y buscando su mirada.
Llegar a casa cansados pero dispuestos a cansarnos mucho más.
No atinar con la pélicula adecuada, aún a sabiendas de que cualquiera será perfecta para tumbarte a su lado en el sofá y observar con disimulo como se va quedando frita poquito a poco, porque aunque sabes que nunca termina de ver una peli, sigue siendo el mejor de los planes.
Escribir mientras ella duerme.
Hay que ver...lo que le gusta dormir.
Superar todos los problemas, esquivar las zancadillas, hacerle cortes de manga a la tristeza, tirar piedras a los charcos.
Soñar.
Siempre soñar con la dichosa primitiva que nos cambiara la vida, aunque muchos días la miro y desearía que nada cambiase.
Zambullirte de un salto en lo mejor de todo lo que está por venir y barrer lo negativo y esconderlo debajo de la alfombra, junto con la crisis, la prima de riesgo y la madre que las parió.
Obviar lo que es obvio.
Sentir lo que es necesario.
Aguantar lo que haga falta.
Colocarte el arnes y tirar, tirar con fuerza, arrastrar por la nieve el trineo cargado de lo que no conseguiran quitarnos.
¡¡No jodas...vamos!!
Que podemos con todo.
Es cierto que hay días en los que hubiera sido mejor colgarse de los pies y mirar las cosas pasar boca abajo, pero también estan todos los otros.
Esos en los que no hace falta ninguna excusa para sonreir.
Esos son los que más me gustan.
Y al resto, que les den.
Estamos aquí y estamos vivos y aún tenemos fuerzas.
No permitas que te gane la tristeza, sácala del ring a ostias, a mordiscos, a besos en el cuello.
No permitas que se detenga el tiempo justo en ese minuto en el que maldices la perra suerte que te vació el alma y te dejo en pelotas.
La suerte, eres tu.
La suerte es eso que nos permite robarle un café a tu trabajo y contarnos como nos está yendo el día.
Y querernos, aunque no nos resulte demasiado facil.



5 comentarios:

karmary dijo...

Sin palabras me dejas.
Ahhhhh amor que llegó a tu puerta.

lacantudo dijo...

Javi amigo,
más que el amor, la esperanza.
Sin esperanza somos una mierda que arrastra el viento.
De vez en cuando hay que aferrarse a lo que nos importa y resistir.
Que te voy a contar.
Espero que le estés ganando la partida a lo tuyo.

Anónimo dijo...

Muy fino.. Si señor.....
Finisimo
Manolo Volkscooter

lacantudo dijo...

Coño Manolo...que alegría verte por aquí.
Se agradece, veo que no este texto nos lo podemos aplicar todos.
Y es que en el fondo nuestras vidas son iguales en mayor o menor medida.
Espero verte en Vesperdidos 2012.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Si, si, si señor!! Recorrer la felicidad como un camino kilométrico en un breve instante... Sea como sea el instante, ese momento preciso en el que brota a borbotones y parece un hecho insignificante pero te hace sentir dichoso...me encanto...simplemente me encanto...