viernes, 27 de mayo de 2011

Javier Pascual Bailón



Hola Javier,
ayer me enteré de forma casual de tu muerte.
La vida en ocasiones, es una puta mierda, ya que abandona a aquellos que han sido rectos y honorables y permite a las alimañas seguir campando a sus anchas.
Fuiste mi profesor hace ya unos cuantos años, pero también y durante mucho más tiempo, has sido mi amigo.
Amigo desde el respeto y la distancia, no el típico colegueo del profe modernete al que se le llena la boca de tonterías "chachi-guays-como molo".
Fuiste un hombre sabio con el que poder hablar de literatura, de música, de filosofía...
La última vez que te vi, hace tan solo unos meses nos tomamos un par de vinos recordando viejos tiempos, tiempos en los que yo era un joven díscolo con desmesurada tendencia a repetir cursos y tu un paciente maestro que se obcecó en ayudarme e inculcar en mi dispersa conducta la tan necesaria fuerza de voluntad.
Siempre me apoyaste y cuando muchos quisieron verme caer, allí estuviste tu para sujetarme con tu aliento.
Gracias a tu persevereancia llegué a la universidad y gracias a tu perseverancia controlé la necesidad interior de emborronar cuartillas y comencé a ordenar aquello que quería decir.
Tantas charlas tomando café, en el bar de la esquina.
Gallego peleón, enamorado de su cultura y de su tierra, yo te grababa cintas de música celta y tú me hablabas de Castelao y de Rosalia.
Las cosas no salen nunca como nos gustaría que saliesen.
Al final de tus días perdiste a la mujer que amaste tanto tiempo y tu rostro, espejo de un alma enorme y generosa, transmitía el pesar de la ausencia de paz.
Las tertulias improvisadas dieron paso a lacónicos silencios delante de un vaso y aunque tratabas de disimular, se podía oler tu pena.
Al final un certero aneurisma disparado a tus arterias desde el arco firme de la desesperanza terminó para siempre con el dolor.
Me han contado que partiste en silencio, solo, en tu casa. Que te encontraron en el suelo, las gafas caídas a un lado.
Me hubiera gustado estar allí, para cogerte la mano mientras facturabas tus pecados y pasabas por el detector de metales.
Me hubiera gustado decirte, que fuiste para mi un ejemplo de persona prudente, amable y buena.
Hoy ya es demasiado tarde para eso, aunque me queda la certeza de que allá donde estés, seguro que tratarás de conducirte como lo hiciste en vida, con esa media sonrisa y un libro en la mano, dispuesto a ayudar a quien más lo necesite.
Hoy mi alma está un poco más rota y aunque casi no tengo sitio para más penas en el cofre, buscare un hueco para la tristeza que me está haciendo llorar por un amigo al que no volveré a ver.
Adiós Javier.
Y gracias.

viernes, 20 de mayo de 2011

Boicot a los ciudadanos




Y dale...
Por mucho que se empeñen en desinformar y en tratar de asustar al mundo, ciertos medios de comunicación van a tener que terminar envainandosela y además, cuando todo esto termine, serán los primeros perros que vendrán meneando la cola buscando su galletita.
No se como tienen la poca vergüenza de publicar titulares como este, aunque la guinda se la ha llevado la cadena "plural" INTERECONOMIA (INTERFELONIA), emitiendo una entrevista a un supuesto "joven indignado", que se encargó de echar por tierra la imagen de los ciudadanos acampados en SOL.
Hay que ver, que cosa más burra.
Ya están empezando a asustarse y todavía intentan desesperadamente tratar de asociarnos con grupúsculos radicales de extrema izquierda, con peligrosos "antisistema" e incluso, válgame Dios, con los cachorros de ETA.
Aunque no les guste, se van a tener que aguantar, porque esto no es un botellón, ni un festival rollo "Benicassim".
Esto es una revolución...pacífica, pero revolución al fin y al cabo.
Ala...a seguir lamiendo la mano de vuestro amo mientras pueda acariciaros el lomo.
Veremos que pasa cuando el amo os abandone en medio de la autovía, o cuando saque el palo, cabreado porque no habéis sabido guardar la casa.
Que enfermiza fijación en defender lo que está mal y en atacar a quienes quieren hacer de este mundo algo mejor.
Nos veremos en las calles.

martes, 17 de mayo de 2011

Más personas que plazas.



