martes, 23 de marzo de 2010

Con las manos en los bolsillos


Está amaneciendo y me he quedado sin tabaco, así que entretengo el camino de vuelta a casa pegándole patadas a una lata de coca-cola.
Durante un pequeño instante, me río yo solito pensando que estoy pateando el culo del gran símbolo yanki y miro a mi alrededor esperando ver a los navy-seals, descolgándose por las fachadas de los edificios para rescatar al humillado y vejado símbolo americano.
Gracias a Dios, Steven Segal no ha salido de juerga por mi pueblo, el y Swarzennegger andan de farra por Robladillo, que son las fiestas patronales y hay verbena y posterior chocolatada.
Creo que tocaba la orquesta Colorines...como se lo va a perder esos dos, con los que le gusta el alpiste.
Mi mujer hace hora y media que se ha marchado a dormir y una vez más he cometido la estupidez de quedarme a tomar "la última" con los muchachos, como en los tangos de Gardel.
La noche ha sido fría y a esta hora, el destemple que te produce el contraste del calor etílico y el frío de Valladolid, se vuelve cada vez más acuciante.
Meto las manos en los bolsillos y muy a mi pesar confirmo que no me queda un euro.
Una cosa me lleva a la otra y empiezo a repasar la letanía de acreedores y facturas que atormentan el espíritu y alimentan la ansiedad.
Que les den por el culo a todos.
No se porque, pero me ha vuelto a dar la risa y descubro en una ventana a una señora que me observa con ese inequívoco gesto de reproche que deben enseñar en todas las escuelas de madres.
Si llevara sombrero me tocaría elegantemente el ala con dos dedos, como James Stewart o John Wayne, pero ante la inexistencia de tocado alguno, aparto la mirada y continuo camino cabizbajo.
Los amaneceres, por muy bonitos que sean, siempre te recuerdan que la fiesta se ha terminado, o se va a terminar. A mi me gustan mucho más los atardeceres, que es cuando los vampiros y el resto de las criaturas de la noche nos pegamos una duchita cantando temas de los ochenta y nos sacudimos bofetadas impregnadas de after-save.
Cuando era un crápula mujeriego, azote de las amigas simpáticas de la guapa, no había nadie que me parase, hasta que la guapa del grupo me hizo caso y entonces me curé de mi enfermedad y ahora cuando vuelvo a casa, me gusta pensar que ella está durmiendo en mi cama, con el pelo apestando a humo y a bar de copas con futbolín y cáscaras de cacahuete en el suelo.
No creo que la deseara más si llegará a casa oliendo a Carolina Herrera, porque se traduciría en apestosa frialdad y no en codazos cómplices y risas espontáneas, apoyados hombro con hombro, en la barra de un garito.
La vida, incluso en sus momentos más duros, te reserva siempre algo a lo que agarrarte y aún sabiendo que te has bebido la mitad de la compra de la semana y que vas a tener que volver a hacerte la mayonesa con huevo, porque la media docena de xl equivale a una mahou de tercio, te sientes cojonudamente bien.
El fantasma de la crisis me tira del pelo y me sopla en la nuca, pero habilmente le pego una coz en los cojones porque ya estoy harto de sentirme un desgraciado.
Han insistido tanto en tratar de convencernos de que estamos arruinados que casi han conseguido hacerlo pero ya se ha terminado el pensar que todo en este mundo se escribe con monedas de dos euros. A la mierda. Tengo algo que no pueden incluir en la lista de fracasos del sistema: mi deteriorado cerebro, que de vez en cuando luce y me recuerda que yo me pongo el límite y que únicamente yo decido cuando tirar la toalla.
Solo me faltaba dejarme ganar, yo, que tengo más mal perder que un samurai japones.
Esto, la vida o lo que sea, mis sueños, la esperanza, las ilusiones, los besos de mi mujer, los abrazos de mis amigos, el aplauso del público, el respeto de mis mayores,la envidia de mis opuestos, todo esto, me lo guiso y me lo como yo solito, que para vivir mi vida no necesito a ningún organismo oficial plagado de trajes grises y ordenadores derrotados.
A la mierda, porque el que se rinde es pasto de los buitres y como dice Joseandres, cuando habla de futbol, "el que perdona pierde" y no pienso perdonar a ninguno de esos hijos de puta que miden mi vida con un baremo del Cis, o me sitúan en una tabla de estadísticas.
Mi vida no es abstracta, filosofo entre vapores de cerveza, ebrio y racional, hasta que mi vista confusa da con otra lata vacía de coca-cola.
-Que se jodan- pienso, y pongo en la primera patada la fuerza de cuatro millones y medio de familias que cobran el día diez, un subsidio de mierda.

