viernes, 27 de febrero de 2009

Nunca fuí un tipo duro.



"Sera mejor que quites tus sucias manos de mi bocata, amigo"
Ya está.
Esa fue la primera y última vez que traté de emular a los duros de las pelis.
Tenia doce años, y aun me duelen las collejas que me dio Pedrolon, el tipo más chungo del patio de EGB, en el colegio San José Valladolid.
El hijo puta fue capaz de comerse el bocadillo al mismo tiempo que me daba de hostias, y ese día mi madre me había puesto doble de jamón ibérico con tomate.
Aun recuerdo su olor ( y el del bocata).
Aquella mañana de Junio del 86 pensé que a Chuc Norris, nadie le habría podido quitar el bocata, y cuando llegué a mi casa, arranque todos sus posters de mi habitación, y con los ojos llenos de lágrimas, decidí pasarme al enemigo y volverme uno de los malos.
Sustituí a Chuc por Jose luís Moreno, Dark Vadher y el Barón Ming y me fui a la cama pensando las miles de vilezas que cometería a lo largo de la vida.
A la mañana siguiente, durante la hora del recreo, me acerque a un niño de tercero, que se disponía a devorar unas suculentas galletas "príncipe".
"Sera mejor que sueltes esas galle..."
El primer cabezazo me alcanzó en la nariz e hizo que los ojos se me llenaran de lágrimas dificultando así mi visión.
Aquel canijo era un profesional.
El segundo cabezazo, entre los ojos, me produjo tal mareo que a punto estuve de perder el conocimiento, y caí al suelo de rodillas.
Craso error.
Como si aquello fuera una señal habitual, al verme caer de rodillas, cuatro o cinco amiguitos de aquel salvaje se abalanzaron sobre mi y comenzaron a sacudirme patadas y puñetazos.
Al mismo tiempo, otro grupo de pequeñajos prendieron fuego a una papelera en el otro extremo del patio, atrayendo la atención de los "profe-vigilantes" y anulando así mi única opción de ser rescatado.
Y tuve mucha suerte.
Justo sonó la sirena y ordenaron formar filas para entrar, en el momento en el que, sujeto de pies y manos por aquellos diablos, iba a ser sodomizado por "Piton" un depravado de 4ºE, que había repetido ese curso, con lo que a los diez años, tenia uno de los pitos más enormes de los baños de primaria.
Cuando llegué a mi casa, arranqué todos los posters de mi habitación, y juré que a partir de aquel día, llevaría gafas y me haría pasar por una niña, para evitar futuras palizas como aquella(supuse que si a las chicas no se les pega, y a los tipos con gafas no se les pega...)
Craso error.
"Pitón" me estuvo enviando rosas durante dos meses, acompañadas eso si, de unas notas muy bonitas a las que terminé por sucumbir.
Ahora hemos adoptado a nuestro segundo bebé asiático (se llevan más) y tenemos un piso monísimo con vistas al patio del colegio.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Pais vasco: ven y conócelo

