jueves, 29 de octubre de 2009

Olvidando que es gerundio



Por casualidad, escuchando música en el ordenador, el azar me ha llevado de un video a otro del Youtube, hasta que he terminado viendo uno de Vetusta mola.
No es un grupo que me guste especialmente, aunque este videoclip (rodado en un único plano secuencia, durante el trayecto de la banda desde su casa junto a la Gran Vía, hasta la Fnac) me ha calado bastante hondo y no se porque.
Puede ser, que al reconocer rincones por donde hasta no hace mucho tiempo, yo hacia vida, me haya traído a la memoria pasajes de mi historia que empezaba a desterrar, al camping sucio y abandonado, del olvido.
Porque yo al olvido me lo imagino así, como un paseo bajo la lluvia por un camping abandonado, donde se corrompen inevitablemente los esqueletos de rulots y mobil-homes, y donde aún se pueden observar, desparramados por el suelo, los restos de lo que antaño fueron fugaces momentos de una vida.
En aquél camping, muy a mi pesar, están comenzando a acampar algunas personas que vieron a traves de mis ojos y a las que juré amor y fidelidad infinita.
Tambien van tensando los vientos de las tiendas, aquellos compañeros de facultad, inseparables amigos ayer y hoy simples excursionistas deambulando por recepción a la espera de una atención personalizada que nunca va a llegar.
Y debe de hacer bastante frío, porque aquella muchacha otrora sensual y ardiente, se calienta las ateridas mejillas junto a la hoguera que la miseria de mil traiciones ha prendido sobre piñas, ramitas secas de alcornoque y mentiras a media voz.
Comienza, con el transcurso de esta vida mía, a poblarse en exceso la zona de acampada.
Admitimos (aunque no quisiera hacerlo, y me enfrento a ello con todas mis fuerzas) animales domésticos y casi sin darme cuenta, los perros que antaño lamían mis heridas y entretenían con sus juegos mis horas muertas, persiguen alegres y solícitos la pelotita de plástico rojo que la mano de mi memoria arrojó con fuerza hacia los barracones de servicio.
No quiero encontrarme con ciertas personas, porque aunque se que nunca abandonaran su destierro aún siguen dándome miedo.
No quiero encontrarme con algunas otras, porque eso querrá decir que han abandonado para siempre la realidad y lo cotidiano.
No quisiera olvidar nunca el rostro de mi madre, ni la voz de mi padre.
No quisiera recibir entre sollozos los vestigios de mi gran historia de amor.
Los Vetusta Morla siguen cantando, y el cielo se va haciendo cada vez más gris.
Si sigues caminando, tras pasar la oxidada cancela del camping llegarás a una playa.
En la playa del olvido restarán por los siglos de los siglos mi inocencia y mi fe, ambas muy decepcionadas conmigo.
Que le vamos a hacer, si soy tremendamente humano.
La lluvia es por momentos muy intensa, casi no me deja ver y decido darme la vuelta y volver a casa.
Cesa la música, y puedo quitarme la capucha.
Me alegro tanto de saber vuestros nombres y de recordar porque estamos aquí...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

olvidate de los 100€ que me prestastes el mes pasado

lacantudo dijo...

oK.
Olvidate tu de la vida en familia...me quedo con tu mujer y tus hijas.
Ya te llevaré los 60pavos de la diferencia...no valen mucho más.