lunes, 22 de marzo de 2010

Titiriteros





No hace mucho, mi padre, siempre desde el cariño (me consta) me dijo al respecto de popopopo, que debería hacer únicamente cosas que me dignificaran.
Me pasé la tarde dándole vueltas al tema y aunque creo que entendí perfectamente la intención de sus palabras y la reflexión que habría hecho sobre el tema, esta es una de las pocas veces que no estoy de acuerdo con el.
Y os diré por que.
Los que me conocéis, sabéis que por avatares de la vida, terminé montando una inmobiliaria.
Es un trabajo muy duro, aunque algunos no se lo crean.
En el sector inmobiliario, no hay segundos premios. Puedes tabajar mucho en una operación, negociar durante meses, sortear todo tipo de escollos y dejarte los nervios tratando de hacer las cosas como Dios manda, pero en el último momento se puede ir todo al carajo por culpa de un arranque de orgullo en cualquiera de las partes, vendedora o compradora por un capricho de la suegra del comprador o porque el banco en el último momento, decide no conceder un préstamo o un sinfín de impedimentos más.
Hay que soportar plantones, sin ir más lejos no me he ido de puente porque un cliente me explicó que por trabajo, solo podía visitar una vivienda el sábado a mediodía y aquí estuve esperándolo como un pasmarote durante media hora.
Ni se presentó ni me atendió al teléfono ni lo ha hecho todavía.
Hay también que sopotar todo tipo de desplantes y de salidas de tono, de cualquier gañán con cuatro duros que se piensa que eres su siervo eternamente.
Por no hablar de clientes que te puentean, que te engañan, que se niegan a pagar los trabajos realizados etc.
Lo que peor llevo, es que algunos amigos, incluso parientes, terminan tratándote como " el de la inmobiliaria".Es descorazonador, os lo aseguro
Sin embargo, cuando voy a actuar, con el coche cargado de bártulos y la risita floja que producen los nervios, me siento absolutamente libre, feliz.
Hago una buena labor, el público se mete por completo en la representación y hay un algo especial que se adueña del teatro, del parque o de donde quiera que hayamos montado nuestro espectáculo.
Es cierto que no llevo traje, de hecho, cuando voy a actuar, llevo unos vaqueros y una camiseta de la compañía. Me ensucio las manos montando los hierros del teatrillo de títeres, o me arrastro por el suelo en calzoncillos, durante una performance, pero creo que en ningún momento pierdo la dignidad.
El público se rinde a sus propias emociones, algo se despierta en ellos y generalmente, al terminar, nos regala con su aplauso,que es una de las mejores formas de reconocimiento que existen.
En la mayoría de las ocasiones actuamos para niños y francamente, nunca he sido niñero, de hecho me dan un poquito de grima aunque no dejan de sorprenderme porque se ilusionan y disfrutan como si se encontraran ante la experiencia más alucinante de sus vidas.
Y eso llena.
Me siento absolutamente realizado, yo escribo las obras y junto a mi, actúan, mi mujer, mi hermana y mis mejores amigos.
¿Qué más puedo pedirle a la vida? Tengo tantas cosas que compartir con ellos, que cualquier momento se puede convertir en un buen recuerdo, al margen de que hace del matrimonio y de la amistad, algo vivo que evoluciona constantemente aportando ilusión y compañerismo con cada nuevo montaje.
Creo que hoy por hoy, tenemos que empezar a dejar de lado algunos convencionalismos.
La gente desconfía de las corbatas y los maletines y yo, soy un señor porque me han educado de la mejor forma posible, me ponga un tres piezas o una camiseta de popopopo, y eso se nota.
Se que mi padre hubiera querido que fuera abogado como él, por mi, por darme las mejores oportunidades y asegurarme un porvenir y se lo agradezco, pero yo se que de alguna manera, algún día podré cumplir todas sus expectativas, simplemente tratando de ser la mejor persona posible, lleve el pelo largo, corto o la barba por las rodillas.
Soy un titiritero y me enorgullezco de ello.
De todas formas, si alguien quiere aprovechar la oportunidad, tengo una promoción de apartamentos de uno y dos dormitorios con garaje y trastero a un precio excelente.
Besos para todas y abrazos para la mayoría.