Que rabia da.
Creo que Euzkadi es una de las comunidades mas hermosas de España, rica en recursos naturales, un paraíso de vegetación y playas de arena fina y mar arrogante.
Posee además una gastronomía variada y contundente, una cocina que se ha convertido en internacional, gracias a la calidad de sus materias primas, y a la pericia e innovación de sus afamados cocineros, que están paseando por todo el planeta el nombre del país vasco, y de España.
Tengo la gran suerte de contar con muchos amigos y amigas vasc@s.
Gente maja y alegre, muchos de ellos, lectores asiduos de este blog, y a quienes envio un cariñoso saludo.
Ayer volví a acordarme de ellos.
Estoy seguro, que ninguno de mis amigos y amigas, apoya la actuación de los denominados "radicales".
Puede que algunos,(o muchos tal vez) estén de acuerdo con las ideas independentistas y nacionalistas, y me parece muy bien, porque cada uno somos libres de tener nuestras ideas, y de expresarlas democráticamente.
No creo, que ninguno de mis amigos, esté de acuerdo con que para poder expresar una idea, tengamos que arruinarle la vida ( si no quitársela) a alguien.
Y si está de acuerdo con ese sistema, no lo quiero a mi lado.
Mucha gente ha muerto para conseguir el sufragio universal, y algunos sinvergüenzas tienen la cara dura de etiquetar de " fascistas" a los que no piensan como ellos.
Que fácil es ver la paja en el ojo ajeno....
Ayer todo el país asistió impresionado a la demostración de desesperación y rabia de un joven vasco, al que estos "radicales " le han destrozado la casa.
Todos sabemos lo que cuesta pagar una casa, y mantenerla.
Todos nos apretamos para pagar hipotecas, facturas, impuestos ....
¿Con qué derecho se le puede hacer esto a una persona?
Da mucha rabia reconocerlo, pero si hubiera estado a su lado, habría tomado otra maza.
Y es que ya está bien, hijos de puta.
Vais a conseguir que vuestros propios vecinos terminen perdiendo los nervios, y los que antes asistían mudos (ya por miedo, o por indiferencia) a vuestros actos vandálicos y a las canalladas a las que habéis acostumbrado a toda una nación, comenzarán a coger las mazas.
Entonces ya no seréis tan hombres, y correréis a solicitar la ayuda de la policía (a la que en cuanto podéis, asesinais vilmente) y a clamar por esa justicia que ignoráis a diario.
Os mostrareis como lo que sois, una panda de matones que han perdido todo viso de ideales, en pos de impuestos revolucionarios y retiros dorados en la República Dominicana.
Acordaros de Ermua.
Ven y conócelo.
Ya lo conozco, y me gusta, pero me gustará aun más cuando desaparezca toda esa escoria asesina.
Desde aquí, quiero enviarle toda mi solidaridad a Emilio.
Si he ofendido a alguien con este comentario, no lo siento, porque a nosotros llevan muchos años ofendiéndonos.
Recordad el dicho "el valiente solo es valiente, hasta que el cobarde deja de serlo".

lunes, 23 de febrero de 2009

Mi nota : Puta Mierda!!

Vuelta la burra al trigo.
Esta claro que hay personas a las que no se les puede dar dinero, porque se lo gastan en pijadas.
Eso es precisamente lo que les ha pasado con esta serie de tv.
Tras haberse dejado un dineral en una acertada campaña de publicidad (creo que es lo único que se salva de todo esto), han tenido los cojonazos de estrenar esta bazofia, que encima les está saliendo por un pico, que pagamos todos claro, y con la que está cayendo.
Que desilusión más grande madre mía.
Yo me las prometía muy felices, pensando (tonto de mi) que al fin iban a estrenar una serie que mereciera la pena, que ya estoy muy harto de "niños tontos que bailan", "matrimonios que se insultan", "policías de riseras", "stripers- pijas-instituputrices" y "ex-marineros pederastas que tocan el acordeón" (sin mencionar a Walker Texas Ranger, que se merece por si sola, una entradita del blog).
Ya pasé por un infierno parecido con la versión cinematográfica de ALATRISTE.
Con lo que he disfrutado leyendo todas las aventuras de la genial creación de Perez Reverte, y la cagada que se montaron con la peli.
Mira que tenia todas las de ganar, un gran reparto, una ambientación espectacular, una fotografía cojonuda, y van y le imprimen un ritmo absurdo, resumiendo toda la saga en un metrage convencional, saltando de un lado para otro y machacando el fenomenal pulso que mantienen las novelas.
Pues en Águila roja..
Para empezar no se a quien le han encargado la documentación histórica, pero vamos...que solo faltaba que el niño con gafitas (ingeniosísimo, se llama Murillo y pinta, no se lo pierdan) le mande mensajitos cachondos a los compañeros de clase (tremenda la escena del dictado, con su pizarra y todo) con el móvil última generación.
Como buena producción española, no podía faltar la salsa de toda creación nacional: LA MAMELLA INSINUANTE.
Que hariamos los espectadores españoles sin una tetilla como Dios manda.
Que risión, válgame el cielo.
En cuanto a las escenas de acción, un descojono.
Ver al cuñadisimo de los Serrano, dando botes por encima de las mesas (ojo, que me encanta como actor, aunque no se quien le ha liado para esto) con un doble para las acrobacias que no se le parece en nada, ni tampoco se esfuerzan por disimularlo,es desternillante.
Yo estudié magisterio, como el prota, y creo que pasé demasiadas horas en la cafeteria de la facultad, porque no recuerdo nada del nin jitsu, igual era una optativa.
Que decir de "los malos".
Esas capitas rojas de lo más cantoso, ideal, para pasar desapercibidos en una época en la que el pueblo vestía con remiendos llenos de grasa y mierda.
Es para soltarles un Mihura en un callejón sin salida.
Hay tantos detalles jocosos que podría tirarme aquí toda la mañana, y tengo un país que levantar.
Como dirían en "Muchachada Nui" (la única serie decente de la televisión) "MI NOTA: PUTA MIERDA"

