jueves, 2 de febrero de 2012

La insoportable levedad de mi ser

Lo siento Kundera, te lo he fusilado.
Hoy me he propuesto escribir un texto que no incluya las palabras "corazón", "alma"," frio", y "lágrimas".
Pero con este jodido frío que te paraliza el corazón, te hiela el alma y se te caen las lágrimas, lo voy a tener francamente difícil.
Mierda...creo que ya la he cagado.
Llevo una temporadita escribiendo tan desde adentro que parezco la "Dama de las Camelias".
Y eso no puede ser, carajo, que la gente empieza a darme palmaditas en la espalda cuando se cruza conmigo por la calle.
Que digo yo que me podían dar mejor 20 euros, que tengo escoliosis desde que voy al gimnasio y me matan las dichosas muestras de solidaridad. Además me viene mejor la pasta.
Lo cierto es que esto de la literatura es como las drogas: te potencia lo que llevas dentro y lo saca así, a lo bruto.
Y dentro llevo un poco de todo, tengo un mundo interior tan variado que parece un "todo a cien". "Todo a un euro" sería más correcto, que los chavales de ahora me miran raro cuando digo "todo a cien".
El otro día me tomé unas cañas con una amiga, que ha vuelto a la universidad y, con sus compañeras de clase.
Al despedirse de mi, una adorable jovencita de 19 primaveras me dijo: "Adiós señor".
Aún no me he recuperado del disgusto.
Pensé que medir 168 centímetros y tener "síndrome de Peter Pan" me mantendría alejado de estas cosas, pero ya veo que los ojos me traicionan.
Y el "men expert" de Loreal es una tomadura de pelo.
Me estoy yendo por las ramas.
Que estoy bien, que no hay que preocuparse, que solamente es una etapa, como la "etapa negra" de Goya, la "gris" de nosequien y la "rosa" de Pedro Zerolo (ups...la de Zerolo no es una etapa).
La vida no me sonríe, pero si que lo hacen mi vecina, la madre de un amigo, la taquillera del teatro y el señor del estanco.
Todo marcha según lo previsto.
Y dicho esto y tras haber tranquilizado a aquellos lectores que pensaban que me iban a encontrar en las páginas de sucesos de "El Norte de Castilla", os guiño un ojo, os abandono y me despido.
Mañana volveré a tratar de explicarme porque cuando Campanilla me mira, me bailan las entrañas, pero eso será mañana.
Hoy la dejo descansar, que se lo ha ganado a pulso.

2 comentarios:

Rebeca dijo...

A ver si "me cruzo" prontito contigo. Pero no para darte unas palmaditas en la espalda, sino para tomarnos unos vinitos y unos pinchos, que dicen que ayudan a olvidarse del frío y templan el cuerpo y el alma ; )

lacantudo dijo...

Ya sabes Rebe, dame un silbidito.