martes, 16 de marzo de 2010

Amigo Tasio



¿A qué jode?
Seguro que estás bastante cabreado, porque desde tu cerrazón ahora te da por acusar al gobierno de llevar a cabo una "guerra sucia contra ETA".
Pero que cuajo el tuyo.
Lo que tu apoyas y defiendes ¿es una guerra limpia?
Anda.
Lo que pasa, es que estáis jodidos porque no aparecen los 150000€ que el "bueno" de Jon Anza tenia que entregar en Francia a otro sicario, y que a saber donde están ahora.
Porque no nos engañemos, lo que le haya pasado a Jon, os la suda, como os la suda lo que le pase a cualquiera que no seáis vosotros mismos, es más, yo diría que incluso os viene bien que palme algún cachorro de vez en cundo, por aquello de crear mártires.
Yo tengo una teoría, viendo las fotos de Jon Anza, y atendiendo al resultado de la autopsia francesa, este hombre ha muerto feliz, se ha fundido los 150000pavos en fiestacas y en restaurantes de lujo y claro, ese tren de vida al final te pasa factura.
Coñas aparte, es indignante que ahora os pongáis a llorar porque penséis que os han podido quitar el monopolio de la tortura y el asesinato.
Supongamos que alguien lo secuestró, torturandole y manteniendole apartado de sus seres queridos, para terminar ejecutandolo.
¿Te acuerdas de Miguel Angel Blanco?
Guerra sucia...que asco me dais, ya no solo por vuestra forma de actuar,asesinando y aplaudiendo el asesinato, sino porque tenéis la poca vergüenza de pretender acogeros a unos derechos que negáis continuamente no solo a vuestras víctimas, sino a toda la sociedad española, empezando por vuestros propios paisanos vascos, que gracias a Dios ya se han hartado de tanta estupidez y clama por una tierra en paz y libre de la lacra que sois, terroristas.

viernes, 12 de marzo de 2010

¿donde se esconde la risa?




He buscado por toda la casa, incluso he revuelto el trastero y el garaje pero nada, no hay manera.
No se donde coño he podido guardar la risa.
No encuentro ni una carcajada, nada, ni tan siquiera una sonrisilla y no lo entiendo, porque antes tenia la casa llena, tan llena que empecé a preocuparme, no fuera que me hubiera convertido en un diógenes del humor, almacenando toneladas y toneladas de desternille por todos los rincones de mi hogar.
Al vaciar los bolsillos de los pantalones siempre se caía alguna risotada, pero ahora nada, no encuentro nada.
Estoy empezando a desesperarme porque no se vivir sin mi risa.
Lo he intentado todo, me cuento chistes, me pongo vídeos de Aznar diciendo que España va bien, de Zapatero hablando de una "ligera desaceleración económica", de Bush atragantándose con galletas, escucho canciones de Karmele, incluso me desnudo y me miro en el espejo del salón (esto antes era infalible) o rebusco entre mis papeles hasta dar con las notas de primero de BUP (para troncharse),, pero soy incapaz de reirme.
Ya no se que puedo hacer.
Mire donde mire solo veo tristeza, pero no en mi casa, en el mundo, en los rostros de mis vecinos que ven como no les alcanza para llenar el carro de la compra, como pierden sus trabajos.
La tierra también se queja y se sacude con violencia tratando de quitarse toda la porquería del lomo.
El mar nos vomita en forma de grandes olas las toneladas de residuos que hemos vertido, la primavera se viste de nieve y las especies se extinguen.
Quien se va a reír ahora?
Yo ya no puedo, así que me sentaré a ver como pasan los días, largos y vacíos sin la risa, uno detras de otro, todos tristes.

Miguel Delibes



Al final, tras haberse encontrado hace ya tiempo con la hoja roja de su calendario, al maestro Delibes vino a buscarlo la parca.
Su memoria queda impresa en las miles de páginas con las que nos ha regalado los momentos de incansable lectura, que de sus textos hemos hecho muchos a lo largo de todos estos años.
Para mi, uno de los mejores, por no decir el mejor de los escritores en lengua castellana.
Los personajes de Delibes, están provistos de una terrible sensibilidad llevada al extremo de lo humano,en la miseria y en la grandeza de los actos cotidianos, como los de Cela en sus primeros años.
Nini, el ratero de "Las ratas", podía haber sido perfectamente primo hermano de Pascual Duarte.
Siendo castellano como soy, he visto a Delibes reflejar como nadie el pulso de las gentes de esta tierra maldita y cruel.
También le he visto describir los inmensos campos de cereal, el vuelo de la avutarda, el canto de la perdiz, la carrera de un galgo.
Cazador (quizás lo único que podría reprocharle), amante de la bicicleta y de la naturaleza y por encima de todas las cosas, hombre de familia, enamorado de su mujer y de sus hijos y nietos.
Un lujo de escritor y de persona, un grande entre los grandes.
He crecido leyendo sus libros, alguno de ellos, como "377A, Madera de héroe" o "El camino", los he vuelto a leer, cuatro o cinco veces, porque nunca me canso de su prosa adecuada y rotunda.
Ya tiene su hueco en el parnaso.
Hasta siempre, maestro.