Tengo un amigo, un buen amigo que además de ser compañero farandulero, es sociólogo.
Él me informó sobre la pasada manifestación del 15M y me insistió en que lo acompañara y yo, tonto de mi, no le hice caso.
Siempre se te ocurre algo mejor que hacer, o algo menos trabajoso que salir a la calle a exigir que cese esta absurda manipulación de la sociedad por parte de políticos corruptos y banqueros sin escrúpulos.
Me arrepiento de no haberle acompañado, porque el pasado quince de mayo, ha comenzado a cambiar el mundo, nuestro mundo.
Pero sigue cambiando, esto ya no habrá quien lo pare y voy a ser testigo y partícipe de la patada en el trasero a muchos de los que expolian a diario nuestra vida y nuestra dignidad.
Basta ya de bipartidismos, de mismos perros con diferentes collares, de garrapatas sedientas de la sangre y la energía de los hombres y mujeres decentes de este país.
Basta ya de pagar con miseria y sufrimiento las poltronas de los asquerosos que deciden con un gesto de abanico que padre o que madre de familia va a tener que mendigar, que suplicar un trabajo miserable con un salario que no pagaría tan siquiera las cerillas con las que ellos se encienden los habanos.
Basta ya de ceder al adoctrinamiento de muchos medios de comunicación vendidos al demonio del interés.
Es la hora de levantar la cabeza con orgullo y gritar a los cuatro vientos que ya estamos cansados, que no necesitamos sus migajas, sino que aspiramos a disfrutar de nuestra parte de ese pastel que llevamos años cocinando a base de doblar la rodilla en los fogones y pagar el azúcar y el chocolate con el futuro de nuestros hijos.
Me descubro ante todos esos ciudadanos, de todas las edades, de todos las clases sociales, que acampados en una plaza han sido desalojados a la fuerza por los perros del pastor.
Hay más personas que plazas y más personas que perros.
Ayer expulsaron a cien, hoy serán miles los que ocupen su lugar.
Joderos romanos, porque yo también soy Espartaco, y mi mujer y mis hermanos, y mis padres y mis amigos y mis vecinos y todos nos levantaremos en contra de vuestra eterna gula.
No tenéis cruces para todos.
Esto es una revolución social en toda regla y ha llegado el momento de posicionarse a favor de la lógica y en contra de las desigualdades.
No va de política, no somos de un partido, somos de todos y de ninguno, a favor de aquellas personas con criterio y decisión, con verdadera capacidad de gobernar.
Queremos que el pueblo tome las riendas de una forma real, queremos una democracia auténtica donde no se manipule la decisión del ciudadano.
No sois nuestros amos, trabajais para nosotros, no sois nuestros jefes sino nuestros servidores.
Actuad como tal.
Esto ha comenzado a rodar y espero que lo siga haciendo de forma pacífica pero firme.
Contad conmigo, con mi indignación y con mi rabia, con mi voluntad de trabajar por el bien común.
Contad con mi respeto por todas las personas que sueñan con un mundo mejor.

