viernes, 27 de febrero de 2009

Nunca fuí un tipo duro.



"Sera mejor que quites tus sucias manos de mi bocata, amigo"
Ya está.
Esa fue la primera y última vez que traté de emular a los duros de las pelis.
Tenia doce años, y aun me duelen las collejas que me dio Pedrolon, el tipo más chungo del patio de EGB, en el colegio San José Valladolid.
El hijo puta fue capaz de comerse el bocadillo al mismo tiempo que me daba de hostias, y ese día mi madre me había puesto doble de jamón ibérico con tomate.
Aun recuerdo su olor ( y el del bocata).
Aquella mañana de Junio del 86 pensé que a Chuc Norris, nadie le habría podido quitar el bocata, y cuando llegué a mi casa, arranque todos sus posters de mi habitación, y con los ojos llenos de lágrimas, decidí pasarme al enemigo y volverme uno de los malos.
Sustituí a Chuc por Jose luís Moreno, Dark Vadher y el Barón Ming y me fui a la cama pensando las miles de vilezas que cometería a lo largo de la vida.
A la mañana siguiente, durante la hora del recreo, me acerque a un niño de tercero, que se disponía a devorar unas suculentas galletas "príncipe".
"Sera mejor que sueltes esas galle..."
El primer cabezazo me alcanzó en la nariz e hizo que los ojos se me llenaran de lágrimas dificultando así mi visión.
Aquel canijo era un profesional.
El segundo cabezazo, entre los ojos, me produjo tal mareo que a punto estuve de perder el conocimiento, y caí al suelo de rodillas.
Craso error.
Como si aquello fuera una señal habitual, al verme caer de rodillas, cuatro o cinco amiguitos de aquel salvaje se abalanzaron sobre mi y comenzaron a sacudirme patadas y puñetazos.
Al mismo tiempo, otro grupo de pequeñajos prendieron fuego a una papelera en el otro extremo del patio, atrayendo la atención de los "profe-vigilantes" y anulando así mi única opción de ser rescatado.
Y tuve mucha suerte.
Justo sonó la sirena y ordenaron formar filas para entrar, en el momento en el que, sujeto de pies y manos por aquellos diablos, iba a ser sodomizado por "Piton" un depravado de 4ºE, que había repetido ese curso, con lo que a los diez años, tenia uno de los pitos más enormes de los baños de primaria.
Cuando llegué a mi casa, arranqué todos los posters de mi habitación, y juré que a partir de aquel día, llevaría gafas y me haría pasar por una niña, para evitar futuras palizas como aquella(supuse que si a las chicas no se les pega, y a los tipos con gafas no se les pega...)
Craso error.
"Pitón" me estuvo enviando rosas durante dos meses, acompañadas eso si, de unas notas muy bonitas a las que terminé por sucumbir.
Ahora hemos adoptado a nuestro segundo bebé asiático (se llevan más) y tenemos un piso monísimo con vistas al patio del colegio.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

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