jueves, 19 de febrero de 2009

Una escalera hacia el cielo

Emilio era un hombrecillo ya muy mayor, aunque aun conservaba el porte y la distinción que le caracterizaron toda su vida.
No veía casi (cataratas en los dos ojos) y en ocasiones se desorientaba por las calles de Valladolid.
Siempre con bastón y sombrero, quizás uno de los últimos caballeros que quedaban en esta ciudad miserable, de hidalgos de postín y miles gloriosus.
Andaba muy despacito, no se si por la artrosis, o por el peso de la vida.
La suya fue una vida plena, una vida larga y llena de momentos buenos y de malos momentos.
Siendo muy joven combatió en una guerra fratricida, el pensaba que defendia su fe, a su Dios y a sus vírgenes, y tuvo que matar para no ser matado, aunque le hirieron muy hondo el alma.
Se casó con una buena mujer, que le hizo muy feliz y le dio cuatro hijos (hoy en día impensable) dos chicos y dos chicas.
Quiso su Dios pagarle las noches de trincheras y rosarios, llevándose a la mayor de las niñas con él cuando no eras más que una jovencita.
Los caminos del señor son inescrutables, y en ocasiones tortuosos, llenos de carreteras comarcales, largas agonías y dolorosas enfermedades.
La fe de Emilio no decayó, como la de Job, y es más, creo que aun se fortaleció con esa dura prueba.
Fueron años difíciles.
El cancer se comió los ahorros familiares, y emilio tuvo que ingeniárselas para seguir haciendo como si nada.
Algunos envites le salieron bien, otros la vida los vio y contesto con un órdago, mal querido en ocasiones.
Pagó sus culpas y los pocos pecados que tuvo, con Dios y con la sociedad, que estigmatiza por rutina a los hombre buenos.
El pasar de los años le llenó de nietos el salón de su casa el día de reyes, fecha en que todos los miembros de la familia despertaban temprano y volaban cargados de sueños y esperanzas hacia casa de emilio.
Las vacaciones en el chalé del mayor, al aire frío de la sierra, bueno para el y para elena, su mujer.
Todos los días un clarete en casa de la pequeña, un poco de conversación y un retirarse prudente, antes de poner la mesa, ya que nunca quiso ser una carga, aquel buen hombre.
Siempre una sonrisa, siempre el andar cansado y un ducados en la boca.
Jamás se tragó el humo.
Jamás renegó, ni quiso mal a nadie, al contrario, aun hoy en día me siguen preguntando por el con cariño los comerciantes, taxistas, funcionarios, policías...
Enviudó y se quedó muy solo con un canario que ya no quiso cantar más y un gato que se marchó indicándole el camino a seguir y pidiéndole que no tardara demasiado.
La vida dejo de interesarle poco a poco.
Los trayectos eran cada vez mas lentos y suspiraba por reunirse con su mujer y con la niña que se marcho tan temprano.
No había hecho aun el año de su viudedad, cuando una mañana al dirigirse al baño, reparó en una escalera junto a la puerta de su despacho.
Aquella escalera nunca había estado allí.
Era una escalera de madera, sencilla y firme, y al final, se oían risas y voces familiares.
Apoyó la toalla y la navaja de afeitar en una silla del pasillo, y despacito se agarró a la varandilla y comenzo a subir.
Al entierro de Emilio acudió una gran multitud.
Mi madre lloraba cogida del brazo de mi padre, y mis hermanos y yo, nos despedimos de él sin querer ver como descendía la caja hasta colocarla paralela, al lado de su amada Elena.
Yo he crecido no mucho más que él.
En ocasiones viene a visitarme en mis sueños, siempre es una figura tranquilizadora.
A veces me angustio, porque tanto él como mis padres me han dejado el listón demasiado alto, y no se si estaré a la altura.
Puede que el día que me toque subir la escalera, me esté esperando allá arriba, con una sonrisa y un gesto de aprobación.
Hago lo que puedo, abuelo.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El verdadero punto "g" de las mujeres.