lunes, 16 de mayo de 2011

Garrapatas



Hay que caminar con cuidado por la vida, porque está llena de garrapatas.
Las hay de todos los tamaños y de todos los colores.
Huelen a limpio y ni siquiera te das cuenta de que se están alimentando de ti, hasta que un día empiezas a sentir que te faltan las fuerzas y te vas consumiendo.
La garrapata se hincha y saborea tu sangre y te da abrazos que son mordiscos porque no quiere soltarte.
Las hay en la política, en los bancos, en las oficinas, incluso están donde piensas que te encuentras a salvo.
Estad alerta, porque un día podéis amanecer secos.
Que jodios animalicos.
Y es que no hay manera de quitárselas de encima.Dicen que si un collar antiparásitos, que si una pipeta de insecticida que te puedes extender por la espalda, que si aceite de oliva.
A las garrapatas les gusta el aceite de oliva...y la albahaca y los piñones y los espárragos y joderte la vida.
Me agarro a la mano de mi mujer, que ve como me desangro y trato de ponerla a salvo y pido misericordia.
Las garrapatas no tienen conciencia, ni misericordia, ni piensan el daño que hacen y si lo piensan, les da igual.
Te sientas en una esquinita a llorar porque sabes que poco a poco vas muriendo, pero eso no supone nada, ni para ti, ni para la garrapata.
De todas formas se acabó.
Voy introduciendo los cartuchos en la recámara, uno a uno, despacito y sonriendo, porque estoy hasta los cojones de garrapatas y voy a empezar a pisotearlas o a volarles la cabeza.

lunes, 2 de mayo de 2011

IDIOTAS




Pues ya vuelvo a ser el de siempre...o peor.
Vivo rodeado de idiotas.
No se que está pasando en esta sociedad de mierda, pero mucha gente está perdiendo el norte.
Antaño ( y no hace tanto, leñe, que tengo treinta y seis años)había algo de honestidad en las personas y una especie de vergüenza torera, un no querer cagarla en exceso o algo de prudencia, no se.
Hoy en día cualquier mindundi se siente con pleno derecho para abrir la bocaza y ciscarse en la educación, los modales y el protocolo.
Por educación y por autoestima, uno piensa lo que va a decir antes de calentarse, sobre todo si lo que tiene que decir es algo hiriente o desagradable.
Desde hace un tiempo para acá, vengo escuchando que a "fulanito" hay que consentirle su falta de tacto porque "es muy sincero" o a menganito se le debe querer como es, porque siendo desagradable se protege del mundo.
¡¡Señores por Dios!!
Es muy fácil rebuznar y espantar moscas con la cola.
Lo verdadermente difícil es aguantarse las ganas de destrozar a una persona con dos frases bien hiladas o si me apuran, romperle el espinazo al "señor" que te falta al respeto de manera gratuita.
Nos guste o no, vivimos en sociedad y hay ciertas normas según las cuales evitamos el volver a portar faca a la cintura, o espada, sable, montante, pistola de perrillos o el Tan afamado AK47.
Es tarea muy ardua sujetarse y apretar los nudillos, pero los ejercicios de contención dignifican al ser humano.
No sirve de nada ampararse en traumas o supuestas virtudes para hacer daño a las personas con las que te vas cruzando en la vida, ya que todo, todo, vuelve.
Uno empieza a plantearse si esta educación que nos han trasmitido otras sociedades supuestamente mas avanzadas y basadas en la competitividad y la agresividad como método de ascenso social, no será el verdadero germen que destruirá a la raza humana.
A mi me enseñaron que si uno no quiere, dos no se pelean y que a enemigo que huye puente de plata y no se que de la otra mejilla y que el que se retrata perdura.
Empiezo a cansarme de la desfachatez de mis conciudadanos, que se aprovechan de las buenas personas y de las personas pacientes y de los que huyen de enfrentamientos banales.
La calle está llena de adoquines.
No se si lo habréis notado...pero se me están empezando a cargar los electrodos.
No quisiera tener que batirme, como los españoles de antaño, a los que bastaba un "vuestra merced" para tirar de toledana y desjarrete.
Eso se lo dejo a Alatriste.
Yo quiero que me traten como yo trato y que me respeten como yo respeto, porque en cada hombre y en cada mujer de este planeta vive un demonio con la boca enorme y llena de dientes afilados, que está en continua pugna y al que por el bien común, hay que reprimir.
Sino...nos convertiremos en lo que se espera de nosotros y eso terminará con todo.
Sinceramente y perdonadme la vulgaridad, hoy estoy hasta la picha de idiotas.