Nunca he sido un tipo demasiado atractivo, aunque mi abuela y mi madre trataron de convencerme de lo contrario, e incluso me llevaron a la tele, a un casting para el anuncio de Freixenet de 1982.
Fue mi primer papel de corcho de botella, papel que repetí en 1995, cuando tras aprender a tocar la gaita, mi madre volvió a presentarme a un casting (esta vez para sidras "el gaitero").
Tengo unos preciosos ojos azules, sobre unas hermosísimas bolsas, que mas que bolsas de ojos, parecen sacos de dormir.
Al ser terriblemente inteligente, mi capacidad craneal es desmesurada, y no ayuda mucho que digamos, ese pelazo recio y rebelde que me crece a razón de dos pulgadas al día.
Soy a los peluqueros, lo que un constructor a un concejal de urbanismo.
Mi cuerpo no se mide en 90-60-90 , sino en 3,14,16. Una vez, en Estepona, me tumbe en la orillita del mar a tomar el sol, y un esforzado grupo de activistas de Green Peace, comenzó a acariciarme con dulzura y a empujarme hacia el agua.
Fui el más alto de mi clase en 1º de bup el año que repetí ese curso por quinta vez, también ese mismo año fui el que la tenia más grande de clase.
Recuerdo que a los 14 años mi madre me llevo al médico para que estudiara mi proceso de crecimiento, y este Galeno de cabecera, tras observarme, afirmó muy serio que en verano pegaría un gran estirón.
Aunque no dijo de que año.
Cada 21 de junio recobro la esperanza y durante unos pocos meses aun creo que puede suceder el milagro.
Pero nunca llega.
Sigo comprando mi ropa en Mother Cure.
El caso es que como decía al principio, nunca he sido un tipo demasiado atractivo, pero ya sabéis como es la madre naturaleza, te priva de unos dones pero te los compensa con otros.
No soy Brad Pit, pero tengo un desarrollado sentido del humor.
Creedme si os digo, que el punto "G" de una mujer se encuentra en su ánimo y no en la vagina, ni en el perineo aragonés ese.
Está feo decirlo, pero a golpe de sutil gracejo he conquistado a un sinfín de adorables damiselas, a más de un joven efebo, y a tres caniches.
Sino de que me iba a casar yo con una muchachita como laura!!!
Hay que tener mucho cuidado para no ser un payaso, y sobretodo, hay que evitar a cualquier precio el convertirse en "su mejor amigo".
Hazlas reír, haz que se rían contigo, que se rían de otros y otras, pero nunca de ti.
Alterna un comentario jocoso con uno tierno, busca sus puntos flacos, y poco importará si eres como Richard gueere, o por el contrario si te asemejas en exceso a Roberto Carlos.
La mujer es un ser maravilloso, pero también puede ser terriblemente cruel (no hay más que ver como se despellejan unas a otras) y el sentido del humor es una de las cualidades que más admiran en un hombre (siempre y cuando se sepa controlar).
Si encima sabes cocinar...
Verán en ti un compañero, un cocinero, y un esclavo ¿qué más pueden pedir?
Amiguitos, seguid mis consejos y si os esforzáis, llegareis a heredar mi reino, ya que yo al fin, y para desgracia de todas ellas, debo abdicar.