domingo, 1 de mayo de 2011

Madre



En un día como el de hoy, en el que los niños llevan a sus madres las manualidades que han hecho en clase y en el que los padres se meten en la cocina a fregar los platos y envían ramos de rosas, yo tenia que escribir a mi madre.
Mamá,
seguramente el día en el que te postraste en aquella camilla y pasaste las de Caín hasta que el doctor me convenció para salir a dar una vuelta, pensaste un futuro diferente para mi.
Aquí me tienes, sentado en un ordenador haciendo lo que más me gusta hacer, escribir.
Lo siento...dejé Derecho y aún estás esperando que te enseñe el título de Maestro.
Me perforé la lengua y la ceja, y la ternilla.
Me he tatuado el tobillo y la muñeca derecha y hace tiempo que renuncié a los pantalones de pinzas y las camisas Oxford.
Se que no soy el hijo que habías soñado y a ratos piensas que te he decepcionado.
Pero si supieras cuanto te quiero y lo presente que estás en mi vida, quizás podrías pasar por alto esas otras cosas que seguro te han afligido.
Me casé por amor, y no por la Iglesia, como a ti te habría gustado.
No te he dado nietos aún y no creo que te los de nunca (de hecho me lo han prohibido en Europa, Asia, África y cuarenta estados USA)pero eso es lo que menos me preocupa, porque ya tienes tres que te quieren con locura.
He sido tan irresponsable que en ocasiones te habrás preguntado si hacia las cosas por hacerte daño.
No mamá.
Siempre, incluso en mis peores momentos he recordado tus besos y tus miradas y tu sonrisa, y la forma que tienes de defenderme y excusar todos mis pecados delante de cualquiera que haya insinuado nada en contra de mi.
No hubiera podido imaginar una madre mejor.
Te he visto sufrir muchas veces y han sido muchas las noches en las que te oí llorar bajito, para no despertar a nadie.
Porque entre las virtudes que tenéis las madres, también está la de saber sufrir hacia adentro y sonreír con el alma rota.
He aprendido mucho de ti y en gran manera, mientras yo viva tu siempre vivirás, porque te llevo en cada gesto, en cada suspiro y en cada carcajada.
Lo que tengo de buena persona o de hombre de provecho o como quiera que se llame eso, es gracias a ti y a papá y eso no se estudia en ninguna universidad ni se aprende en ningún oficio.
Tengo tanto que agradecerte que no se por donde empezar.
La vida es dura y aunque tu siempre has querido protegernos, no nos queda más remedio que vivir. Y sufrir.
En cada envite, en cada momento triste o cuando todo se vuelve negro y llueve y hace frió y las ramas de los arboles se acercan para llevarme muy lejos, ahí está tu imagen poderosa y tranquilizadora que ilumina las tinieblas y espanta a los monstruitos.
Si supieras cuantas noches, siendo ya un adulto (o algo parecido) he llorado abrazado a una almohada, recordando lo seguro que estaba a tu lado, no te lo creerías.
Ya no soy aquel pequeñajo rubio y con pantalones cortos que salia corriendo del colegio para llegar cuanto antes a casa y estar contigo, pero estoy ahí, siempre.
La verdad es que sigo siendo pequeñajo...pero eso es otra historia.
Tengo cientos de recuerdos hermosos, miles, pero de entre todos quizás me quede con las noches en las que siendo un niño me acostabas y dejabas la puerta de la habitación abierta y te oía trastear en la cocina y hablar con papá.
Aquella sensación de seguridad y de amor solo he vuelto a sentirla cuando conocí a la que ahora es mi mujer y supongo que de alguna manera, todas estáis conectadas.
En fin mamá, para mi todos los días son el día de la madre y no hace falta ponerle una fecha al reconocimiento para vuestra labor, porque es algo eterno y universal.
Espero llegar a ser lo que alguna vez soñaste mientras tejías patucos azules.
A mi manera, en una caravana, en el escenario o desde las páginas de un libro siempre te voy a recordar y siempre te querré.
Un beso.
Juan.