domingo, 15 de febrero de 2009

Palmitas con las orejas.

Así de contento está el jodio.
Sabe perfectamente que como los socialistas sigan por el camino que llevan, España entera se echará a las calles pidiendo su regreso a voces.
Y es que hay que tener mala suerte.
Con lo agustito que estábamos nosotros desde que se marcho este señor tan prepotente, y ahora casi es mejor lo malo conocido, que lo bueno que nunca hemos llegado a conocer, y mira que se nos vendió bien a Zapatero, que hasta yo me lo creí.
De todas maneras que asquete da la política.
Todo está tan lleno de mierda que hoy en día ya casi no se salva nadie, ni jueces, ni ministros, ni altos cargos, ni perico el del taller de chapa y pintura.
Menos mal que nosotros resistimos agarrados a un tintorro, y somos tan insignificantes que la mierda pasa a nuestro lado y ni nos toca.
¿Porqué la gente no se dedica a sus funciones, a hacer bien su trabajo, o a intentarlo por lo menos, y tratamos todos de llevarnos lo mejor posible y no nos puteamos por deporte?
Estamos consiguiendo que a la juventud se le vaya la esperanza entre "mdma" y farlopa mal cortada.
Nuestros dirigentes no tienen nada que ofrecernos ya, y les hemos pillado en todas sus mentiras.
Y eso es muy peligroso.
Vamos a ver si somos capaces de salir de esta mierda de crisis en la que nos han metido a la fuerza y de la que ahora no se responsabiliza nadie.
Vamos a ver si descubrimos algo que ofrecerle a esa caterva de bacaladeros, eskinetes, jipipijis y megachonis.
Vamos a ver si le podemos cerrar la bocaza a ese ejercito de intelectualoides derrotistas, augures de un milenarismo feroz y desalmado.
¿No hay nadie por ahí, que no pertenezca a ninguna fuerza política, con buenas ideas y un par de cojones para plantearlas sin miedo a la mediocridad de aquellos que trataran de echárselas por tierra?
Si está que levante la mano por favor.

lunes, 9 de febrero de 2009

Gracias mamá.

Sin darse cuenta tan siquiera, mi madre acababa de pulverizar un record del mundo.
Mi disco de S.A. (Soziedad Alcohólica) volaba a más de cien kilómetros por hora, describiendo una elipse perfecta, y fue a caer a unos seiscientos metros de mi casa rompiéndose en mil pedazos.
Yo solo pude contemplar el espectáculo desde el balcón de la vivienda, en un quinto piso de Valladolid.
Ahora que lo pienso, mi madre debió de ser una atleta de la Alemania del este que se quedó en España bajo un alias de lo más folclórico (se llama Mª Fuencisla), acogiéndose a algún tipo de asilo político durante el franquismo.
Tendríais que ver como manejaba la zapatilla, con que precisión de cirujano cardiovascular.
La lanzaba desde la cocina y te alcanzaba detrás de la mesa del salón.
Durante años pensé que eran térmicas y localizaban el blanco a traves del calor aunque, claro, de ser así a mis hermanos mayores en plena pubertad...
Hubiera muerto alguno.



Pero me estoy yendo por las ramas.
Aquel día mi madre decidió que mi gusto musical de adolescente inconformista comenzaba a rayar lo familiarmente soportable y, haciendo gala de ese talante tan suyo adquirido en la sección femenina, procedió a censurar de tan drástica manera mi última adquisición del mercadillo.
"Esto ni es música ni nada, no es más que ruido y mierda".
Tócate los cojones.
Ella, que se sabía todas las canciones de Julito Iglesias.
Menos mal que, con los años, su gusto musical evolucionó más que favorablemente y ahora se ha convertido en una experta en soul, jazz, funky y música negra en general (aunque se guarda algún disco de "el consorcio", no lo puede evitar).
Yo, sin embargo, empecé la decadencia aquel mismo día en que mi coqueteo con el hard rock finalizó de tan triste forma.
Poco a poco me fui convirtiendo en el friki que soy ahora.
Quizás, si mi madre no hubiera intervenido, ahora seria un treintañero normalito con reminiscencias de Guns and Roses y Queen, o devoto de U2 y los Dire Straits pero, al atajar tan "sutilmente" mi natural y juvenil inclinación hacia la música ratoneril, creó un monstruo.
Escuchar a Roberto Carlos mientras me doy un baño de espuma es casi comparable a un orgasmo (de hecho algunos baños terminan así) y qué decir de ciertos temas de Raphael...
!Que hombre!¡Válgame la virgen!!!
-ropo pom pom, ropo pon pom-
Mientras mis compañeros de facultad bailaban "house" y "acid jazz" yo me entregaba sin cuartel al twist con el "duo dinámico" y los "pekenikes" o dislocaba mis caderas con "Demis Roussos" en un sirtaki sin fin.
Qué delicia acariciar la cubierta de un vinilo de "El Puma".
No creo estar capacitado para tener hijos pero, si tal milagro se produce algún día, juro que seré totalmente respetuoso con sus gustos musicales y, si quiere escuchar a Concha Velasco cantando "una chica yeye" mientras pierde orina a espuertas, no seré yo quien se lo prohiba.
Lo único que le pido a Dios, es que no me salga un niño tuno.

jueves, 5 de febrero de 2009

Historia de la pasión de una polla y un cabrón.

Va a hacer en septiembre un año
cuando al volver el rebaño
de las praderas cercanas
levantó el cabrón la vista
por encima de las cabras
(sus hermanas).
Aquello que vio el cornudo,
hizo que aflorara
en su garganta un nudo.
Vaya polla mas hermosa
(pensó para si) y,
mientras el resto de cabras balaban
y se empujaban unas a otras
con gran frenesí,
el se acicaló las lanas
y preparó su discurso,
pues es que en cuestión de amores,
jamás se le alteró el pulso.
Más, aquella vez,
todo en él era nuevo,
le temblaban las orejas,
las patas de atrás,
y un huevo.
"Eres de todas las pollas
que he visto,
la más bella y fina"
Dijo el macho enamorado
"Pues tómame sin cuidado,
pero he de dejarte claro,
que soy más puta,
que las gallinas"
Y allí mismo,
entre redondas caquitas,
iniciaron sus amores,
el putón y la cabrita.
Más lo que no es natural,
por mucho que existan ganas,
no puede hacerse real,
ni en los establos,
ni en las mejores camas.
Supongo que habréis notado
que esto es un cuento inventado
que el carnero no es carnero
sino el presi Zapatero,
y la polla coquetuela,
la banca que a todos gusta,
y ninguno se la cuela.

Labuat

Ha vuelto. Y yo personalmente me alegro. Y al que no le guste que no mire.

Y ya. :)

martes, 3 de febrero de 2009

Gorila Von Bismarck


Un gorila de costa. O de puerto. (Banús)

domingo, 1 de febrero de 2009

Picantón

Esta historia es real, y me sucedió no hace mucho tiempo.
Fue un domingo de otoño, cuando mi amigo Fernandito Poronga, me invitó al chale de sus padres a comer un cocido montañés,ya que su madre es natural de Valencia de Don Juan, León.
Yo que soy como Don Camilo y nunca digo que no a semejantes envites, me encaminé ilusionado hacia la suntuosa casita de campo.
La comida fue realmente deliciosa, y presa de mi natural avidéz, creo que aquel día engulli algún garbanzo de más (más bien unos doscientos garbanzos de más) y cuando mejor me encontraba, en plena sobremesa y deleitándome con un maravilloso aguardiente de hierbas, sucedió lo que tenia que suceder.
Mis tripas iniciaron una danza alocada presas de una indigestión bárbara, con el consabido ruidito que semejante estado provoca.
Trate de disimular fingiendo un ataque de tos y aunque imagino que nadie me creyó, pude escabullirme airosamente hacia el baño.
Cuan grande seria mi desesperación al encontrarme con el wc vecino ocupado por "lalo" el hermano pequeño y excesivamente imbecil de Fernandito, así que practicamente a la carrera, me dirigí hacia el piso superior en busca de otro excusado donde poder darle paz a mi malogrado intestino.
Pase un dormitorio rústico precioso (con su chimenea y todo) y tras pocos metros de pasillo me encontré frente a un a puerta de roble macizo( de las denominadas castellanas) y suponiendo que era un cuarto de baño, me plante frente a ella.
Para evitar de nuevo la violencia de incordiar a alguien que pudiera estar entregado a tan privados menesteres, me incliné y arrimé el ojo a la cerradura, tratando de adivinar si estaba libre u ocupado.
Lo que allí pude ver me dejó boquiabierto.
Carmencita, la madre de mi amigo, estaba disponiéndose a dar un baño, de tal modo que el ceñido vestido de flores que lucia durante la comida ya se encontraba en el suelo de la estancia y en aquel preciso instante estaba procediendo a despojarse del sostén.
Mi cuerpo juvenil, presa de tan morbosa fascinación, experimento un tremendo calentón, al rememorar las noches estivales en las que privado de sueño, me habia entregado al onanismo recordando la espléndida figura y dulce candidez de Doña Carmencita.
En pocos segundos tuve tal erección que el mismísimo Príapo se habría sonrojado.
No lo podía creer, su sujetador de encaje negro, cayó sobre las losas del baño, dejando al descubierto dos sensacionales pechos firmes y de pezones sonrosados.
Que momento de éxtasis.
El universo entero se detuvo en aquella habitación y no había adolescente más feliz ni más cachondo en esta España gloriosa que me vio nacer.
Con un rápido movimiento se despojó de las braguitas minúsculas que la aprisionaban sus poderosos glúteos y al girarse, pude entrever un monte de venus pelirrojo y poco poblado.
Fue en aquel mismo instante, cuando en pleno éxtasis voyeur mis esfínteres se relajaron, y los malditos garbanzos me pusieron en el más absoluto de los ridículos al soltar una ventosidad tal que se escucho en todo el termino municipal de Castronuño, y a punto estuvo incluso de derribar la puerta, tan grande fue su magnitud.
Aunque no hizo falta.
Doña Carmencita, al escuchar el estruendo abrió la puerta cubriéndose con una toalla y allí me encontró, entre una nube tóxica con los pantalones por los tobillos y mi sonrosado pene en la mano.
Ni que decir tiene que Fernandito Poronga no ha vuelto a invitarme a su casa.
Yo ahora jamas como legumbres, y a pesar de todo lo que tuve que soportar aquella fatídica tarde no he podido olvidar esas espléndidas carnes, que de manera tan fortuita pude contemplar a través del ojo de una cerradura.


Besos, abrazos y lametones.